Al día siguiente no teníamos que ir a la universidad así que nos despertamos un poco mas tarde de lo habitual.
Me desperté con Amely en la misma posición en la que se durmió, con su brazo rodeando mi cintura.
-Buenos días-murmura depositando un beso en mi mejilla.
-Buenos días- respondí sonriéndole.
-¿Como estas?.
-Genial -conteste abrazándola- ¿vos?.
-Mejor que nunca-dijo abrazándome más fuerte
Nos quedamos abrazadas por un largo tiempo, ninguna de las dos quería romper el abrazo y esa paz que nos rodeaba.
-No quiero levantarme, pero muero de hambre- dije después de casi una hora de haber despertado.
-Yo también, desde hace un rato. Pero tampoco quiero levantarme.
La abrace más fuerte y nos quedamos unos minutos hasta que su estomago rugió
-Debemos levantarnos.
- Si -dijo estirándose en la cama.
Bese sus mejillas y me levante de un salto o no lo haría más. Amely hizo lo mismo.
-Voy a preparar café con leche- informó entrando a la cocina.
- Esta bien, iré al baño. Fui al baño, me lave la cara, peine mi cabello y volví a la cocina, cuando entre Amely estaba dejando las tazas en la mesada.
-Justo a tiempo -dije cuando llegue a su lado.
-Si, justo a tiempo- repitió sonriéndome.
Desayunamos mientras me contaba que sus alumnos debían prepara una exposición para el final del semestre y que debería pasarme por ahí, para ver si lo que hacían en su cátedra me iba a gustar.
-Cualquier cosa que venga de vos, me va a gustar.
- Elenaa.
-¿Que?.
-Hablo en serio.
-Yo también- me encogí de hombros.
- Deberías ir.
-Si iré profe.
-Bien. ¿Te quedas conmigo todo el día?.
-Obvio que sii.
Terminamos de desayunar y me pidió que la acompañara a su habitación.
-Puedes sentarte ahí -dijo señalando un silla victoriana color hueso. -o en la cama.
-Definitivamente elijo la silla. ¿Es una replica o es de esa época?.
-Supuestamente, supuestamente es de esa época, nunca lo sabremos- me senté en la silla que estaba cerca de la ventana.
-Voy por algo para guardar la ropa de mi ex.- dijo dejándome sola en la habitación. volvió con un par de valijas, las reviso y empezó a guardar la ropa.
-No sabia que este hombre tenia tanta ropa- se quejo después de una hora de guardar ropa.
Me reí- si que tiene ropa- agregue.
-Deberías ayudarme-me señalo.
-Oh no, estoy leyendo estos poemas de Bécquer- le mostré el libro que agarre de la mesa de luz.
-Entonces deberías leer en voz alta.
-Eso si puedo hacer- respondí y leí una de mis rimas favoritas de ese autor.
"Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso... ¡yo no se que te diera por un beso!."
-¿Puedo probar? -preguntó cuando termine de leer.
La mire sin entender -¿que?.
-¿Si puedo probar que me darás por un beso?.
-Mm no, porque tenes mucho que guardar todavía-
señalo la habitación.Revira los ojos -ya no quiero guardar, pero bueno tengo que... continua guardando.
-¿Estuviste con alguna mujer?- pregunto cerrando el libro.
-Unas cuantas antes de casarme.
-¿Cuanto es unas cuantas?- indago.
-Mm cinco. No, seis.
-Ah, unas cuantas. ¿Y por que terminaste con un hombre?.
-No se, éramos amigos, mi novia de ese entonces me lastimo demasiado y él estaba ahí. y bueno, una cosa llevó a la otra. un día me desperté y ya estaba casada desde hace tres años. Cosas de la vida- dice encogiéndose de hombros.
-Oh, entiendo.
- ¿Y vos con cuantas?.
-Mm, como diez. Creo, igual no todas fueron serias. Sólo dos y bueno la última.
-¿Que pasó con ella?.
-Era demasiado posesiva, no me dejaba ni respirar. Además me engañaba Y cuando descubrí eso, la deje y ahora soy libre.
-Que mal que te haya hecho eso, si te mereces todo lo bueno. Pero por suerte, abriste los ojos y te deshiciste de esa mala relación.
-Si, gracias al universo o a lo que sea. Que pude terminar eso.
-¿Y ustedes por que se divorciaron?.
-Nunca nos llegamos a amar, nos queríamos si, pero no de esa forma y nos cansamos de fingir y nos separamos- confesó.
-Ah, ya.. entiendo. Cosas que pasan.
-Supongo que si.- dijo y continuó guardando ropa y yo leyendo poemas en voz alta.
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La Canción De Medianoche
RomanceAmely una profesora de Historia del Arte y Elena una estudiante de periodismo se conocen de casualidad en el estacionamiento de la universidad luego el destino las cruza por los pasillos de está y de a poco los sentimientos aparecen, una noche de lu...