¡Big brother!

Pre-partida

Su cabeza daba vueltas cuando despertó, la pesadilla que tuvo era más ligera que antes. Suspiro, notando que solo habían pasado una o dos horas desde que se durmió.

Un pequeño carraspeo salió de él al sentir su garganta seca. Sus ojos se estrellaron con el cielo de la madrugada, notando sus tonos de color comenzando a salir.

Su ser sentía un cansancio extraño, ese tipo de cansancio emocional que era capaz de doler más que el físico.

La herida en su pecho latió como miles de agujas y su boca se curvo en una mueca adolorida. Se levantó con cuidado de su lugar, notando a todos dormidos, y alzo una ceja con diversión.

Camino hacia el lugar donde reposaba esa gran silla, camino hacia el padre de Ace. Lo miró por unos momentos, su mirada cansada choco con la fruncida y una sonrisa se curvo en sus labios.

Abrió su boca, listo para decir sus siguientes palabras.

—Estoy seguro que no he sido la persona más amable contigo—Señaló—Y no voy a disculparme por ello—

Barbablanca sonrió, apoyando su mano en el brazo de la silla.

—Eres un mocoso insolente—

Cuando nadie lo observaba, cuando nadie veía su interacción, cuando nadie veía que Mugiwara No Luffy tenía esos ojos que a veces demostraban cansancio después de una pesadilla, Luffy se permitió dejar salir su lado hermano mayor.

—Supongo que lo soy, pero eso no me impide agradecerte—

Los ojos de Barbablanca mostraban confusión, y Luffy sonrió un poco más suave.

Una reverencia quedo hasta su cintura, sus brazos a cada lado y sus ojos cerrados.

Agradecimiento.

—Gracias. Gracias por darle una familia a Ace y ser el padre que nunca tuvo, por ser alguien que no pude ser—Su voz era reconfortante, totalmente sincero de sus palabras—Y perdona por cualquier daño que haya hecho mi tonto hermano menor.

—Es normal que me preocupe sabiendo su personalidad explosiva. Por favor, cuida de él—

Su reverencia terminó, acomodándose en su lugar. Su sonrisa era cálida, y sus ojos demostraban cuan agradecido estaba.

Agradezco que sus dudas de su existencias no estén tan presentes. Agradezco que tiene personas con él, las cuales parecen quererlo.

Agradezco que mi pequeño niño pueda mirar al mundo con diferentes ojos.

Barbablanca salió de su estupor, soltando una pequeña risa que retumbó en sus oídos inauditos.

—Ace y Sabo lo son todo para mi. Por eso, te confío a Ace, una parte de mi alma. Incluso, si me entero que sucedió una mierda de estas de nuevo, tendré que tomar medidas contra tu nave—

Su advertencia era tacita, poco amenazadora con esa voz tranquila y relajante.

—Ace es mi hijo ahora, un hijo mío es lo más importante para mí, los cuidare con mi vida si es necesario—Respondió Shirohige, notando que era un pacto silencioso entre los dos.