Capítulo 16

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Miro por el retrovisor y un auto me sigue, tengo miedo de que sea él. Entonces doy un freno de manera violenta en medio de la calle y salgo corriendo, no sin antes ser atrapada de nuevo por un familiar aroma y de nuevo la sensación fría regresa a mí.

—Mi preciosa, Susan.

—Por favor, no otra vez. —Ruego sollozando. Me he quebrado delante de mi peor pesadilla, con él no puedo fingir, no puedo ser valiente, todavía tiene parte de mi alma.

—Shh...—Susurra en mi cuello—Te he extrañado tanto, preciosa.

— ¿Qué es lo que quieres?

—A ti—dice con voz cargada de deseo—Siempre ha sido a ti, ¿Ya se te olvidó lo bien que la pasábamos desde que eras una... niña?

Sollozo recordando cada encuentro que tuve con él, nadie se dio cuenta de lo que él estuvo haciéndome por años. Y ahora ha regresado.

—Déjame en paz, te lo ruego.

—Me seguirás viendo por aquí—Dice alejándose de mí. Ha envejecido pero sigue siendo un hombre fríamente atractivo y peligroso, todavía me da asco que se acerque a mí, no entiendo cómo su esposa puede estar todavía con él, es malo, es oscuro, tiene una hija de mi edad a la cual nunca conocimos y aun así sigue siendo un monstruo.

Sólo espero que no sea capaz de hacerle daño a su propia hija y sólo con imaginármelo siento que la bilis se me revuelve.

—Tengo un asunto pendiente, me ha estado tomando mucho tiempo, pero—me susurra en los labios—Nadie puede escaparse de mí, ni siquiera tú.

—¿Quién es? —Le pregunto furiosa, si está en mis manos protegerla de las manos de Dan, lo haré— ¿La conozco?

Se ríe por mis preguntas, sé que no podré sacarle la verdad de su próxima víctima y creo en lo que me dice, nadie se salva de él y estoy segura que ni yo podré hacerlo.

—Siempre tan curiosa—acaricia mi cabello—La conoces, pronto sabrás quién es.

El tráfico se ha intensificado gracias a nuestros autos que impiden la circulación y las bocinas empiezan a sonar desesperadamente.

—Estaré vigilándote muy de cerca, mi preciosa Susan.

Me besa la coronilla y me hace un guiño al mismo tiempo que pasa su lengua por sus labios de manera prohibida y desaparece de mi vista.

Él es el primero en llegar a su auto y acelerar, su gorila no se inmutó de lo sucedido en absoluto y se limitó a que nadie se acercara mientras su jefe me acorralaba contra la pared.

Esta vez no corro hasta mi auto, no tiene sentido correr de algo que siempre será parte de mí y él lo ha confirmado.

Continúo con mi madre visitando el centro comercial para comprar nuestros vestidos para la boda, en realidad estoy actuando en piloto automático, he respondido solamente con monosílabos.

— ¿Cómo está David?—Pregunta mi madre y sé que aquí no podré responder solamente con monosílabos.

—Supongo que bien—Me encojo de hombros y observo un vestido escotado de espalda y mangas largas.

—Lo vi en la reunión de Belle—prosigue, no sé a dónde quiere llegar—Parece ser un hombre un poco solo, deberías de invitarlo más a menudo a casa.

—Mamá, es profesor, no lo invitaré a casa, ni siquiera somos amigos.

—La forma en que te mira dice todo lo contrario.

Amarga Inocencia (En físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora