~~~Pov Amely~~~
La noche anterior volvimos bastante tarde y exhaustas a casa de mis abuelos. Después de que los de la mudanza dejaran los electrodomésticos y el juego de comedor los pusimos donde correspondían y verificamos que los contracorriente funcionarán con normalidad.
Me despierto, compruebo la hora y me desperezo un rato. Elena duerme pacíficamente a mi lado con su brazo rodeando mi cintura y sus piernas enredadas con las mías, me muevo de a poco y salgo lentamente de la cama sin despertarla.—¿A dónde vas?— me pregunta cuando estoy por abrir la puerta de la habitación.
—A preparar el desayuno- le respondo dándome la vuelta y mirándola.
—¿Que hora es?
—Las ocho.
—Es temprano aún, ven— me pide.
—Hay mucho que hacer.
—Sólo un ratito— dice abriendo las colchas.
—Solo un ratito— repito volviendo a la cama.
—¿Y mi beso de buenos días?
—Buenos días mi amor— Digo dándole un corto beso.
—¿Por que sólo uno?— bufa
-Porque me interrumpiste antes de que te diera los otros—Le digo y le doy más besos. Sonríe grandemente mientras me devuelve cada beso.
Me acomodo en su pecho y la abrazo.—Mi amor— me susurra
—¿mhm?
—Nos quedamos dormidas. Son las once y media.
—Ay Elenitaa— digo sentándome en la cama.
—Perdón. Iré a preparar el desayuno. ¿Qué quieres?
La tomo del rostro y la beso —a ti.
—Y yo a ti. ¿Pero qué quieres de desayunar?
—Un café con leche y un beso.
Ahora es ella la que me toma del rostro y me besa. —te espero en la cocina— dice para levantarse y luego desaparecer por la puerta de la habitación.
Tal vez diez minutos más tarde estoy entrando a la cocina justo cuando Elena está batiendo el café. Me apoyo en la mesada y la observo en silencio es tan hermosa, sí, ya sé solo está batiendo café pero Elena aún estando quieta es hermosa.
—Vas a matarme de un susto Amely— me reprocha cuando se da cuenta de mi presencia. ¿Qué haces ahí?
-Te miraba. Miraba lo hermosa que sos-
Niega con la cabeza y sonríe sirviendo la leche en las tazas.
Media hora más tarde estamos entrando a la habitación donde guardaba mis pertenencias. Abro una caja y lo primero que encuentro es el álbum de mi boda al que lanzo directo a la bolsa de basura.—¿Qué es?— pregunta con curiosidad.
—Tiene fotos de la boda.
Se acerca y levanta el álbum.
—Amely— se escucha la voz de mi abuela llamarme.
—Acá estamos—grito y luego de unos segundos mis abuelos entran.
—¿A los cuantos años te casaste?— me pregunta.
—Tenía dos más que vos.
—El vestido te queda precioso.
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La Canción De Medianoche
RomanceAmely una profesora de Historia del Arte y Elena una estudiante de periodismo se conocen de casualidad en el estacionamiento de la universidad luego el destino las cruza por los pasillos de está y de a poco los sentimientos aparecen, una noche de lu...