2 años.

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Corría y su respiración agitada llenaban el aire tenso, soltando ocasionales gemidos de temor por lo bajo.

No sabía como había pasado, no sabía cómo ahora huía, no sabía nada. Sólo sabía que tenia que sobrevivir.

Llego a un lugar donde habían algunas cajas y se escondió ahí, temblando por el frío de la noche.

Sintió una presencia poderosa a su lado, y se encogió, esperando su final. Al ver que no había pasado nada, levanto la vista, viendo a un hombre de capa verde, sin rostro, tapado de pies a cabeza.

—Vendrán por ti—había dicho el hombre—El hombre que viene por ti será tu abuelo, Monkey D. Garp—

La confusión lo lleno, pero no pudo decir más antes de que el hombre desapareciera, y lo dejara solo en la nada, en medio del frío de la noche.


-


Despertar en medio de la nada, en una isla llena de mujeres, desnudo, con su preciosas joyas familiares al aire. Pelear con una mujeres serpientes, tapar algo que nadie quería que vieran, una marca desconocida que probablemente conocería, una mujer que le dio un banquete, y ahora buscaba a la misma mujer para preguntarle si podía prestarle un barco y buscar a su tripulación.

—¡Hey, Hanmock!—La saludo con una sonrisa.

La mujer era extraña, se comportaba extraño con él. Siempre parecía tener fiebre, y esas cosas raras, parecía a Sanji. Sanji-su mente sugirió.

—¡Luffy!—Dijo la mujer con un sonrojo.

Ver a Luffy hacia estragos en su corazón, el primer hombre que no la veía con lujuria, que le importaba poco de donde venía, un hombre que la veía como una persona y no como una fuente de placer.

El más bajo se acercó a ella y le preguntó sobre el barco, explicándole que tenia que volver con su tripulación lo antes posible. Eso la desánimo un poco, Luffy se iría y tal vez no se volverían a ver. Pero ver los ojos brillantes de Luffy, y la sonrisa esperanzada no pudo negar a la petición del niño.

Asintió, y le dijo que mañana estaría el barco listo para él.

—¡Muchas gracias, Hammcok!—Sonrió en grande y la abrazo. Causando estragos en la mujer.

Más tarde, se podía ver a Luffy en la parte alta de la isla, viendo a punto fijo sin mucha atención. Pensaba en su tripulación, como fueron separados, como esa ráfaga fuerte que una vez salió de sí mismo, salió nuevamente. Pensaba en sus caras de miedo, pensaba en lo mal capitán que era.

Pensaba en muchas cosas. Fracasó. Fracasó como capitán, fracasó como amigo, fracasó y el sabor de esto era horrible. No le gusta, no le gusta porqué su familia fue separada de él y no sabe dónde están. No sabe si están bien, no sabe si todavía siguen creyendo en él.

No podía darse el lujo de sentir debilidad, necesitaba ser fuerte. Ser fuerte por él y por ellos, por Ace, quien cree que logrará su sueño. Esta derrota sólo es una piedra en el camino, al igual que habrá muchas más.

Por eso tiene que hacerse más fuerte. Tiene que proteger, si no es fuerte, ¿Cómo lo hará?

Sabe, aunque le duela admitirlo, que son débiles. Lo supo cuando el almirante lo congelo a él y a Robin. Lo supo cuando no podía calmar sus pensamientos sobre cómo recuperaría a Robin. Lo supo cuando peleo con Usopp, lo sabe.

¡Big brother!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora