Capítulo 6

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—¿En serio?— pregunta con entusiasmo.

—Si—respondo, con el mismo entusiasmo. 

 
—Este es tu quinto año y yo estoy hace diez. ¿Cómo es que no te vi antes?— pregunta de repente.

—Tal vez si nos vimos pero no nos prestamos atención.

—No puede ser. Soy muy observadora.

—Bueno tal vez no quiso verme, profe.

—Yo hubiese querido verte siempre. Pero ahora que recuerdo, las aulas de los primeros años de periodismo están en el otro edificio.

— Si, profe.. sólo los últimos están en el mismo edificio que historia. No se porque— me encogí de hombros.

—Me dicen profe cincuenta  veces al día, pero cada vez que me lo decís vos me agarra una sensación linda en el cuerpo—confiesa.

—¿Cómo es eso profe?—pregunte remarcando el "profe".

—No lo se. Suena lindo y dulce y me provoca sensaciones.

—¿En serio?, ¿que clase de sensaciones?— pregunto.

—Vos me provocas sensaciones lindas en el cuerpo y no sólo porque me decís profe, que estés aquí, que me hables, que me sonrías.

Me sorprendieron tanto esas palabras que me incorporé en el sillón y la mire a los ojos como si así quisiese trasmitirle lo que mí voz no podía hacer.
Ella dibujó sutiles caricias en mí rostro y yo sonreí agradecida de estar ahí en ese living, en ese momento y sobre todo, con ella.

—Vos también provocas cosas lindas en mí— dije al fin y bese sus mejillas. 

Bese sus labios despacio.. el beso se intensificó hasta que termine sentada sobre sus piernas y sin blusa.
Me deshice de su blusa cuando el beso paso del amor al deseo. Fuimos a su habitación tomadas de la mano, cuando estuvimos ahí prendió la luz y todo el deseo desapareció de mí cuerpo
Había demasiadas cosas de su ex esposo, cosas llenas de polvo, que se notaba que no fueron usadas en mucho tiempo. Pero que contaban que en esa habitación convivieron dos personas que se quisieron.
Sus pertenencias me llenaron de inquietud. Solté la mano de Amely que me miraba tratando de descifrarme y me crucé de brazos

—¿Que pasa? —pregunto extrañada

—¿Nada solo que..—respondí tranquila

—  Elena. ¿Solo que que?— volvió a preguntar, al ver que yo no dejaba de observar la habitación.

—Nada, sólo que hay demasiadas cosas de él. Y es un poco raro— fruncí el ceño

—Oh sii, es cierto— dijo mirando a su alrededor— lo siento. Estos últimos días estuve tan ocupada que me dormía en el sofá, no entre casi aquí, lo siento.

—Perdón, solo es un poco raro para mi.

—No te preocupes—me dijo sonriendo.

Asentí mirando a la nada.

 —Ven, dormiremos en el sofá— Tomo unas mantas y tiro de mí mano para salir del cuarto.

Cuando estuvimos fuera respire profundo y le sonreí. Entramos al living  y la ayude a armar el sofá cama, puse las mantas mientras ella iba por un pijama.

—Te deje un pijama en el baño—dijo cuando estuvo de nuevo a mi lado.

Le agradecí y fui a cambiarme. cuando volví la encontré dormida, me acosté a su lado y bese su mejilla. en mitad de la noche sentí sus brazos rodearme la cintura. —te quiero—dijo en un susurro apenas audible.

—También te quiero— dije entrelazando mi mano con la suya. Y así nos dormimos.

La Canción De Medianoche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora