✾ Cita ✾

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Hace mucho tiempo que Horacio le había llamado la atención, era un chico muy alegre y carismático, estaba fascinado con la naturalidad con la que interactuaba con cualquier persona y eso fue lo primero que lo cautivó.

Su personalidad era opuesta a la del moreno, Viktor era callado y solitario mientras que el moreno era alegre y sociable.

Juntó la valentía suficiente para invitarlo a salir y sorpresivamente el moreno aceptó de inmediato, así que ahí se encontraba, preparándose para la cita que tenía con su opuesto.

Siempre se mostraba formal, pero ese día se sentía con valentía de probar un nuevo estilo, algo más casual, y si que le iba bien ese estilo.

Ya en el sitio esperó con paciencia al moreno, tratando de  pensar en que temas puede hablar con el chico que le gustaba pero una enorme sonrisa cortó sus pensamientos.

- Hola - Saludó el moreno con una amplia sonrisa.

- Priviet - devolvió el saludo sintiendose nervioso.

Después de no saber cómo iniciar una conversación junto con algunas risas nerviosas y silencios incómodos la plática salió a flote, ambos empezaron a hablar y cayeron en cuenta que tenían una gran conexión, una conexión casi instantánea.

Horacio contaba fascinado una historia, movida enérgicamente las manos y sonreía ampliamente, su historia era demasiado interesante para prestarle atención, pero Viktor al contrario de prestar atención a la historia se centró en los bellos bicolores del moreno, en su amplia sonrisa y en las preciosas pecas que adornaban sus sonrojadas mejillas.

- ¿Qué? - preguntó divertido - ¿Te gusto o que?

Viktor sonrió ampliamente y tratando de morir en el intento respondió - La verdad es que si, me gustas.

Horacio que de por si estaba sonrojado al sentir la intensa mirada del peligris encima se sonrojó el doble al escuchar aquella confesión, trató de pensar en otra cosa y de creer que lo había imaginado, pero la amplia y sincera sonrisa de Viktor no le permitían pensar con claridad.

- Pu.... Pues....

Viktor le cortó la frase y sin pensarlo llevó una dedo a la comisura de los labios del menor para "limpiar" restos del helado que comían.

Horacio parpadeó varias veces al sentir el tacto ajeno sobre su piel - ¿Que... qué haces? - preguntó con los nervios de punta.

-  Tenías helado - Respondió tranquilo mientras una sonrisita se le escapaba.

- Tú, tú también tienes helado - Dijo el moreno acercándose a Viktor, pero en vez de limpiarlo con el dedo, dejó un casto beso en dónde se suponía que había helado.

Sentir los labios del moreno en la comisura de sus labios le hizo volar y rápidamente se encendió su rostro en un rojo intenso.

Horacio sonrió ampliamente, contento con la situación, batallaba consigo mismo por no ponerse más rojo de lo que ya estaba mientras que Viktor estaba tratando de pensar con claridad y tomar el valor para hacer lo que su corazón le estaba rogando que haga.

- Ho... Horacio - lo llamó y al chocar con sus bicolores sonrió.

- Dime - Respondió alegre el moreno, sintiendo su corazón saltar de emoción, al por fin estar en una cita con el chico que le encantaba.

Porque aunque Viktor no sabía, Horacio ya se encontraba flechado de él mucho antes que Viktor de Horacio.

- Perdón - Dijo serio, Horacio no entendió nada y parpadeó un par de veces ¿Se arrepentía de haber salido con el? ¿Estaba viendo cosas donde no las hay?

- Por... ¿Porqué? - Preguntó desanimado bajando la cabeza.

- Por esto - Dijo el ruso elevando el rostro moreno para besarlo con suavidad, al principio, el moreno parpadeó incrédulo pero sabía que deseaba aquello así que gustoso le siguió el beso que duró más de lo que debía.

Al separarse los bicolores y grises chocaron, sus rostros estaban sonrojados y  tenía una amplia sonrisa.

- De verdad me gustas - Volvió a repetir el ruso.

- Tú... Tú también me gustas - respondió Horacio sonrojado

- Entonces... ¿Puedo ser tu novio? - Ya se había contenido tanto, desde el primer minuto el moreno le había gustado y ahora esperaba con el corazón en la mano la respuesta del menor.

Horacio no respondió, solo acercó de nuevo sus labios al mayor - ¿Tú que crees? - fue su respuesta.

Ambos volvieron a sonreír, sintiendo sus corazones saltar de la emoción, se encontraban contentos y felices por su relación recién iniciada.

Fin :).

One Shot Volkacio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora