Capítulo 46

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Seguimos abrazados en el vacío pasillo de los estudios de la Juilliard y la realidad me despierta.

Me han aceptado.

—David...

—No te atrevas a alejarme de nuevo.

—Pero me han aceptado, viviré aquí en Nueva York y tú estarás en Chicago, viviendo tu sueño, tu carrera...

—Mi sueño eres tú.

—Qué original—Me burlo de él.

—Susan, no puedes alejarme cada vez que tengas miedo o quieras protegerme de algo que solamente existe en esa pequeña cabecita tuya—Me calla cuando quiero protestar y prosigue: —Sabía que ibas a alejarme para venir aquí, te conozco tan bien pero parece que lo has olvidado.

—No voy a...

—Lo sé—Dice leyendo mi mente de nuevo. Ya me he acostumbrado a que lo haga—Solamente hay una manera de la cual no puedes alejarme de nuevo, Susan. Una muy importante que dónde quiera que vayas, ahí iré yo contigo, si saltas yo saltaré contigo, si lloras yo también lloraré y si algún día me faltas yo partiré también contigo, mi niña.

— ¿Cuál es esa manera, mi luz? —Pregunto tocando su rostro y él limpia las lágrimas de mi rostro cuando dice:

—Siendo mi esposa.

—Pero...

—Sin peros—Me interrumpe y le doy gracias porque es la primera vez que lo esperaba.

Se arrodilla y saca una pequeña caja y la abre, un precioso anillo de oro blanco con una piedra de mi color favorito en el mundo me saluda—Cásate conmigo para que de una vez por todas, podamos estar juntos. Qué dices mi niña, ¿Te casarías conmigo?

Mierda.

Creí que este día no llegaría nunca y ahora lo veo enfrente de mí, con el hombre que amo, con el amor de mi vida. Mi luz mi todo.

Mi todo.

Mi todo.

—Sí.

—¡Joder!—escucho que se mofa alguien atrás, volteo y es Nick que está llorando junto con los demás—Es lo más cursi que he visto en toda mi vida.

—¡Nick!—Lo reprende mi madre junto con Claire y todos empezamos a reír a carcajadas.

David coloca el precioso anillo y lo veo.

—Me sigue gustando más el verde de tus ojos—Le digo besándolo en los labios.—Quiero que sea lo primero que vea cuando despierte todas las mañanas.

Me deposita en el suelo y escucho que mi familia se acerca.

—¡Felicidades!—Belle es la primera en abrazarme llorando.

—Mi pequeña—La sigue mi madre y por último veo un rostro serio pero muy conmovido.

Mi hermano mayor.

—Espero que el buitre cuide de ti de ahora en adelante.

Sigo sin entender eso del buitre pero lo dejaré pasar, al menos por ahora.

Salimos de la escuela y fuimos directamente al hotel donde me estaba hospedando. Me llevé la sorpresa de que todo lo había preparado David y no Matthew como lo había pensado.

Las clases empezarían dentro de tres meses, lo suficiente para empezar a planear mi boda.

Mierda, mi boda.

¿Quién lo iba a decir?

Amarga Inocencia (En físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora