Estoy sentada en la entrada de la universidad esperando a Amely
Cuando esta aparece por detrás.—Hola mi vida.
—Hola mi amor.
—¿A quien estas esperando?
— A mi novia.
—Mm..¿hace mucho la esperas?
—Mm media hora, un poco más— respondo chequeando la hora
—Perdón por el retraso. Me quede conversando con mi abuela.
— No te preocupes.
—¿Vamos?
— Si.
— ¿Podes manejar? Estoy cansada.
— Claro— extiendo la mano para que me entregue las llaves.
Subimos al auto, pongo música y salimos del estacionamiento de la uni.— ¿Que quieres almorzar?
— Pizza. ¿Y vos?
— También quiero pizza.
— Entonces vamos a ese restaurante italiano que hay de camino a casa.
— Esta bien.
— Te extrañe hoy.
— Yo también. Es aburrido no tener clases contigo.
— ¿En serio?
— Sii.
—¿Mis clases son divertidas?
— Si. Son diferentes.
Me sonríe a modo de respuesta Y en la radio empieza a sonar esa canción de la cual sólo nos sabemos el estribillo.
— Me abrazaste y volé, te juro que volé— canta Amely.
— Y es que me encantas tanto si me miras mientras canto, se me pone cara tonta.
—Tu me tienes loca y es que me gustas, no sé cuanto "Gogoko zaitut", como dirían los vascos si quieres te lo digo en portugués eu gosto de você— cantamos ambas justo antes de llegar al restaurante.
— Sabes mi abuela me contó que hay tres profesores de Filología que se jubilan pronto y me propuso tomar esas horas— me comenta después de pedir la pizza.
— ¿Dejarías historia?
— No, las clases de filología son a la tarde.
— ¿Y qué harás?
— No lo sé. Hace años que no doy clases de filología y me gustaría volver. ¿Vos que opinas?
— Que esos chicos tendrán a la mejor profe de todas.
— Te pregunto en serio.
— Y yo lo dije en serio. Pero si queres hacerlo, pues hazlo. Yo te apoyo.
— Creo que serían tres días a la semana. De dos a siete.
— Bueno, podríamos almorzar juntas y luego me voy a casa y tu a la uni.
— Sí , eso estaría bien.
— ¿Entonces?
— Le diré que si.
— Me parece bien. Llamala.
Llama a su abuela, y le dice que estará encantada de tomar esas horas.
— Pero no podré dormir la siesta contigo— arruga la nariz.
— Es cierto. Ya no quiero que aceptes— me río.
— Me retractare solo para quedarme a dormir contigo— guiña el ojo y sonríe.
— ¿Y me harás mimos?
— Muchos, muchísimos. Si quieres puedo empezar ahora.
— Si quiero.
— Vamos a casa entonces.
Pagamos la cuenta y vamos a casa, llegamos y nos acurrucamos en el sofá. Me acaricia el pelo y la abrazo.
— Te quiero— le susurro.
— Yo a ti.
Perdón que se tan corto🙃
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La Canción De Medianoche
RomanceAmely una profesora de Historia del Arte y Elena una estudiante de periodismo se conocen de casualidad en el estacionamiento de la universidad luego el destino las cruza por los pasillos de está y de a poco los sentimientos aparecen, una noche de lu...