Así pasó la primera semana. Mis días en la universidad eran cada vez mejores, las llamadas de William habían terminado, ya no me esperaba fuera del campus y tampoco había sentido de nuevo la sensación de que alguien me seguía.
Mi frialdad con Henderson ya no eran tan evidente, aunque había pasado una semana, no todos los días hacíamos el amor. Me gustaba verlo trabajar en su perfecto despacho y contemplar cada uno de sus libros, no conocía ninguno pero la manera en que me contaba de qué se trataban, valía la pena preguntar por cada uno de ellos.
Cuando William me hablaba de su colección me parecía aburrido y siniestro, pero los gustos de Henderson con Faulkner son tan diferentes y a la vez tan iguales, aun así amaba escuchar a mi sueño prohibido.
—¿Qué haces?—Me sorprende por detrás, en mis manos tengo un pequeño libro, el cual regreso de inmediato a su lugar.
—¿Crees que en otra vida haya una historia de todos nosotros?
Quizás mi pregunta parece retorcida, ni siquiera voy a preguntar, a qué ha venido eso. Supongo que de tanto estar rodeada de hermosos libros y de un perfecto profesor, cuya mirada no aparta de mí en ningún segundo.
—Hay una sobre ti.
Me hace girar para verlo a los ojos. ¿Una historia sobre mí?
—¿En serio?
—Sí—Me da un breve beso en los labios—Se llama La historia de Susana.
Mi cara de sorpresa la encuentra divertida y prosigue:
—Sousanna, que se traduce al español como el cono del cuerpo de ciertos instrumentos musicales de viento, y también por el pétalo de las flores.
—¿Una flor?—Pregunto perpleja, escucharlo hablar así fue lo que me empezó a enamorar de él hace años atrás.
—La flor de azucena, la flor de lirio blanco, un símbolo ancestral de la pureza, y de la castidad e integridad sexual de la mujer.
Wow.
—Hay muchas Susan en la historia antigua, arte, pero sobre todo, belleza.
—Si hay una santa, por favor no me lo digas—Me burlo, y me reta con la mirada.—¿La hay?
Asiente con la cabeza—Santa susanna de Roma, virgen y mártir romana siglo III.
—Bueno, quizás no soy una mártir, pero sí me encanta la música clásica y las flores.
—¿Por qué ya no tocas?—Su pregunta me toma de sorpresa, es muy difícil para mí hablar de eso.
—Supongo que a veces tenemos que renunciar a algunas cosas, así sea lo que más amamos.
—Me gustaría escucharte tocar alguna vez.
—Quizás algún día toque algo para ti, profesor Henderson.
Ha pasado una semana y Matthew sigue sin hablarme.
Al menos no quiere matar a Henderson y mi madre ha insistido en una cena para hacer nuestra relación oficial.
Protesté cuando lo propuso pero al final acepté, más cuando me dijo que invitaría a Isabelle. Necesito ver cuál es la reacción de Henderson ahora.
Lo que me lleva a otra cosa.
—¿Qué hiciste ayer?—Le pregunto mientras regresa a su escritorio.
Se remueve nervioso en su asiento. Ayer me pasé toda la tarde con Claire, únicamente hablé con él una vez y en la universidad tampoco nos vimos.
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Amarga Inocencia (En físico)
Storie d'amoreDespués de la muerte de mi padre, fue cuando mi corazón se endureció. ¿Cómo podría Dios quitarme al hombre, al héroe que uno ama desde que nace? Siempre me hago la misma pregunta y a veces pienso que nada es para siempre, nada es eterno, y la muerte...