Capítulo 1

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- ¡Más... más... más rápido!; exijo porque estoy a punto de venirme, que deli, el sexo es lo máximo.

- ¡Ah, mierda, me tienes loco!; masculla Bruno, mientras se mueve más rápido dentro de mí, y entonces lo siento, nos venimos juntos.

De repente gotea agua de su cabello y siento como una gota entra a mi ojo, las consecuencias de jugar con agua.

- ¡Mierda!; blasfemo entre jadeos, mientras recupero la respiración y me rasco el parpado al mismo tiempo, esa gota es la cereza de la torta, incluso así, me siento de golpe sin dejar de reír.

- ¿Qué?

- Tu cabello, me acaba de caer una gota en el ojo cabrón; espeto mientras le lanzo lo primero que encuentro, mi sostén.

- ¿Qué más tengo que decir para que me sigas lanzando tu lencería?; me pregunta el descarado de Bruno.

Cambio mi postura, ahora estoy de rodillas, como Dios me trajo al mundo, soy de estatura media, tengo el cabello lacio, el cual cubre mis pechos que son medianos, lo que más me gusta de mi rostro son mis cejas espesas como las de Bruno y mis labios carnosos, pero a Bruno le gusta mis ojos, los cuales son grandes al igual que mis pestañas, tengo los pómulos bien marcados y un sexi hoyuelo, el cual es visible al momento de sonreír, como ahora.

Pestañeo con algo de dificultad y creo que estoy mejor, intento quitarle mi ropa interior de las manos, pero este no me la deja fácil, sujeta una tira con el dedo meñique.

- Dámelo; le exijo con cansancio.

- Sabes que quieres dormir; musita mientras bosteza con ganas, el muy desgraciado me está tentando, aunque no deja de verse sexi.

Sí, lo es, su cabello es oscuro como el mío, lo que más me gusta de su rostro es su barba rala, la cual está algo descuidada, pero ese es el toque, ah sí, también sus ojos, color verde claro, como todo un chico malo, Bruno tiene tres tatuajes en total, uno en la espalda, otro en el brazo y uno en un lugar donde solo yo puedo verlo y eso me encanta.

- Sabes que no puedo; le regaño con una ceja arqueada.

- Tú fuiste la de la idea; me aclara mientras lleva sus brazos detrás de su cabeza, con una mueca de satisfacción.

Me limito a sonreír y a asentir, no puedo quejarme, él es bueno en la cama, así que soy lo suficientemente rápida para quitarle la almohada de la cabeza y dejarlo con la boca entre abierta y el ceño fruncido, está confundido.

- ¿Qué carajos?; pregunta mientras me quita la almohada y me la tira a la cara.

No puedo dejar de reír y le devuelvo el lanzamiento, tengo ganas de fumar, así que me agacho para sacar un cigarrillo de la mochila.

- Eh, aquí no se puede fumar o no sabes leer pendeja; dice en tono jocoso.

Le muestre el dedo del medio y lo enciendo en su cara.

- Esas advertencias me las paso por el culo, que se jodan; mascullo mientras le doy la segunda calada a mi cigarrillo, hasta le ofrezco uno.

- Gracias

Él es el más experto y hasta hace trucos muy extravagantes con el humo, eso siempre me excita, pero ya no puedo quedarme más tiempo en el motel, debo ir a trabajar. Comienzo a saltar en la cama como si fuera un trampolín, él me contempla con una sonrisa amplia y me dedica una mirada lasciva.

- ¿Qué haces?; pregunta con energía.

- Ya... debo... irme; aclaro mientras salto con más fuerza y me pongo mi ropa interior de color negro.

No Se Enamoren de Ari (Por favor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora