Capítulo 22

173 21 0
                                    


Ambos salimos de dirección mientras intento asimilar todo lo que acaba de pasar. Admito en que jamás esperé que Henderson salvara mi culo de esta manera y ahora me siento en deuda con él. Algo que significa solamente una cosa.

—Podemos hablar...

Me calla con un beso en pleno pasillo, mis pies han dejado de tocar el piso porque ahora mismo, siento que floto en el mundo desconocido de David Henderson.

Nuestras lenguas siguen enlazadas, su mano en mi cintura y mis manos alrededor de su cuello.

—Espero que con esto ya no tengas ninguna duda sobre mí, Susan.

El color verde de sus ojos invade por todo mi rostro en busca de una respuesta después de nuestro apasionado y arrebatado beso entre una alumna y su no profesor.

Sé qué respuesta quiere, pero no estoy lista para dársela y creo que nunca lo estaré.

William Faulkner.

No puedo hacer a un lado al hombre que ha salvado mi vida y me ha protegido bajo sus oscuras alas.

No puedo verme ahora debajo de unas alas blancas de un sueño hecho realidad

—Debo...irme—Digo tartamudeando, levanto del suelo la mochila que ni siquiera sé en qué momento fue a dar en el suelo.

Henderson sigue esperando una respuesta por su parte. Permanece serio y cruzado de brazos, no tengo escapatoria, es ahora o nunca.

—No vas a salir corriendo esta vez, Susan.—Dice impidiéndome el paso—Si lo que te preocupaba era la universidad, ya te diste cuenta que no hay nada que nos impida estar juntos.

¿Estar juntos?

—Si te refieres a una relación, puedes dejar de fingir aquí afuera—le espeto con voz temblorosa—Lo que pasó entre tú y yo fue un error, no tienes que llamarlo una relación cuando tú mismo sabes que es imposible.

Me ve pero no dice nada entonces continúo nerviosa sacando toda la frustración de mi sistema:

—Gracias por haberme defendido, pero no es necesario que tengas que mentir, yo misma hablaré con la dirección académica de nuevo y les diré que todo ha sido un mal entendido.

Frunce el cejo y se acerca más a mí de forma intimidante.

—Yo no estoy fingiendo, Susan—Me toma de la cintura—Aquí la única que se miente a sí misma eres tú. Ni siquiera pudiste decir nada mientras estábamos ahí adentro y pretendes ahora que te crea que vas a regresar cuando tú y yo sabemos que todo lo que dije es verdad.

Se me hace un nudo en la garganta, su comportamiento irracional, o en su juicio racional me pone los pelos de punta, ni siquiera puedo fingir debilidad o inocencia, él hace florecer todo tipo de cosas extrañas de mí.

—Tú decides, Susan—Dice separándose un poco de mí para percibir mi tembloroso rostro y mi respiración agitada—Tú decides si sigues soñando o nos hacemos realidad.

—¿Cómo sabes que es un sueño?—Susurro, aun sabiendo que es imposible que pueda escuchar mi temblorosa voz.

—Porque yo también te he soñado más de una vez.

Cierro mis ojos esperando que las lágrimas no salgan y cuando abro mis ojos de nuevo él ha desaparecido, él mi sueño prohibido.

¿Cómo lo supo?

¿Me ha soñado tanto como yo lo he soñado a él?

¿Soñará todavía con ella?

Inspiro hondo y continúo poniendo mi mejor cara para enfrentar lo que resta del día... y quizás de mi vida.

Amarga Inocencia (En físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora