Capítulo 5 :) +18

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- Y me dice, "este sitio es deplorable"

- ¿Qué carajos hace ahí entonces?; pregunta Bruno con una sonrisa amplia.

- Según ella, está ahí... porque necesita ocupar su mente en algo, tiene problemas emocionales con un chico, y me lo contó como si fuéramos amigas, por favor

- Tienes derecho a insultarla, es peor de lo que tú haces; se burla.

Le muestro el dedo del medio mientras tomo mi soda, sí, Bruno aún no puede creer que soy voluntaria en un museo religioso, pero lo hace para molestarme, sabe cuál es mi punto de vista.

- Se llama...; tamborileo con los dedos para darle más suspenso. - Miss Charlotte; musito mientras uso un tono de voz elegante.

- Es un nombre sexy, me gusta; añade con una mirada juguetona.

- Sedúcela, te falta añadir a tu lista ese nombre, espera, para ti todos suenan sexis

- Como puedes decirme eso, solo cojo contigo

- Exacto, solo eso, no hay nada de por medio; aclaro dándole otro sorbo a mi bebida.

- Y si me declaro; dice con seriedad.

- Ni siquiera la conoces y ya quieres declararte, eres un perro, debería echarte esto encima; espeto con un puchero mientras le muestro mi botella como una amenaza.

- A ti mensa, a ti; explica con una sonrisa.

Me atoro al instante, agradezco llevar una solera de color negro, me recupero de un segundo a otro y lo miro con los ojos entrecerrados.

"¿Qué carajos?"

- Muy gracioso, pero si lo hicieras ya no tendríamos sexo; amenazo arqueando una ceja.

- Bien, ¡tú sí sabes desanimarme!; espeta mientras prende un cigarrillo con mucha ceremonia, para luego ofrecérmelo.

- Vlad conoció a un chico en su viaje, volvió ayer

- Otro; replica con sorpresa, centrándose en el chico más que en la vuelta anticipada de mi hermano.

- Dice que besa como los dioses

- No lo creo

- ¿Qué?; pregunto con un chillido, creo que me voy a volver a atorar.

- Aún no me ha besado

- Ahí esta otra razón por la que dejaríamos de tener sexo

...

Me acompaña hasta mi trabajo, se despide con un beso en mi mejilla como todo un caballero, sin embargo de un segundo a otro cambia de opinión y decide entrar conmigo.

- ¿Qué haces?; le reprendo mientras lo sujeto de la chaqueta antes de pasar por el "detector de personas", el contador, siempre debo saltar la barandilla de acero inoxidable de la tienda si no quiero facturar, pero él entra como cliente, ya que.

- Me iré a cambiar; le aviso y él comienza a pasear.

Lo miro por unos segundos y recuerdo su propuesta, no, niego con la cabeza, debo admitir que es simpático, unos centímetros más que yo, quijada bien formada y cejas espesas, aunque su manera de vestir me desanima, pero lo que me importa está debajo de su ropa, cuando no lleva nada, se viste mal, pero se desviste muy bien, me sonrojo por mis pensamientos lujuriosos, él pesca mi mirada y le lanzo un beso mientras finge atraparlo.

No Se Enamoren de Ari (Por favor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora