Hoy era viernes y teníamos tres horas de pintura que era otra de las clases que Amely impartía. Llegue temprano y volví a sentarme en el fondo del aula.
-Buenos días- saludó apenas entró -Hoy harán su primer cuadro. Asi que nos vamos al salón de pintura - prosiguió luego de que los alumnos respondieran a su saludo.
Con Pía y Nora salimos al último y llegamos con pocas ganas al salón, a ella les molestaba Amely, no la querían por como me trataba y a mi me hacia doler el corazón tenerla tan cerca y tan lejos a la vez.
-Las batas están en el armario y las pinturas y pinceles en mi escritorio- señaló uno de los tantos armarios que había en aquel salón.
Pía fue a buscar los pinceles y pinturas para las tres
-Tomen- dijo entregandonos los materiales.
-Gracias- dije y caminamos hasta los últimos atriles, estos estaban puestos en semicirculo, yo tomé el del medio, Nora el de mi izquierda y Pía el de mi derecha.
Amely se quitó el saco que traía y pude ver que aún llevaba la cadena que compramos juntas.
-Pinten lo que quieran- habló-¿Lo que queramos?- preguntó Nora.
-Si, sólo por hoy. Va a ser libre-
-¿Y ahora qué pintamos?- les pregunté por lo bajo
-No lo sé. Algo tiene que salir-
-Personas, naturaleza, edificios- pensó Nora.
- Ya se lo que haré- dije y empecé a pintar.
-Cuando terminen, laven los pinceles y dejenlos en el escritorio. Por favor, son míos- habló entregandonos una hoja, cuando fue mi turno me sonrió.
-Esta es la lista de materiales que deberán traer para las próximas clases. Es la lista de todas mis cátedras por eso es un poco extensa--Bueno profe- respondieron un par.
Tomo asistencia e igual que en la clase anterior ella dijo mi nombre. Levante la mano y seguí con lo mío.
-Tengan en cuenta las sombras y la composición de colores- añadió.
Mientras caminaba por detrás de cada alumno haciéndole alguna observación o halago.
Se paró detrás mío y observó mi pintura poniendo una de sus manos en mi cintura. Sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo y me paralice.-Le falta un poco de sombra- observó
-¿Mm?-
-Que le falta un poco de sombra-
-¿Dónde?-
-Aquí en el cabello- estaba pintando el rostro de un niño con el cabello negro y los ojos verdes como los de ella.
- Ya veo- respondí y pinte la sombra.
-Muy bien- dijo sacando su mano de mi cintura y ya que no había demasiado espacio entre mi cuerpo y la pared, tuvo que apoyar todo su cuerpo sobre mi para pasar a ver lo que pintaba Nora.
La clase estaba terminando y con Pía y Nora nos quedamos últimando detalles. Yo termine antes y me paré en la puerta a esperarlas. Cuando salieron, Nora llego a mi lado y me abrazó apoyando su cabeza en mi hombro.
-Señorita Nora no se lleve los pinceles- le habló con fastidio.
-Perdón profe- se disculpó Nora que era la más despistada y entró a dejarle los pinceles.
Con Pía estábamos en la puerta cuando aquella mujer llegó.-Hola cielito. ¿Ya estas?- la saludo aquella profesora entrando al aula.
-Si. Cielo, vamos- le respondío y salieron del aula.
-Ven que si tienen un rollo- señaló Marcos, uno de los chicos que estaba en el pasillo
-Aja- respondimos.
-Ahora si le hiciste algo a la profesora- me acusó Pía mientras caminábamos a la cafetería.
-¿Qué?-
-¿De qué hablas?-
-Te trato bien. Y no dejaba de mirarte-
-Y te sonrió cuando te entregó la lista- añadió Nora
-No lo note- dije haciéndome la desentendida
-Ay Elena. No te sacaba la mirada de encima- habló Nora de nuevo.
-Es verdad-
-¿Ustedes no estaban pintando?- pregunté dándole un sorbo al café que habíamos comprado apenas llegamos.
-Puedo hacer dos cosas a la vez- se defendió Pía.
-Tal vez le gustas- Susurro Pía
-Ja ja ja.-
-No te rías. Te mira no se, de una forma diferente-
-Sale con aquella mujer- espete
-A ella no la mira como te miró a ti hoy-
-Es cierto. Además me habló mal cuando te abrace-
-Se puso celosa-
-Esperen- chilló Pía como si se le hubiese ocurrido la idea más grande. -Te trataba mal porque está enamorada de ti y ya no lo puede ocultar por eso cambió la forma de tratarte-
-Piaaaaaa. Sii. Tienes razón es eso-
-Ustedes deberían dejar de ver tantas comedias románticas- me reí. -Hablando de otra cosa. ¿Qué pintaron?- quise saber.
-Yo pinte una calle de París con la Torre Eiffel-
-Yo un campo de flores. ¿Tu?-
- Que lindoo- les sonreí. -Yo pinte el rostro de un niño-
-A mi no me salen muy bien los rostros- se quejó Pía.
- Ya te saldran- la animé. Y volví a darle un sorbo a mi café.
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La Canción De Medianoche
RomanceAmely una profesora de Historia del Arte y Elena una estudiante de periodismo se conocen de casualidad en el estacionamiento de la universidad luego el destino las cruza por los pasillos de está y de a poco los sentimientos aparecen, una noche de lu...