DESTINADOS.

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- universo alterno.
- +2000 palabras.

— Que sí, que sí

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— Que sí, que sí. — contesta Alejandro.
— Ya sabes, le envié por correo lo que faltaba. —

Lisandro mira a su novio bastante irritado por la tardanza, tiene ganas de arrancarle el celular de la oreja y decirle que se vayan de una vez.
Alejandro nota la mirada fulminante de su pareja por lo que apura la llamada con su asistente y toma una campera.

— ¿Viste que no tardaría tanto? — pregunta tomando las llaves del auto.

Lisandro revolea los ojos.

— Diez minutos boludo. — se queja y después de cerrar la casa con llave se suben al vehículo.

Maneja el menor con la música que Lisandro pone de fondo.
Con rapidez llegan a su destino; la casa Romero.

Toc toc

Hace sonar la puerta Lisandro y a los pocos minutos les abre Cristian con una mueca de desagrado.

— Tarde. — reprocha dejándolos pasar.

— Perdón, Cris. — se disculpa Lisandro besando su mejilla.

— Fue culpa mía. — admite el rubio y Cristian no responde nada, estrechan manos y caminan hasta la cocina.

— Ayúdenme con las ensaladas. — pide Romero y la pareja acepta rápidamente.

Llevan lo que resta de la comida a la mesa y a los pocos minutos se escuchan unos nudillos tocar la puerta.
Saben a la perfección quien es. Cristian y Lisandro abren la puerta juntos y le dedican una sonrisa a la joven pareja de adolescentes que tienen frente a ellos.

— Pa, ella es Emi. — presenta Valentino y los hombres sonríen.

— Hola. — saluda la joven con una sonrisa tímida.

— Hola Emi, soy Cristian. — saluda con una sonrisa y se hacen a un lado dejando pasar a los chicos.

— Yo Lisandro, un gusto conocerte. — le dedica una sonrisa sincera y la chica besa sus mejillas siendo correspondida al instante.

Los cuatro caminan hasta la mesa donde se encuentra Alejandro, Valentino y Emilia saludan al rubio y los cinco se disponen a comer.
Los padres del chico hablan con su pareja, preguntándole cosas cada tanto con tal de que no se sienta interrogada, pero buscando mantener una conversación.

Después de comer, levantan la mesa entre todos y con rapidez los adolescentes suben a la habitación de Valentino.

— Espero que haya salido todo como Valen esperaba. — le comenta Lisandro a su ex pareja.

— Espero lo mismo. — le asegura lavando los platos. — No te comas la cabeza igual, yo te conozco y después te andás persiguiendo por la mínima cosa que puedas haber hecho mal. — agrega Cristian mirándolo.

𝗡𝗢𝗖𝗛𝗘 𝗗𝗘 𝗖𝗔𝗠𝗣𝗘𝗢𝗡𝗘𝗦; 𝗰𝘂𝘁𝗶𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora