¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Buen día! — saluda Lisandro entrando al curso. — ¿Les tomaron lista? — pregunta y un par le contestan negando.
Empieza a tomar lista y llegando casi al final de la lista nombra a ese alumno.
— ¿Romero? — pregunta y no hay respuesta.
Alza la cabeza y ve al cordobés hablar muy de cerca con cierto alumno no tan nuevo.
— ¿Romero? — repite en un tono más alto y nada.
— 'Ta presente profe. — contesta Nahuel por su amigo.
Martinez le agradece a Nahuel y empieza a dar su clase tal como siempre. Copia un par de cosas en el pizarrón para que tengan de donde estudiar en caso de una prueba y empieza con la parte expositiva.
Lisandro suele moverse por el curso mientras habla, por lo que cuando se mete en uno de los pequeños pasillos que quedan entre las filas de bancos, ve a Cristian charlar con Son. Ese sur coreano que había ingresado hace un par de semanas y Lisandro lo había fichado con rapidez por varios motivos; no hacía nada en su clase y vivía charlando con Cristian.
— Yo le conté boludo, y el tarado me dice ¿Pero en serio? Y yo le digo: No, de joda boludo. — cuenta Cristian y Son se carcajea por los términos.
— Está interesante la charla, ¿No? — pregunta Lisandro pasando frente a su banco.
Son eleva las cejas y Cristian chasquea la lengua.
— Está hablando medio curso. — se excusa tomando al resto de ejemplo.
— No, Cristian. — niega. — Están hablando ustedes dos y desde que entré al curso. Así que si no les importa mi clase; se pueden retirar. — comenta con la seriedad suficiente para que ambos adolescentes no respondan nada y se queden callados por lo menos unos minutos.
Lisandro explica el tema con paciencia, es un tema que no han visto antes y necesita que presten atención, pero con Cristian y Son parloteando el resto se distrae.
— A ver, ustedes dos afuera. — ordena mirándolos fijamente.
Ninguno se mueve.
— ¿No me escucharon? —
Ambos se levantan y caminan al pasillo donde son seguidos por Lisandro.
— ¿Qué es tan importante que viven interrumpiendo mi clase para hablar? — pregunta con los brazos cruzados sobre el pecho.
