No me puedo creer ni un poco que este a punto de cometer esta locura.Tal vez sería un buen momento para retroceder.
Pero ¿En realidad quiero eso?
Por supuesto que no.
Mi lengua se desplaza fuera de mis labios.
¿Debería decirle que esto es una locura o acaso él es conciente de ese echo?
Niego.
Claro que lo sabe.
Deslizo mis manos por su abdomen y me arrodillo lentamente sin perder contacto visual, mis rodillas hacen un ruido sordo al impactar con el suelo, sonrío, estoy más nerviosa de lo que pensaba, su grueso miembro apunta directo hacia mi rostro, muevo mis manos para llevar el cabello suelto detrás de mis orejas, siento sus gruesas manos ayudarme a colocarme bien el cabello cuando lo agarra en una coleta con una mano y con la otra desliza sus dedos por mi mejilla con adoración.
Es tan romántico.
Estoy demasiado nerviosa.
—Lo harás bien ya verás.
Me alienta con una sonrisa.
El latir de mi corazón retumba en mis oídos, no soy la única involucrada en esta locura, esto es algo más allá, como una fuerza invisible que nos arrastra a entregarnos a algo que desconocemos, a lo prohibido.
—Xion, quiero arriesgarme pero tengo miedo de no ser suficiente—. Expongo mis miedos mientras muerdo el interior de mi mejilla.
—Jamás vuelvas a repetir lo mismo, tu eres mas que suficiente y grábatelo de memoria, no permitas nunca que otras personas te hagan sentir menos de lo que en realidad vales, las diosas no miran hacia abajo salvo para escupir.
—Pero...
—Entonces—con un dedo levanta mi barbilla—Muéstrame hasta donde eres capaz de arder, vamos se que dentro de ti hay oculto un fuego bruto— me anima. Sus dedos se hunden en mi pelo mientras me guía hacia su pene.
Alargo la mano para rodearlo, pero me detiene.
—Sin manos. Por ahora, prueba un poco. Conócelo después de todo el será tu amigo.
Deslizo la lengua por la cabeza de su miembro y barro el camino de cremosidad que sobresale. La salinidad me llena la boca y en cuanto la pruebo, quiero más. Rodeo la cabeza con la boca y chupo para aliviarlo. Me salpica la lengua y gimo.
-Codiciosa-Me mira a través de sus gruesas pestañas mientras sigo pasando la lengua por el agujerito de donde sale la crema. Intento conseguir más mientras él niega. -No. - Me tira del pelo hacia atrás y su polla se desliza fuera de mi boca.
Hago un puchero.
-Eres muy buena con la boca, tienes talento pero si sigues así me sacarás toda la leche y no podemos desperdiciarla de esa manera ¿Verdad bebé?
¡Q u e- t e -f o ll e n!
¿Este tipo no ha dicho eso verdad?
Abro mi boca asombrada mientras mis mejillas se manchan con un tierno rojo y desvío la mirada.
Que mal hablado por dios y como me excita su forma de ser.
Mi boca se abre para replicar cuando coloca su dedo en mi boca callandome.
-Sshh-me levanto con el ceño fruncido.
¡¿El no me mandó a callar verdad?!
-¡Pero que demonios!
-Sssh- tapa mi boca con su mano abro mis ojos de par en par.
La agarro y la bajo de un tirón con enfado.
-¡Pero que te pasa!-retrocedo impactada, nunca había echo nada igual, pestañeo abrochando mi blusa.
Niega mientras se acerca.
-No gatita no es eso-me abraza susurrando -es que hay alguien fuera.
-¿Que?-me asusto abrochando más rápido mi ropa, deslizo mis temblorosas manos por las hembras de mi erizado cabello mientras tiemblo de pánico.
Si se llegan a enterar de lo que acabamos de hacer probablemente nos expulsen a ambos, me preocupa más el echo de ser descubierta y expulsada que el echo de que esté en un salón en horario de clases con mi profesor de artes, es increíble que ni siquiera por mi mente pase avergonzarme de lo que siento.
No es nada malo, lo que siento no está mal, son sentimientos mezclados y se que esto va mucho más allá que una banal atracción se que hay mucho más cuando observo de vez en cuando su penetrante mirada, una mirada vale más que mil palabras eso es lo que dice el dicho y, sinceramente le creo, deslizo mis manos por su pecho y me aferro a su camisa.
-¿Que hacemos Xion?
-No te puedo exponer de esta manera Miranda, no es justo, termina de vestirte me encargaré de distraer la atención de quién sea que este husmeando.
-Xion ten cuidado.
Comienza a abrochar sus pantalones y sonríe.
-Me importa un carajo la gente -se acerca a besar mis labios-Solo me importas tú pequeña gatita.
Nos separamos chocando nuestras narices mientras tomamos aliento, muerta de pánico me alejo mientras asiento.
-¿Lista?-pregunta observando mi vestimenta, todo está en su lugar, asiente con aprobación.
Corro hacia la otra esquina de la habitación.
Justo en ese momento nuestras cabezas se giran al unísono al escuchar la perilla de la puerta girar.
Al diablo nos encontraron.
Estamos perdidos.
¡Mierda!
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