No por dios.
Esto no me puede estar pasando a mí, me agacho como puedo y recojo mi mochila en un intento de hacerme lo más chiquita a la vista que pueda.
Se escuchan unas llaves sonar para luego la puerta ser abierta con un ruido sordo.
La cabeza rapada del conserje se asoma, eleva con un dedo sus gafas y suspira con reconocimiento al ver al profesor Walker.
-Oh era usted profesor, pensé que eran de nuevo esos muchachos traviesos, ya sabe cómo es la juventud.
-Si lo tengo claro, mejor asegurarse. Ya me marchaba solo llegué a recojer unos papeles que había olvidado el otro día.
El conserje achina sus agudos ojos con sospecha escaneando el lugar repleto de oscuridad, polvo y mesas regadas.
-Que raro, me parecía que esta aula estaba cerrada desde temprano ¿está usted solo aquí?
-¿No lo ve?
El pobre hombre se sonroja.
-Eh... Si, perdón.
Da vuelta y desaparece por la puerta mientras le pide al profesor que cierre con llave al salir.
Al cabo de unos segundos decido emerger de mi escondite.
-¿Ya se fue?
-Si hace unos cuantos minutos.
-Me hubieses avisado ya tenía acalambradas las piernas.
-Te veías muy tierna escondida, aunque te ves aún mejor de rodillas-. ronronea.
-No soy tierna-me levanto y sacudo el polvo-. Y deja de hacer eso.
-¿Hacer que?
-Ser tan descarado alguien podría escucharte.
-Aqui estamos solos, relájate. Además me pides que no te siga hablando de eso no por pudor si no más bien porque sabes cómo son capaces de encenderte mis palabras.
Me alejo con vergüenza.
-Imbecil.
Tomandome por el cabello atrae mi cuerpo hacia el suyo. Chocando su nariz con la mía pide con seriedad:
-Repitelo.
Sin desviar la mirada sonrío obtando por no responder en cambio saco juguetonamente mi lengua y la paso por sus labios.
-Eres peor de lo que pensaba-tira de mi cabeza hacia atrás con una sonrisa incrédula -. Esto no se puede quedar así, ahora tengo clases pero en cuanto pueda lo terminamos.
-Claro-le guiño el ojo con coquetería -. Profesor.
Xion aprieta las manos. Y envalentonada le tiró un beso pasando por su lado.
Si esto esta mal, sinceramente a mí me importa un carajo.
Horas más tarde una incrédula Cristina cuestiona a gritos en medio de nuestra videollamada.
-¿¡Que tú hiciste que!?
La riño con cariño.
-Sssh, habla bajo que te pueden escuchar.
-Es que no te creo nada, que va, definitivamente esa no eres tú.
Río entre dientes.
Sabía que reaccionaría así en cuanto le comenté lo sucedido, soy la amiga virgen así que es entendible su asombro, desde que tengo uso de razón he sido muy selectiva a la hora de elegir a mis parejas.
Bajo mi propio juicio admito que algunas de ellas no han sido las mejores. Por esa misma razón nunca antes he tenido sexo.
Ningún hombre había sabido hasta ahora ganarse mi total confianza.
Después de la traición de mi ex dejé de confiar por completo en los hombres.
-¿La tiene grande?
Pongo los ojos como platos ante la pregunta y protesto sonrojada.
-¡Cristina!
-¡¿Que?!-se encoge de hombros ante la supuesta normalidad de la pregunta.
-Sin duda alguna no responderé a eso.
-Aww cariño-aprieta los labios con pesar-. ¿La tiene chiquita verdad? No hay problema si la tiene chiquita si sabe cómo moverse, a veces puede que nosotras las mujeres estemos algo obsesionadas con el tamaño, pero eso no lo es todo, a veces no es el tamaño del barco lo que cuenta sino más bien el movimiento de las olas.
Hija de tu madre.
La miro incrédula con las palabras atoradas en mi garganta y las mejillas encendidas. Cristina emocionada continúa con su explicación muy ajena a todo.
-Y si sabe comerte bien, uff eso es mucho mejor ya que a veces con la polla ellos no saben encontrar el clítoris, oh hay veces que lo encuentran pero no saben cómo estimularte aunque...
Cierro los ojos.
-Cristina para ya...- ruego sonrojada.
Prefiero que no siga hablando de tamaños de pollas y clítoris.
Es muy vergonzoso.
-Bueno está bien-gira los ojos y se acerca a la cámara para susurrar-. ¿Al menos usaste preservativo?
¿Preservativo?
Oh mierda.
Me quedo estática.
No usamos nada.
-Conozco esa expresión Miranda, por dios ya no eres una niña, desde los quince nos enseñan que mejor condón en mano que nueve meses y un enano.
-Cristina...
-Cristina nada, un niño es una responsabilidad enorme es una vida más pero que depende en su totalidad de tí. Sea lo que sea que decidas hacer quiero que sepas que cuentas con mi total apoyo.
Mi mirada se pierde sobre algo a sus espaldas.
¿Es posible que esté embarazada?
No no creo.
Acaricio mi abdomen con ternura y miedo.
Y si lo estoy: ¿que voy hacer?