Mi nombre es Elena, estudio periodismo en el Instituto FAD, donde un año atrás conocí a Amely, la primera vez llovía como si el cielo fuera a caerse, sólo fueron unos minutos, pero fueron suficientes para que quede prendida de su lindo rostro y de sus rulos abundantes.A partir de ahí y por esas cosas de la vida nos empezamos a cruzar seguido en los pasillos, las escaleras, en la fila del café, donde me dijo su nombre y yo le dije el mío, me contó que dictaba clases de Historia del arte, y que estaba casada hace un par de años, yo le conté que estudiaba periodismo y que hacía poco que salí de una mala relación.
Hacia un mes que me habia mudado a un edificio que se encontraba al frente de su lujosa casa.
Una noche en la que no podía dormir, salí al balcón a tomar aire y la vi sentada en la hamaca que tenia en el jardín.
Mi momento llegó pensé, entre, agarre el celular, volví afuera y la busque en facebook.
*¿Vos tampoco podes dormir?* escribí lo primero que se me ocurrió. Dos minutos después llegó su respuesta.
*Tampoco puedo dormir.¿Donde estas?*
*En el balcón*. Le contesté al segundo
Lo leyó y miró hacia donde me encontraba. La salude con la mano y ella correspondió el saludo.
*¿Qué estás haciendo?* me pregunto.
No estaba haciendo absolutamente nada, pero como siempre se me ocurren cosas, le mentí.
*Por tomar mates, queres venir?* escribi y le envie. No creía que aceptará pero tenia que intentarlo ¿no?
*Si, ahí voy*
La vi salir de su casa y subir al edificio. No podía dejar de mirarla y sonreir, si, me estaba enamorando si es que no lo estaba ya.
Oí unos suaves toques en la puerta, atravesé la habitación y abrí.—Holi —le dije y la salude con un beso.
—Hola Elena. ¿Cómo estas? —
—Bien ¿vos?—Dije al tiempo que me corría para dejarla pasar
—Bien—dijo sonriendo mientras inspeccionaba el cuarto. — ¿tocas la guitarra?— me pregunto señalando la guitarra que estaba sobre el escritorio-
—Mm algo así, estoy aprendiendo—
—Siempre quise tocar, pero soy muy mala.—
Me reí —No creo que lo seas, es fácil sólo hay que practicar—
—Te juro que si,- río -¿Podrías tocar algo?—
—Solo se una—me excuse
—No importa, toca la que sepas—
—Mm esta bien, en seguida tocó algo—
—Genial. ¿También cantas?—
—Si, también lo hago. ¿Nos quedamos aquí o salimos al balcón?- le pregunté
—Vamos al balcón, es una hermosa noche—
—No más que vos- le dije y se sonrojo.-bueno vamos afuera, entonces—
Agarró el equipo de mate. -Yo llevo esto, vos lleva la guitarra—me dijo.
—Okey—Levante la guitarra del escritorio y salí detrás de ella.
Nos sentamos alrededor de la mesa que había en el balcón Y mientras ella preparaba el mate yo empecé a tocar y cantar.
{Dejando de pensar solo sentir poder tener mis brazos alrededor de ti, poder rozar tu piel y conocer a qué saben tus besos Uh ooh Uh oh oh ooh no ouh siempre quise enamorarte Uh oh oh ooh no ouh y poco a poco formar parte de mil recuerdos que te hagan sonreír}.
La canción era perfecta, le estaba diciendo lo que sentía y ella creería que sólo fue una linda canción.
Me aplaudió, mientras sonreía— lo hiciste muy bien, fue hermoso y la canción es hermosa. ¿La escribiste vos?—
—¿De verdad te gusto?, si es hermosa. Y No, la encontré en youtube —sonreí
— Si, fue hermoso—
—Gracias, me alegro que te haya gustado— ambas sonreimos y empezamos a tomar mates mientras hablábamos del Instituto o de alguna cosa sin sentido.
Cuando se nos acabo el agua, me levanté y fui a sentarme en el sillón, ella me siguió y se sentó a mi lado.
—Te quiero Elena— susurro y apoyo su cabeza en mi hombro.
•¿Escuche Bien? ¿Dijo que me quiere? ¿De que forma?• eran las preguntas que rondaban mi mente.
—Yo también— dije al tiempo que acariciaba su enrulado pelo.
—¿De qué forma?— me preguntó
—No sé ¿de qué forma me queres vos?—
Se levantó de mi hombro y me miro a la cara.—De la forma más linda en la que se puede querer—
Yo la mire tratando de descifrar lo que quería decir - no entiendo- dije después de meditar unos segundos.
—Me gustas y te quiero de esa forma Elena—
Me quedé en silencio procesando esa gran información.. —Yo también te quiero de esa forma Amely—dije al fin y la abracé, nos fundimos en un tierno abrazo, la bese despacio, disfrutando el momento y luego me escondí en su cuello.
Pensé que era raro y estúpido enamorarse de alguien que apenas conoces, de alguien que sólo ves de vez en cuando, pense que me estaba volviendo loca, pero no, a ella también le pasó.
Las sonrisas, los Saludos con la mano, los Hola a los gritos, fueron suficiente para enamorarnos.
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La Canción De Medianoche
Roman d'amourAmely una profesora de Historia del Arte y Elena una estudiante de periodismo se conocen de casualidad en el estacionamiento de la universidad luego el destino las cruza por los pasillos de está y de a poco los sentimientos aparecen, una noche de lu...