-universo alterno.dedicado a 97smontiell
feliz cumple nenaaa💘💘Cristian se lava el rostro comenzando con su día de forma habitual, aunque sabe que es sábado y tiene que ir a hacer compras hasta el super.
— ¡Lei amor, arriba! — le pide a su hija.
La niña tiene apenas cuatro, pero tiene la noción de que es sábado y que si acompaña al super a su papá le va a regalar un chocolate o alfajor.
— ¿Me traes ropa, pa? Hace frío. — pide envuelta en una cantidad de colchas importante.
Cristian ríe y camina desde el baño hasta la habitación de la menor.
Está pintada de blanco y tiene pequeños detalles en celeste, Cristian no podía no ponerle un toque pirata a su casa.— A ver, ¿Qué te querés poner hoy? — le pregunta después de dejar un beso en su frente a modo de saludo.
— Algo calentito. — asiente haciéndolo reír.
Buscó un par de prendas y las dejó sobre la cama aunque no duraron mucho allí con la mirada que la menor le dedicó.
— ¿Querés que las caliente? — ríe interpretando lo que su mirada quería decirle.
— Sí, pa. — dice de forma obvia.
Romero enchufa el secador de pelo y apuntando a las prendas de ropa empieza a darles calor.
La pequeña sonríe con apenas sus ojos a la vista, no quiere tomar ni un poco de frío.
Después de que el aire fuera suficiente para dejar las prendas tibias, Cristian ayudó a la más chica a vestirse por dos razones; la primera porque siempre se enredaba con las remeras, y la segunda porque por vestirse rápido terminaba hecha un cachivache.— Escucha, vamos a desayunar y después al super. — le asegura el mayor y Leila asiente encantada con el plan.
Después de un buen desayuno, la pequeña familia Romero salió de su casa caminando hasta el super que no quedaba a más de dos cuadras.
Entraron después de sacar un carrito de la entrada y empezaron a pasearse por los pasillos. Leila metiendo cosas al carrito, Cristian sacándolas y poniendo otras.— Escucha, andá a la heladera y traé la manteca de papelito plateado. — le pide Cristian a la menor mientras mira la góndola de la leche en sachet.
Leila camina hasta la heladera, abre la misma y toma lo que su padre le pidió, pero en el proceso de dejarla en el carrito se confundió un poco; dejando la manteca en uno ajeno.
— No vamos a ver a Taylor, pero no nos vamos a cagar de hambre por lo menos. — bromea Lisandro, todo el día anterior haciendo la fila virtual para no conseguir la entrada al Eras Tour.