Su humor había cambiado mucho en los últimos días, se sentía más estresado, menos animado y ni hablar de su carácter.
En ese día en especial no quería ir al trabajo, por primera vez en años no deseaba hacer lo que más le gustaba -Trabajar-
Gruñendo se levantó de su cama para alistarse, la ausencia del menor era palpable para su humor. Llegó a la sede con cara de pocos amigos, ya perdió la cuenta de los días que se despertaba y desayunaba solo.
- Buen día V - Saludó Alanna muy contenta.
- Priviet - Respondió seco y siguió su camino dejando a la agente confundida.
El mayor caminaba con un aura de enfado a su alrededor ocasionando que ninguno de sus compañeros le hablen más de lo necesario. Alanna que lo observaba a lo lejos tomó valentía y se acercó una vez más.
- Jefe... ¿Como se encuentra?
El mayor la observó de reojo - Bien - contestó.
- No eh visto a H por aquí, me dijo que se tomaría unos días de vacaciones, ¿Sabe cuando vuelve?
- No, no tengo ni idea de cuando vuelva - Volvió a responder cortante - Me voy a patrullar - Finalizó su pequeña conversa y salió del edificio.
- Ojala vuelva pronto - Susurró Alanna negando con la cabeza mientras una pequeña sonrisa se escapaba de sus labios.
Todo el día y la mayor parte de la semana se comportó de esa manera, reprendió severamente a los agentes que cometían errores, o que algunas veces simplemente conversaban para pasar el rato, era absurdamente severo con todos.
Todos sus agentes lo observaban con algo de miedo, en la última semana su carácter había cambiado drásticamente haciéndole cambiar por completo el aura que antes lo acompañaba.
.Llegó desganado a casa, observar la oscuridad en su hogar le hacia sentir peor, de verdad extrañaba al menor, cenó algo rápido y subió a la habitación para tratar de conciliar, aquel día a pesar de su desgana se aseguro de agotar todas sus energías para dormir con facilidad, pero parecía no haber funcionado ya que eran las 2 am y seguía observando el techo con la esperanza de dormir un poco.
El tiempo parecía pasar en cámara lenta, frustrado se levantó de la cama tomando una manta entre sus manos para dirigirse al sofá y mirar alguna serie para despejarse. Eran cerca de las 5 am cuando el mayor sintió un suave beso en su frente acompañado de una dulce voz muy familiar.
- Hola Vik....
Aturdido y emocionado se levantó de un salto abrazando con fuerza al menor - H... por fin regresaste - Dijo más contento que nunca.
- ¿Me extrañaste mucho? - Respondió riendo dulcemente al sentir el fuerte agarre de su pareja.
- No te imaginas cuanto te extrañé - Susurró abrazando más al menor.
.
- Buenos días V - Saludó una contenta Alanna.
- Priviet Monier, ¿Cómo se encuentra?
- Muy bien ¿y usted? Lo noto más alegre y de mejor humor.
- La verdad si, estoy mejor.
Alanna iba a hablar pero una alegre voz no le permitió - Buenos días - Saludó Horacio muy contento.
- H, que gusto verlo de nuevo - Saludo contenta a su jefe mientras le ofrecía un abrazo.
El menor abrazó con alegría a su amiga - Espero que no te hayas divorciado mientras no estaba.
- Pero ya empezamos - Dijo riendo.
El menor río a carcajadas ingresando a los vestidores para empezar a patrullar seguido de Volkov que lo observaba con amor y un brillo especial adornando su mirar.
Era claro el cambio de humor de Volkov y de verdad agradecía profundamente que Horacio haya vuelto lo más rápido posible ya que iba a ser muy complicado seguir lidiando con el carácter de Volkov.
- Joder - Dijo riendo tras escuchar el relato de su compañera - Si que me extrañó entonces - Hablaba con Alanna tomándose un pequeño descanso en la cafetería.
- Si, y mucho, ya le digo, era completamente diferente.
- Me recuerda a cuando era comisario, era como me cuentas pero 10 veces peor - Dijo riendo a carcajada limpia al ver el rostro de terror de su compañera.
- Menos mal no lo conocí en esa época.
- Si, ya te digo yo que era complicado eh.
Volkov se acercaba alegremente hacía dónde estaban charlando y sin pensarlo se posicionó detrás del menor para abrazarlo y descansar su mentón en el hombro ajeno.
- Lo veo contento V.
- Normal, Horacio volvió así que no hay razón para estar de mal humor - Decia con total naturalidad mientras junto a Horacio se mecia de un lado al otro.
Alanna los miraba sonriendo ampliamente - Me voy a seguir patrullando, buen servicio.
- Buen servicio - Respondieron sus superiores.
- Que mimoso eres - Dijo el menor cuando se encontraron solos.
- No te vi una eternidad, normal que quiera estar contigo ¿No?
- Fue una semana - Dijo riendo alegremente.
- Para mí fue una eternidad.
- Joder - Se giró en los brazos del mayor para quedar frente a frente - Quién te viera, tan alto, fuerte e imponente - acunó el rostro del mayor entre sus manos - Pareces frío pero en realidad eres tierno y dulce.
- Si, pero solo contigo.
- Pues que privilegio tengo ¿No? - Río alegremente recibiendo innumerables besos por todo su rostro - Venga, vamos a patrullar - Dijo al notar que la sesión de besos había terminado.
- Vamos, que quiero acabar el turno ya para ir a casa y no soltarte como en 5 días seguidos - Dijo seriamente tomando la mano del menor para volver a patrullar.
El menor observaba la unión de sus manos y con el corazón a mil solo pensó en que jamás queria soltarlo y que haría todo lo posible por cuidar ese lado tan dulce y tierno que solo le fue otorgado a él.
Fin :)
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One Shot Volkacio.
Randompequeñas historias que te pueden alegar el día o pueden destruirlo <3