Capítulo treinta y uno

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-Dime que es lo que tienes-le digo a mi socio Nicolás mientras avanzo y me siento en su despacho

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-Dime que es lo que tienes-le digo a mi socio Nicolás mientras avanzo y me siento en su despacho.

-No tenemos pruebas contundentes de que haya sido la Vroka, tenemos sospechas sí, pero pruebas no, no podemos lanzarnos a una guerra entre bandas sin una maldita prueba, es algo tonto y estúpido.

Golpeó la mesa y le miro con furia.

-¿Entonces que mierdas quieres que haga? Asaltaron a mi mujer, mi mujer. Eres conciente de lo que han echo quiero la maldita cabeza del responsable de esto, no me trago el cuento de que ellos no han tenido nada que ver aquí.

-Steven sigue en coma, su testimonio nos hubiese servido de mucho.

-Vez, eso es una muestra de que no fue simple casualidad, atacaron a mi mano derecha, eso solo hace aumentar mis sospechas.

Steven fue encontrado en un baño del centro comercial con dos heridas de balas, pudo resistir horas antes de que un trabajador de ahí lo encontrase. Sinceramente me alegra que este así- y no lo tomen a mal- lo que me alegra es que al menos haya hecho bien su trabajo, esa es la única manera en la que le puedo perdonar haber dejado sola a Miranda.

-No ha mejorado, los doctores dicen que es poco probable que viva.

-Lo hará créeme, hierba mala nunca muere.

Nick comienza a registrar sus gabetas con el ceño fruncido y cuando encuentra lo que buscaba me lanza una carpeta blanca a mis piernas.

-Ahi está todo lo que tenemos hasta ahora.

Tomo el folio entre mis manos y lo abro viendo cientos de fotos de esa noche, también hay fotografías de un tipo con lentes, le miro interrogante.

-Se llama Charly Wall, tiene cincuenta y un años, junto con un historial muy asqueroso, fue acusado de violar a su hijastra hace veinte años, no se pudo probar nada así que quedó en libertad, desde entonces maneja un taxi, es muy conocido por secuestrar a sus clientas y matarlas luego de hacerle cosas muy desagradables hasta para nosotros, todo esto obviamente no lo conoce la policía.

-Me estás diciendo que este desgraciado fue el que lastimó a mi mujer, este maldito gusano asqueroso.

Aprieto mis manos.

Lo voy a matar.

-Estoy totalmente seguro, pero no es todo, hace poco comenzó haber un descenso en la juventud de esta ciudad, las chicas mágicamente desaparecían, al parecer este tipo junto con muchos otros más luego de utilizarlas las venden a la mafia para que las muchachas sean utilizadas en burdeles.

Conocer eso solo aumenta mi repulsión y mis deseos de matar a ese tipo.

-Investiga más, creo que falta más información me parece que todo eso fue demasiado planeado si hubiese sido simple casualidad no hubiesen herido a Steven quien lo hizo conocía perfectamente nuestros pasos, también nos conocían a nosotros por ende alguien lo ayudó, y ese alguien es el que necesito, mientras tanto -levanto la carpeta y la dejo caer con enojo sobre la mesa y la apunto -Quiero a este maldito desgraciado para ya, búscalo por cielo, mar y tierra, en dónde sea no me importa, quiero su maldito cuerpo y lo quiero vivo yo mismo me encargaré de hacerlo arrepentirse de sus pecados.

Señor Walker  [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora