Regresamos a casa. Después de su confesión ahora lo veía diferente, lo amaba más porque me había confiado algo muy delicado. No quise preguntarle más sobre lo sucedido, ya había hablado suficiente y sabía a ciencia cierta que no era fácil para él desempolvar algo tan trágico como eso.
—¿Estás bien?—Pregunta mientras vamos juntos a la universidad.
—Estoy bien—Miento para que esté tranquilo.
No deja de dolerme el pecho, siento que algo terrible va a pasar, pero no quiero preocuparlo. Quiero pensar en que todo está en mi cabeza.
—¿Estamos bien?
—Estamos bien—Me obligo a sonreír y regalarle lo que más le gusta.
Cuando me dejó en el salón y la clase comenzó, estaba demasiado distraída, Claire estaba un poco mejor después de lo de Chase y planeamos ese día ir a dejarle flores a su tumba. No lo habíamos hecho desde su velorio. Para mí y para ella es difícil siquiera hablar sobre ello.
—Te veré a la salida—Me despido de ella después del almuerzo.
David llegó por cinco minutos que tenía libre y aunque me hablaba de muchas cosas, mi mente seguía en blanco y cada ruido extraño me hacía temblar.
—Hola, profesor Henderson.
La chillona voz me hace levantar la mirada.
Amber.
—Señorita Michaels—Responde David. Terminando su café. La muy estúpida y ofrecida está ignorándome, dudo que no sepa que su querido profesor es mi novio, pero no montaré una escena, todavía corremos peligro de ser expulsados por hacer un espectáculo a causa de nuestra relación.
—Quisiera que me ayudara con mi tesis—Pone una mano en su hombro y empiezo a sentir ardor en las mejillas por su falta de respeto ante mí. —¿Puedo ir a verlo a la hora de la salida?
—Señorita Michaels—David, aparta la mano de su hombro y la fulmina con la mirada—Pensé que ya le había quedado claro, yo no estoy encargado para ayudarla con su tesis, está muy fuera de mi asignatura.
—Pero profesor—ronronea con coqueteo—Ayer me dijo que sí podía ayudarme.
¿Pero de qué demonios está hablando?
—No, dije que iba a ayudarla para que consiguiera otro catedrático, no que yo personalmente lo haría.
Mi paciencia tiene un límite, y definitivamente Amber sabe cómo atacar. No voy a permitir que su veneno haga efecto en mí y llevé nuestra relación más al caos que siento que puede llegar a pasar.
—Profesor...
—A ver, Amber—La interrumpo poniéndome de pie al mismo tiempo en que veo que su mano quiere regresar al hombro de David—Creo que ya te dijo que no va a ayudarte, por lo tanto, piérdete.
Amber me ve y suelta una carcajada en burla. La muy idiota me está provocando y siento que está a punto de correr sangre en plena luz del día.
—¿Qué pasa, Susan?—Toca su cabello y luego ve a David—Acaso piensas andar en todas las universidades de Chicago para follar con todos los profesores.
¡Hija de puta!
—Señorita Michaels—David inmediatamente se pone de pie y me detiene con la mirada cuando ve que mis puños están apretados.—No le permito que le hable así a mi novia, haga el favor de retirarse si no quiere que la mande a detención por faltarme el respeto, no me importará mentir.
Amber lo ve con una sonrisa falsa y dice:
—Pobre, si tan solo supiera que...
Y no le da tiempo de terminar cuando me lanzo sobre ella por encima de la mesa y la golpeo en la cara, al mismo tiempo en que sus extensiones quedan en mis manos.
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Amarga Inocencia (En físico)
RomanceDespués de la muerte de mi padre, fue cuando mi corazón se endureció. ¿Cómo podría Dios quitarme al hombre, al héroe que uno ama desde que nace? Siempre me hago la misma pregunta y a veces pienso que nada es para siempre, nada es eterno, y la muerte...