Reunión

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El niño antes escondido entre las cajas, se levantó dando impulso con sus pequeñas manos. Se llevó sus dos manos a la cara, tratando de quitar el mugre y las salpicaduras rojizas de su cara.

‘Sí me veo más bonito, me llevará con él y ya no estaré solo”

—¿Me llevaras contigo? Seré buen niño—Había murmurado, mirándolo con esperanza a pesar de que el mayor ya había dicho que sí.

Garp asintió, sintiéndose horrible. ¿Por qué su nieto, siendo tan pequeño, se veía así? ¿por qué su hijo era tan irresponsable?

Se acercó al niño y lo tomó en sus brazos, acunándolo como un bebé. ¿Por qué era tan pequeño?

Llevo con delicadez su palma hacia las mejillas del pequeño, quitándole la suciedad de su adorable cara.

—Te llevaré conmigo, Luffy. No tienes porqué preocuparte de ser un buen niño—El menor tomo con sus manos las otras más grandes, sosteniéndolas, teniendo miedo de soltarlas y que toda la calidez desapareciera.

—¿Me dejaras? ¿me dejaras como lo hizo mamá?—La pregunta inocente golpeo el corazón del marine como miles de dagas.

—No te dejaré, eres mi nieto—Se quito su capa de marine, envolviéndola en el frío cuerpo del joven niño.

Luffy miro las acciones de, su ahora, nombrado abuelo. Nadie lo había tratado así, ni siquiera su madre.

Ella lo odiaba, pero Luffy la amaba.

Luffy supo, desde ese momento, que ese gran marine, sería una de las primeras personas que podrían amarlo. Que podría devolver ese amor que tanto quería dar  y nunca fue bienvenido por nadie.

Esa noche, supo que el frío de la oscura noche, podía ser cálido cuando tienes a alguien a tu lado.

-0-

Luffy estaba tan emocionado, ¡por fin vería a sus nakamas!

Los había extrañado tanto, quería verlos y ver sus grandes avances. Con solo pensarlo su pecho de hinchaba de orgullo.

Miro las cosas que tenia en su bolsa, eran algunos regalos que le daría a sus nakamas, ya que le recordaba a cada uno de ellos. ¡Esta bien si no le gustaban! ¡Podría intentar buscarles algo mejor!

Miro la otra bolsa llena de bentos que le dio Hancock, y sonrió. ¡Su amiga era muy amable! Le agradecería.

Camino a paso moderado hacia su sombrero, y lo tomó, mirándolo con nostalgia. Una sonrisa creció en su rostro, y lo puso en su cabeza.

‘Volveremos a nuestra aventura’

Salió de isla acompañado de las piratas kujas, yendo hacia el barco donde lo llevaría Hancock hacia Sabaody.





—¡¿Qué estás diciendo, maldita cejillas??!—Gruñó el peliverde.

—¡Lo que escuchaste, maldito marimo!—

—¡¿Cómo me llamaste?!—

—¡Ma-ri-mo! ¡¿Te lo explico con manzanas?!—

Los dos se miraron enojados, hasta que una explosión los alerto se ambos. Sonrieron ferozmente, sabiendo quien era la persona de que estaba causando alboroto.

¡Big brother!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora