Capítulo 32

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Hoy era viernes y teníamos tres horas de pintura que era otra de las clases  que Amely impartía. Llegue temprano y volví a sentarme en el fondo del aula. 

-Buenos días- saludó  apenas entró  -Hoy harán su primer cuadro. Asi que nos vamos al salón de pintura - prosiguió luego de que los alumnos respondieran a su saludo.

Con Pía y Nora salimos al último y llegamos con pocas ganas al salón, a ella les molestaba Amely, no la querían por como me trataba y a mi me hacia doler el corazón tenerla  tan cerca y tan lejos a la vez.

-Las batas están en el armario y las pinturas y pinceles en mi escritorio- señaló uno de los tantos armarios que había en aquel salón.

Pía fue a buscar los pinceles y pinturas para las tres

-Tomen- dijo entregandonos los materiales.

-Gracias- dije y caminamos hasta los últimos atriles, estos estaban puestos en semicirculo, yo tomé el del medio, Nora el de mi izquierda y Pía el de mi derecha.

Amely se quitó el saco que traía y pude ver que aún llevaba la cadena que compramos juntas.
  -Pinten lo que quieran- habló

-¿Lo que queramos?- preguntó Nora.

-Si, sólo por hoy. Va a ser libre-

-¿Y ahora qué pintamos?- les pregunté por lo bajo

-No lo sé. Algo tiene que salir-

-Personas, naturaleza, edificios- pensó Nora.

- Ya se lo que haré- dije y empecé a   pintar.

-Cuando terminen, laven los pinceles y dejenlos en el escritorio. Por favor, son míos- habló entregandonos una hoja, cuando fue mi turno me sonrió.
-Esta es la lista de materiales que deberán traer para las próximas clases. Es la lista de todas mis cátedras por eso es un poco extensa-

-Bueno profe- respondieron un par.

Tomo asistencia e igual que en la clase anterior ella dijo mi nombre. Levante la mano y seguí con lo mío.
-Tengan en cuenta las sombras y la composición de colores- añadió.
Mientras caminaba por detrás de  cada alumno haciéndole alguna observación o halago.
Se paró detrás mío y observó mi pintura poniendo una de sus manos en mi  cintura. Sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo y me paralice.

-Le falta un poco de sombra- observó

-¿Mm?-

-Que le falta un poco de sombra-

-¿Dónde?-

-Aquí en el cabello-  estaba pintando el rostro de un niño con  el cabello negro y los ojos verdes como los de ella.

- Ya veo- respondí y pinte la sombra.

-Muy bien- dijo sacando su mano de mi cintura y ya que no había demasiado espacio entre mi cuerpo y la pared, tuvo que apoyar todo su cuerpo sobre mi para pasar a ver lo que pintaba Nora.

La clase estaba terminando y con Pía y Nora nos quedamos últimando detalles. Yo termine antes y me paré en la puerta a esperarlas. Cuando salieron, Nora llego a mi lado y me abrazó apoyando su cabeza en mi hombro.

-Señorita Nora no se lleve los pinceles- le habló  con fastidio.

-Perdón profe- se disculpó Nora que era la más despistada y entró a dejarle los pinceles.
Con Pía estábamos en la puerta cuando aquella mujer llegó.

-Hola cielito. ¿Ya estas?- la saludo aquella profesora entrando al aula.

-Si. Cielo, vamos- le respondío y salieron del aula.

-Ven que si tienen un rollo- señaló Marcos, uno de los chicos que estaba en el pasillo

-Aja- respondimos.

-Ahora si le hiciste algo a la profesora- me acusó Pía mientras caminábamos a la cafetería.

-¿Qué?-

-¿De qué hablas?-

-Te trato bien. Y no dejaba de mirarte-

-Y te sonrió cuando te entregó la lista- añadió Nora

-No lo note- dije haciéndome la desentendida

-Ay Elena. No te sacaba la mirada de encima- habló Nora de nuevo.

-Es verdad-

-¿Ustedes no estaban pintando?- pregunté  dándole un sorbo al café que habíamos comprado apenas llegamos.

-Puedo hacer dos cosas a la vez- se defendió Pía.

-Tal vez le gustas- Susurro Pía

-Ja ja ja.-

-No te rías. Te mira no se, de una forma diferente-

-Sale con aquella mujer- espete

-A ella no la mira como te miró a ti hoy-

-Es cierto. Además me habló mal cuando te abrace-

-Se puso celosa-

-Esperen- chilló Pía como si se le hubiese ocurrido la idea más grande. -Te trataba mal porque está enamorada de ti y ya no lo puede ocultar por eso cambió la forma de tratarte-

-Piaaaaaa. Sii. Tienes razón es eso-

-Ustedes deberían dejar de ver tantas comedias románticas- me reí.  -Hablando de otra cosa. ¿Qué pintaron?- quise saber.

-Yo pinte una calle de París con la Torre Eiffel-

-Yo un campo de flores. ¿Tu?-

- Que lindoo- les sonreí. -Yo pinte el rostro de un niño-

-A mi no me salen muy bien los rostros- se quejó Pía.

- Ya te saldran- la animé. Y volví a darle un sorbo a mi café.

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