¿CUÁNDO NO?

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¿Y? ¿Cómo la estás pasando, chiqui? — pregunta el, ahora, platinado tumbado en una reposera.

— Bien, lindo. Me cae muy bien Julián. — le cuenta sonriendo. — De todas formas, te extraño y no es lo mismo sin tí. Esperaba verte y que fueras parte de la experiencia. — admite mirando la pantalla.

— Me alegro, sabía que te ibas a llevar bien con la araña. — comenta con una risa. — Yo también esperaba estar Ale, pero viste como son las cosas. Todo pasa por algo, yo no tenía que estar ahí. —

— No digas eso, Lisandro. — se queja el menor ante aquellas palabras. — ¿Estás de viaje, no? — pregunta recordando las historias de Instagram.

— Muri me sacó de la casa, no tenía muchas ganas de viajar igual. — le comenta quitando la vista de la pantalla y viendo el atardecer.

— No te podés quedar encerrado lamentandote. — niega.

— No me lamento, Ale. — le asegura y era honesto con aquello. — Pero la de viajar sabiendo que están ustedes todos juntos, pasando lo de siempre; torneos de truco, el mate, las charlas, las costumbres, ya sabes. Y encima ahora que estas vos, conociendo y compartiendo. — le comenta, tanto que había anhelado volver a ver a sus chicos de la selección y no se le había dado. — Me hubiera encantado estar ahí, entrenando con ustedes, charlando boludeces. — dice con ese deje de tristeza, si habrá hablado de aquello con Gonzalo y Paulo; quienes también formaban parte de ese grupo que se perdería de la gira.

— Ya vamos a tener tiempo para eso, Li. No va a ser la última vez que juegue con los chicos de la mayor. — dice y realmente espera aquello.

— Yo sé que sí, pollito. — dice con tal de molestarlo.

— Un denso. — se queja y ríen juntos.

— ¿Cristian? — pregunta Lisandro y el menor eleva sus cejas con curiosidad.

— ¿No hablaste con él? — contrapregunta el rubio.

— Lo llame dos veces, me mandó un mensaje diciendo que estaba con los chicos, que después hablábamos y no me escribió. — explica en voz alta fingiendo que aquello no le afecta, pero Alejandro lo conoce tan bien.

— Yo sé que te duele, no seas tonto, no tenés porqué fingir conmigo. — dice. — Andaba pegote con De Paul, Rodrigo. — se autocorrige cambiando el apellido por el nombre.

— Ví la foto que subió Cristian. — recuerda lo que hizo hace pocos minutos. — Tenía tantas ganas de estar ahí y verlo. — suspira pensando en su ex algo. — El boludo de Rodrigo seguro está como en los amistosos, de acá para allá persiguiendolo. — dice con frustración.

𝗡𝗢𝗖𝗛𝗘 𝗗𝗘 𝗖𝗔𝗠𝗣𝗘𝗢𝗡𝗘𝗦; 𝗰𝘂𝘁𝗶𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora