Capítulo 47

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Hawái

Nuestra boda no fue tan simbólica como la de Matthew e Isabelle. Más que todo fue llena de flores, lirios blancos para ser más específica y trajes muy coloridos. Mi vestido blanco sencillo, fue elegido por mi hermana mayor y mi mejor amiga.

Había sido broma lo de ir a Hawái, pero mi ahora esposo se lo había tomado muy en serio, así que nos casamos en la maravillosa isla, acompañada por su familia, mi familia y ahora nuestra familia.

Mientras estábamos bailando a la luz del crepúsculo, mi esposo no dejaba de verme, me encanta llamarlo así, mi esposo.

—Esa mirada me recuerda al primer día de clases—Me mofo—El profesor Henderson quería matarme con su mirada cuando no respondí a su pregunta.

—Me gustaste—Confiesa abrazándome y siento la arena entre mis dedos, la mejor sensación de todas.

— ¿Desde cuándo?

—Yo creo que desde siempre.

Me imita. Y siempre lo he creído a pesar de mis inseguridades, sé que la forma en que la que me ve ahora es muy diferente a la que veía a Isabelle. Era su manera de agradecerle por haberlo salvado de su adicción, pero como dice él, yo lo he traído a la vida, a nuestro universo.

—¿Sabes qué es lo que más deseo en este momento? —Le ronroneo mientras me giro para clavar mis uñas en su pecho.

—¿Qué quiere, señora Henderson?

—Sé que mi ahora esposo no folla, pero de ahora en adelante quiero que me haga el amor mientras me está follando.

—Mierda...—gruñe llevando su boca a la mía y mordiendo mi labio inferior—Hay que irnos de la fiesta entonces.

—Primero déjame hacer algo.

Corro hasta donde están todos y les grito:

—¡Hora de lanzar el ramo!

Veo en la esquina a mis hermanos que están cruzado de brazos, mi hermano mayor no tiene de qué preocuparse, su esposa está a su lado sonriéndome en compañía de mi madre. Claire es la primera en salir corriendo y Nick la fulmina con la mirada mientras que ésta le saca el dedo medio en burla.

—¿¡Listas!?—Pregunto al grupo de solteras que está detrás de mí esperando mi ramo de lirios blancos y verdes.

—¡Sí!

—¡1...2... y 3!

Lo lanzo y mientras lo veo que está girando en el aire, cierro mis ojos y agradezco por lo bajo por este hermoso momento al lado de toda nuestra familia.

—¡Lo hice!—grita Claire tomando el ramo entre sus manos.

Veo a Nick que tiene los ojos abiertos como platos y escucho a Matthew cuando le dice palmeando su espalda:

—Bienvenido al grupo, hermanito.

Claire como la loca que es, es la primera en lanzarse en sus brazos y hacerlo reaccionar de la mejor forma que lo sabe hacer.

—Ahora ya no tienes excusa.

Lo veo que se mofa al mismo tiempo en que empieza a sudar, mi hermano se ha enamorado por primera vez, y de la mejor persona que puede existir, una que no importa qué, siempre estará a su lado, apoyando su locura y le será fiel hasta el final de los días y todavía más allá.

—Sigue soñando, Clairidee.

—Te amo, idiota.

—También te amo, mocosa.

Le da un beso en los labios y salen corriendo juntos hasta la playa y empiezan a jugar como un par de críos. Ya llegará la hora en que mi hermano siente cabeza, pero algo me dice que ese día está por llegar.

—¿Dónde está tu esposo? —Me pregunta Matthew mientras coloca un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Lo veo que está bailando con su pequeña hermana y ambos sonríen. Me siento orgullosa de Katie, jamás volvió a acercarse al polígono desde aquella trágica noche en la que perdí a mi mejor amigo y ahora es la joven dulce que dice Belle que de niña fue.

—Está donde deberíamos de estar nosotros—Le tiendo la mano para invitarlo a bailar.

Me sonríe y toma mi mano para encaminarnos al pequeño escenario y bailar la suave canción de Norah Jones y Come away with me.

Coloco mi mejilla sobre su pecho y empezamos a movernos a paso lento. Este momento tan íntimo con mi hermano se siente de lo mejor. Él es lo más cercano que tengo a mi padre, son tan igual en muchas maneras de las que puedo recordar.

—Mi pequeña hermanita ahora ya toda una mujer.

Me hace reír y lo veo a la cara, esa mirada gris que antes me ponía nerviosa, era otra fachada igual a la mía, es increíble que ahora me pueda ver por lo que realmente soy.

—Nunca te lo dije, pero alejarnos de Washington ha sido la mejor decisión que has tomado para nosotros, Matt.

—Pensé que había sido una de las peores.

—Encontramos la felicidad. Disfrazada de muchas pruebas amargas, pero ahí estaba al final del día.

Veo a Isabelle y luego veo a David y Matthew asiente conmigo. Su camino tampoco fue fácil, perder por tres largos años a la mujer que amaba no fue fácil para él. Ni siquiera quiero imaginar lo que sería, tener a esa persona tan cerca y a la vez tan lejos.

—Es un hecho, Susan.

—Es un hecho.

Sonrío y cierro mis ojos. Siempre ha sido un hecho.

Uno perfecto.



Amarga Inocencia (En físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora