¡Big brother!

Momento juntos

Luffy estaba en su habitación de capitán, buscando un chaleco nuevo que había comprado Nami para él, el suyo estaba quemado.

Tarareo, pensando en lo que había ocurrido.

Después de la discusión con su abuelo, el pájaro raro de Shirohige les había dicho que su Oyaji los invitaba a una fiesta, ya que quería ver a Ace y conocer mejor a su hermano mayor.

Ace se había ido con su tripulación junto a Sabo, quien le dijo que quería conocer a su otra familia.

Así que ahora, Luffy buscaba una camisa para ponerse, ya que el frío de la noche parecía entumecer su herida.

Su abuelo había exclamado que quería un buen sake de Shirohige, yendo hacia al barco de su “enemigo”

No quería admitir que quería estar un poco mas de tiempo con sus nietos.

Se quito su short ensangrentado, poniéndose uno rojo. Sintió una mirada en su espalda y volteo, encontrándose con la fuerte mirada del peliverde.

Sentía que aire quedaba atascado en su garganta ante su mirada, y desvió la suya propia, sintiéndose extrañadamente nervioso.

—¡Zoro!—Exclamo con una sonrisa, abotonándose su pantalón.

Busco su camisa, encontrándose con una color salmón que nunca se puso, y trato de ponérsela, siendo observado por la fuerte mirada esmeralda.

La voz profunda le envió escalofríos.

—¿Te ayudo, capitán?—Su voz salió ronca, y Luffy asintió, sin confiar en su voz.

El espadachín entró, cerrando la puerta detrás de él, lo cual extraño a Luffy. Se encogió de hombros, despreocupado.

Zoro llego a su lado, tomando la camisa con tranquilidad. Su mirada abandono el rostro de Luffy por unos momentos, y Luffy soltó el aire que estaba reteniendo.

¿Por qué estaba tan nervioso? ¡Zoro se dará cuenta que gusta de él a este paso! Sentía el nerviosismo regresando ante eso, tenía miedo al rechazo que recibiría del espadachín.

—Suba sus manos, capitán—Luffy asintió, levantando sus manos.

La camisa fue depositada suavemente en su cuerpo, y quedo hasta sus caderas, un poco grande.

Pensó que las manos se alejarían, pero no fue así.

Las manos callosas del peliverde quedaron en sus caderas, y un profundo sonrojo adorno sus mejillas.

Siento que se me saldrá el corazón.

Hermoso, hermoso capitán.

Soltó un pequeño carraspeo, riendo nervioso. Zoro sonrió ladino, viendo un lado del capitán que parecía encantarle ahora.

Las manos en sus caderas se apretaron antes de apartarse, y el calor de ellas quedaron impregnadas en sus caderas delgadas.

Alzó su mirada, y sus ojos golpearon los esmeraldas. La respiración quedó atascada en su garganta seca ante lo profundo que lo miraba ese ojo.

—Tenemos que hablar—Murmuró Zoro. Su voz tenía un pequeño deje de nervios, lo cual no se dio cuenta.

Luffy lo miro preocupado, y alzo su mano a las mejillas del peliverde. Acaricio estas, Zoro se apoyo en su toque como alguien hambriento de tacto.

Hambriento a ti.

—¿Es algo malo?—Su pregunta salió con una pequeña duda, ladeando su cabeza hacia un lado.