Capítulo 2

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La sonrisas, los saludos con la mano, los hola a los gritos fueron suficiente para enamorarnos.

Escondida en su cuello pasaron minutos hasta que ella miro su celular.

—Es tarde, debería irme—

—Si, es un poco tarde— le sonreí apenada. la acompañe hasta la puerta

—Que descanses— se despidió dejando un suave beso en mis labios.

—Vos también, adiós— volví al balcón para ver como cruzaba la calle y cuando desapareció por completo, entre y me tumbe en la cama. Daba vueltas y vueltas sin poder dormir no se cuanto tiempo paso hasta que por fin logre conciliar el sueño había cosas que me daban vuelta en la mente *me dijo que me quería como yo a ella, pero estaba casada. *

Al otro día me la encontré en la entrada de la facultad y caminamos juntas los pasillos que nos separaban de nuestras respectivas aulas.

—Hola ¿Cómo estas?—me preguntó sonriendo

—Hola. Con mucho sueño— dije bostezando —¿vos?—

—Ya veo— señalo con una sonrisa — yo estoy bien—

—Me alegro —sonreí sin más.

  —Me gusto estar con vos anoche —Soltó enseñando sus dientes.

—A mi también me gusto estar con vos— dije tratando de no ser borde. Estaba feliz por lo de anoche pero también estaba enojada porque después de decirme que me quería volvió a dormir con su esposo, pero creo que no lo logre.

 —¿Estas bien? — me preguntó

—Si. ¿Por que?—

—Tu tono de voz, pareces un poco molesta—

—No, solo tengo un poco de sueño— mentí. *¿Qué iba a decirle? yo no era nadie.*

—Bueno— dijo no muy convencida —¿Hasta que hora tenes clases?—

—Hasta las seis, creo. ¿Por qué?—

—¿Queres ir a merendar?. Hoy tengo que ir al bufete de abogados pero después puedo venir a buscarte y vamos—

— Me encantaría.  ¿A que tenes que ir a un buffet de abogados?—

— A firmar los papeles de divorcio—

—Oh, lo siento—

—¿Por que?— rio

—No se, es lo que se dice en estos casos, supongo— me encogí de hombros

—Si no es de común acuerdo si, no es nuestro caso—

—¿No?— pregunté con curiosidad.

—No, los dos queríamos hacerlo, ya sabes se acabo el amor así que bueno—

—Era lo mejor— añadí

Asintió— así es—sonrió.

Le sonreí.  —Bueno, aquí tengo que quedarme— Señale mi aula.

—Yo tengo que ir allá— dijo señalando un aula al otro lado del pasillo

—Nos vemos en la tarde profe—le di un beso en la mejilla y entre a mi aula.

—Nos vemos a las seis— dijo y se fue.

Termino mi última clase y me dispuse a salir cuando el profe nos pidió que nos quedáramos para hablar sobre un proyecto que teníamos que presentar. Me senté de mala y escuche al profe ''atentamente''. cuarenta minutos más tarde por fin pude salir, y me senté a esperarla frente de la facultad, no pasaron ni dos minutos cuando vi que su auto estacionaba frente mío, subí y me saludo con un beso en la mejilla.

—Veo que es bastante puntual profe— dije con cara seria.

—Perdón, perdón. Se me hizo tarde—  se disculpo con cara de pena.

—No te preocupes, recién salí—

—¿No salías a las seis?—

—Si, pero el profe nos pidió que nos quedáramos para hablar sobre un proyecto—

Después de conducir unas calles llegamos a un bar, que se veía bastante acogedor.

— ¿Me pedís un café con leche?, voy al baño — anuncie cuando entrabamos

—Esta bien— respondió  y se acomodó en una de las mesas que estaban alejadas del bullicio.

Volví del baño y me senté frente suyo.

—Espero que no me hayas extrañado — le sonreí

—No, ni un poquito— se burló

—okey, entonces me voy— dije riéndome

También río —ni se te ocurra. ¿En que año estás?— preguntó cambiando de tema.

—Este es el ultimo— digo orgullosa

— ¿En serio?. Eso esta genial—

—Sii— sonreí feliz

—¿Y después que harás?— preguntó mientras el mozo dejaba nuestros pedidos.

—Mm, lo estoy pensando. Pero tal vez historia del arte—sonreí

—¿Te gusta? ¿O queres tenerme como profesora?—

—Mi sueño es tenerte de profe, así que cuando me dijiste que enseñabas historia del arte quise estudiar esa carrera—

—Lo sabía, es que soy muy buena en lo que hago. Todos quieren tenerme— dijo riendo

—Claro, eso es— me reí junto a ella.

—Bueno hablando en serio —dijo después de una pausa. —¿te gusta?—

—Si, me encanta el arte. También me gusta la literatura—

—¿Y entonces porque periodismo?—

—Porque también me gusta mucho—sonreí —ya se, no tiene nada que ver— me reí -pero bueno, me gustan—

—La literatura también es arte, yo soy filóloga — sonrió ampliamente.

—¿En serio?. Me encanta la literatura—

—Si, pero solo enseño historia del arte —

—¿Oh, ¿por que?— pregunte mientras tomaba de mi café.

—Porque historia me consume la vida— dijo riéndose

Le sonreí y me quede viéndola reír, su risa era maravillosa. Cuando ceso su risa, mire sus rulos de color castaño, pase mi vista por su rostro y me perdí  en sus ojos, ese abismo de color verde.

La Canción De Medianoche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora