Capítulo cuarenta y cinco

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Deja sus cosas de nuevo en la mesa y se sienta acomodando su corto cabello hacia atrás con frustración.

—Cuando tenía seis años mi madre murió de cáncer, razón por la cual me quedé al cuidado de mi padre, ambos estábamos devastados, pero nos unimos bastante hasta que dos años después de la muerte de mi madre mi padre se casó con Ester, la madre de Diana, para ese entonces esa mujer lucía tierna luego que se casó con mi padre su actitud hacia mí comenzó a ser hostil, hasta que su hija llegó a ocupar mi lugar en el corazón de mi padre, me acusaban constantemente de cosas que nunca había echo y poco a poco mi padre me comenzó a ver cómo una rebelde, se alejó tanto de mí que en la actualidad hay un abismo entre nosotros dos.

Siento la tristeza inundar mi pecho al escuchar su relato.

—El caso es que Diana resultó ser igual de malvada que su madre, mi tía Selena al darse cuenta de lo que me pasaba me sacaba de la casa constantemente con la escusa de irme a quedar en su hogar, a mi me encantaba pasar tiempo en la mansión junto a Lucas y Xion, me sentía querida, años después en la adolescencia Diana comenzó a mostrar cierto interés en Xion, a mi eso me enfadaba en sobre manera, no porque estaba celosa, o bueno si lo estaba pero no de la manera en la que tú te lo puedes llegar a imaginar, no quería que ella también separa de mi lado a las únicas personas que amaba y me amaban.

Seca con el dorso de su mano una lágrima que se desliza por su mejilla.

—Pero no todo es como lo deseamos a veces queremos algo pero no lo logramos, a la larga Diana conquistó a Xion y lo alejó de mi lado con la escusa de los celos.

Paso la lengua por mis labios mientras le doy vuelta a toda la situación dentro de mi cabeza.

—Luego se dejaron—ladea la cabeza con curiosidad—¿Xion te dijo la razón?

Lo pienso y la verdad es que nunca me dijo exactamente que era lo que había pasado.

Niego apretando los labios.

—Bueno probablemente me meta en problemas por decírtelo pero lo haré —expulsa el aire—Ella engañaba a mi primo con Harry, creo que aún no lo has conocido pero era uno de los mejores amigos de Xion y Lucas, luego de eso su amistad se acabó. Xion los encontró teniendo sexo en uno de los despachos de la empresa.

Jadeo asombrada llevando mi mano derecha hacia mi boca, impactada.

Después de todo Xion y yo nos parecemos bastante a ambos nos engañaron de forma tan descarada a la cara.

—Que perra.

Se ríe mientras me agarra la mano con complicidad.

—¿Verdad que sí? Solo me alegro que le hayan descubierto el juego pronto.

—Siento mucho la manera en la que te he tratado Carlota, no es la adecuada.

—Y yo me disculpo por haberte alzado la voz horita.

—En lo que a mí respecta eso queda en el olvido.

Sonrío.

—Se que te puede sonar algo grosero esto, pero debo marcharme—observo mi teléfono encendido con la llamada entrante de Gina, la organizadora de la boda—Habia olvidado que hoy en la tarde me tenía que reunir con la chica del marketing para elegir el banquete.

—Oh tranquila no hay problema yo también tenía cosas que hacer.

Nos levantamos y nos dirigimos a la salida.

—Bueno nos vemos luego—me despido con un beso y sacudo la mano  mientras me encamino hacia mi coche.

—¡Oye Miranda!—giro el rostro —crees que puedas dejarme en la empresa, es que mi chófer me había enviado un mensaje diciéndome que el coche se había averiado, hace media hora y como no había abierto el móvil no lo sabía y ahora llegó tarde a una reunión.

—Claro ven, vamos, yo te llevo.

—Gracias.

—No hay problema.

Quitó la alarma de mi auto y me adentro en él.

Llevamos casi diez minutos en carretera cuando la actitud de Carlota se comienza a ver extraña

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Llevamos casi diez minutos en carretera cuando la actitud de Carlota se comienza a ver extraña.

Mira muy seguido hacia atrás con cara de circunstancias, quitando la vista de la carretera le pregunto:

—¿Que sucede?—nuestros ojos coinciden y veo en los de ella el terror reflejado.

—Estamos en problemas Miranda, nos están siguiendo—miro hacia atrás para ver dos camionetas negras acercarse a gran velocidad.

—Mierda—maldigo acojonada.

—¡Cuidado!

Me asusto moviendo rápido el volante casi nos salimos de la carretera.

—¡¿Que está pasando?!—chillo histérica—¿Por que nos persiguen?

—No te lo puedo decir yo, eso es algo que a mí no me corresponde contar —lanza una mirada hacia atrás y saca de su cartera su móvil, teclea con agilidad unos números en él, está llamando, al contestar habla rápido—Nos están persiguiendo, vamos en la carretera en dirección a la empresa, sí, todo está desolado, creo que planean secuestrar o matarnos, tranquilo primo yo la cuido, si ahora te la paso, cálmate por favor.

Me tiende el móvil, lo cojo con manos temblorosas.

—¿Xion, que está pasando?—siento el pánico inundarme—Tengo miedo.

—Amor calma, no te sucederá nada yo siempre te protegere—siento las gomas de un auto derrapar—Voy para allá, no temas, debo colgar. Pase lo que pase recuerda que te amo.

Asiento con el pecho latiendome a mil  y el pánico inundando mi sistema, trato de mantener la calma pero comienzo a sufrir un ataque de pánico.

Me estoy sintiendo como hace unos meses, siento el mismo terror que sentí cuando ese loco me persiguió.

¿Será acaso por la misma razón?

Giro el volante lanzándole una mirada determinada a Carlota.

—¿Conoces a el diablo?—la chica se queda quieta y luego comienza a mover la cabeza lentamente en mi dirección.

—¿De dónde sacas eso?

Asiento volviendo la mirada al frente y apretando el acelerador a fondo.

—Entonces, significa que lo conoces. Tengo el mal presentimiento de que ustedes, todos me ocultan algo que se que me dolerá descubrir.

Señor Walker  [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora