Capítulo 29

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Después de aquel encuentro en el bar parece que su "odio" hacia mi se incrementó. Ya no quedaban ni siquiera rastros de la dulce y amable Amely que conocí.

Seguía haciendo de cuenta que no me conocía y cada vez que decía o preguntaba algo en clase ella simplemente me ignoraba.

Terminando una de las clases salía por la puerta cuando alguien toco mi hombro.

-Hey. ¿Vas a la cafetería?- Me pregunto aquella chica de pelo hasta los hombros, que se sentaba detrás mío.

-Si- le sonreí

-Soy Pía. ¿Puedo ir contigo?-

- Soy Elena. Vamos-

En el camino se nos sumó una chica bajita de pelo largo igual que el mío que se sentaba junto a Pía.

-Hola soy Nora- se presentó.

-Hola yo soy Elena-

Llegamos a la cafetería y en una mesa un poco apartada estaba Amely con una profesora rubia.
Las mire de reojo y volví mi atención a Pía que nos preguntaba algo.

-¿Qué pido para ustedes? Vayan a sentarse. Yo pediré.-

Le dijimos lo que queríamos y nos fuimos a sentar con Nora que eligió una mesa cerca de la de Amely. Al poco tiempo Pía volvió con nuestro desayuno.

-Gracias- dijimos con Nora. Y empezamos a desayunar en silencio.

-Nunca te vi antes- habló Nora.

-Yo tampoco te vi-

-Soy nueva en la ciudad-

-¿Por qué te mudaste?-

-Hace unos años mis padres y abuelos se mudaron aquí, y bueno ahora que termine la carrera vine con ellos-

-¿Qué estudiabas?-

-Periodismo-

-Eso es genial-

-¿Y cuantos años tienes?-

-Cumplí veinticinco hace poco. ¿Ustedes?-

-Yo tengo veintiuno- contó Nora

-Yo veintidos- respondió Pía. -Bonito anillo- dijo tomando mi mano para observar mejor el anillo que tenía en el dedo anular.

-Gracias- respondí sintiendo una mirada sobre nosotras, cuando levante la vista Amely nos miraba con gesto serio.

Los días que siguieron pude verla en los pasillos y en la cafetería conversando con aquella mujer rubia que la llamaba "cielito". Eso escuche que le decía un día. Y Nora también nos contó que escucho llamarle de ese modo.

En clase todo cambió, para peor. Paso de ignorarme a hacerme preguntas que claramente no sabía sólo para dejarme en ridiculo delante de todos mis compañeros. Además llegaba tarde y siempre huía cinco minutos antes de que la clase terminará.

Pía y Nora me decían que la profesora estaba loca y que debería enfrentarla porque no era justo que siempre se la agarrase conmigo, yo les decía que ya lo haría. Pero simplemente lo dejaba pasar. Me costaba mucho creer que aquella mujer que me gritaba fuese la misma que tiempo atrás me abrazaba cada noche para dormir.

Hasta que un día, después de que me riñera sin razón, me cansé y luego de que se marchara la seguí hasta su despacho. Antes de que pudiera cerrar la puerta entre.

-¿Que le pasa? ¿Por que entra así?-

-Llegas tarde, te vas antes y siempre estás acompañada así que está es la única forma en la que me escuches-

-No tengo tiempo. Y no tengo nada que escuchar de usted- escupió enojada

-Seré breve. No tengo idea de porque todo esto. No lo entiendo, pero acepto que finjas no conocerme y que me odies pero no lo hagas en el aula. Soy tu alumna y son mis primeras semanas y sabes que hay cosas que obviamente no las se-

Iba a responderme pero la puerta se abrio de golpe. Era aquella mujer.

-Perdón cielo, pensé que estabas sola-

-Espero que cambie-

-Ya me iba - Le sonreí falsamente a esa profesora que andaba atrás de Amely como un perrito faldero y salí de su despacho.



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