Su relación había terminado, no por decisión propia, si no, por decisión de su padre.
Viktor tenía un padre muy controlador y bastante asqueroso, cuando se enteró de la relación de su hijo no tuvo problemas, pero cuando supo que era con otro chico y se volvió loco, obligando así, a qué abandone el país, para alejarlo del amor de su vida.
Y si, aunque eran jóvenes, sus corazones se sentían en paz cuando estaban juntos, el miedo desaparecía por completo y la vida parecía tener muchos colores.
- Amor, tengo que irme - Anunció un roto Viktor.
- Pero... Porque - Respondió Horacio, sumamente afligido por la repentina y dolorosa noticia.
- No es mi decisión, mi sol, mi padre es un gilipollas y me obliga a volver a Rusia - respondió entre sollozos.
- Pero, no quiero que te vayas - gritó abrazando con firmeza a su pareja.
- Yo tampoco me quiero ir, pero si me quedo, te hará la vida imposible, y no puedo permitir eso - Confesó aferrándose a Horacio.
Después de unos abrazos, unos cuantos besos cargados de tristeza se despidieron, el amor que sentían por el otro era inquebrantable y con apenas 17 años sentían que eso sería para siempre.
Antes de que Viktor se suba al coche Horacio le retuvo unos segundo más - No... No me olvidarás ¿cierto?
Viktor sintió que su corazón se rompió más, de ser posible, tomó el rostro de Horacio entre sus manos - Jamás me olvidaría de ti, amor mío - Prometió - Volveré y te juro que nadie más nos podrá separar.
Horacio entre lágrimas acepto la despedida y también prometió esperar por su pareja, lo amaba con locura y era imposible olvidarse de todo lo vivido junto a Viktor.
Aunque no era justo, Horacio entendía que el padre de Viktor era una persona bastante cruel que se aferraba a sus ideales, y no entendía como podía hacer eso, separar a su familia solo por un capricho suyo, no comprendía porque ponía su mentalidad de cavernícola antes que la felicidad de su hijo.
Pensó en enfrentarlo, pero de nada serviría ya, veía como el coche en el que estaba Viktor se alejaba cada vez más, y podría jurar que nunca se sintió tan miserable.
* * *
Con 27 años Horacio trabajaba en una cafetería local, su vida desde la partía de Viktor cambió, era imposible comunicarse con el, pero jamás lo olvidó.
Atendía con una sonrisa todas y cada una de las personas que habían llegado al lugar, pero su corazón se sentía triste, ese día, hace ya 10 años Viktor tubo que irse del país.
De pronto se sintió sumamente triste, rápidamente pidió a un compañero que se encargue y salió a tratar de tomar aire, mientras un nudo se formaba en su garganta y miles de recuerdos invadían su mente.
Sollozaba sin medida y sentía que el aire le faltaba, extrañaba demasiado a Viktor, de pronto, escuchó unos pasos detrás de él y trató de mantener la calma.
Lentamente se giró y sus ojos chocaron con unos bellos iris celeste, tan potentes como el cielo.
- Horacio... - Soltó de pronto, con un acento ruso mucho más marcado - Te extrañé mucho - soltó como pudo, abriendo los brazos en señal de que esperaba un abrazo.
Horacio se tensó, no podía ser, no quería creerlo ya que su imaginación lograba herirlo muchas veces imaginando escenarios así, parpadeo un par de veces tratando de mantener la calma - Vik... Eres tú.
- Te prometí que volvería y que nada ni nadie nos iba a separar ¿No? - Respondió con lágrimas en sus ojos.
Horacio sin pensarlo más, corrió a los brazos de Viktor para abrazarlo fuertemente cómo si se le vaya a escapar, de la emoción llenaba su rostro de besos, besos que guardaba para este día, su corazón iba a estallar de la pura emoción permaneciendo así unos minutos y después separarse.
- ¿Cuándo llegaste? - preguntó Horacio aún emocionado.
- Hoy, estoy cansado, pero primero es lo primero - Dijo firme tomando el rostro de Horacio para besarlo lentamente.
El moreno aceptó gustoso, había pasado mucho tiempo y esperaba con ansias aquel beso, si dudar, le devolvió el gesto y cayó en cuenta que la calidez que Viktor le transmitía era la misma, aunque, se podría decir que ahora todo se sentía con más intensidad.
- Ostia - Dijo Viktor al separase - Lamento haber sido tan...
Horacio le miró sonriendo y rápidamente dejó un beso en sus labios para que no hable - Calla, que esperaba esto ansias.
Viktor sonrió ante aquello y se llevó una mano al bolsillo, sacando una caja y entregándola a Horacio.
- ¿Me vas a pedir matrimonio o como va la cosa? - jugó Horacio riendo al ver el sonrojo en el rostro ajeno.
- Hombre, en un futuro claro que si, ahora.. tenemos que recuperar el tiempo perdido. Horacio abrió lentamente la caja, sentía su rostro quemar ante la sinceridad de Viktor y cuando abrió el obsequio sonrió ampliamente, era un collar con una mariposa y una pequeña H grabada.
- Se que jamás terminó nuestra relación como tal pero no está de más preguntar - Soltó Viktor sumamente nervioso - ¿Puedo volver a ser tu novio?
Era cierto, jamás terminaron pero le alegraba que Viktor haya pensado en todo - Claro que sí - Respondió gritando para de nuevo fundirse en un abrazo.
Ambos corazones por fin se juntaron de nuevo, a pesar de la distancia y las dificultades el amor por el otro seguía intacto y eso les puso sumamente felices, ahora, más maduros y más seguros de sí podrían enfrentarse a quien sea, pero eso sí, siempre, siempre juntos.
Fin :)
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One Shot Volkacio.
Randompequeñas historias que te pueden alegar el día o pueden destruirlo <3