Capítulo 31

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Veo la casa como si se tratara de una casa del terror, pero me gusta lo que me asusta, lo que parece un reto, le doy la última calada a mi cigarrillo y lo apago en el suelo, muy cerca de la puerta. Teo termina de hacer su llamada y vuelve conmigo, pero que ni que se le ocurra hacer o decir lo que estoy pensando después de escuchar una parte de su conversación.

- Listo, ahora sí, escucha, este es el plan, mi tía entrará en el despacho de mi tío en unos minutos, así que entraremos cuando Ava me dé la señal, ella está pendiente, nos va a ayudar a pesar de todo, yo creo que...

Tengo ganas de prender otro cigarrillo, pero me contengo y por fin elevo la mirada, acaba de decir lo que no pienso aceptar, entrar a ocultas a la casa de Milán.

- Eso suena a mierda Teo

- Ari...; intenta frenarme.

Paso la punta de mi lengua por mis dientes sin dejar de mirarlo con incredulidad.

- Ariana nada, yo no voy a entrar a esta casa como si fuera una delincuente, no, no vengo con la intención de robar nada y me refiero a los sentimientos de Milán, yo vengo a hablar con él y ella tiene que saberlo, si no es así, no vale la pena; me encojo de hombros, no pienso cambiar de opinión.

- Tiene la cara moreteada por...

- ¡No!, no tienes el derecho a juzgarme Teo, no fue mi culpa y no siento esa responsabilidad, porque ellos decidieron resolverlo así, que pasó con la amistad que fingían tener, piensa antes de señalarme; espeto molesta, mientras cruzo los brazos.

Teo mira hacia otra parte y se rasca la cabeza, arqueo una ceja para que diga algo, porque yo soy capaz de tragármelo zapato y todo como decía mamá.

- Iba a decir por culpa de tu amigo, si dejaras de sacar conclusiones apresuradas, las cosas serían muy distintas y lo sabes

- De mi amigo, él lo golpea y yo debo sentirme responsable también, eso es lo que quieres decir, porque es lo que entiendo

- De acuerdo Ari ¿Qué te hizo venir aquí? Porque con la actitud que tienes, me hace creer que estás en contra de tu voluntad, no, me equivoco, por la responsabilidad que te niegas a tener y no por lo que sientes por mi primo

Sonrió con incredulidad, muerdo mi labio inferior mientras llevo mis manos a mis caderas, vuelvo a regalarle una mirada a la casa, doy media vuelta y giro otra vez para verla de lejos.

- Siempre es así cierto, la responsabilidad es de la mujer, todos me quieren hacer sentir culpable por la mierda de otras personas, Teo, soy una mujer que hace muchas cosas que a la sociedad le parece incorrecto, una vergüenza, pero la verdadera mierda esta en todo esto y estoy aquí para que lo sepan, no soy puta por ponerme un outfit sexi, no soy una perra insensible por bailar como me da la puta gana frente a personas que un día fueron parte de mi vida, soy jodida y eso les consta a todos, pero no pienso cambiar y eso tienen que saberlo, Milán me quiere así o eso dice, a mí me gustó desde que le di ese beso en el cumpleaños de mi hermano, pero a veces los sentimientos florecen de a poco y tú le dijiste que Bruno era mi novio y él se sintió "traicionado", carajo, un beso no me ata a una persona, pero sí lo que pasa con el tiempo, con las miradas, con las sensaciones, con los detalles, cuando él me negó frente a su madre, entendí a mi hermano, no soy gay pero soy yo y lo que yo soy es mierda para ellos, que pasa si entro a ocultas, así será toda una vida, no es lo que yo quiero, porque si me comprometo y respeto el amor de una persona, también quiero que sean respetuosos conmigo, estoy aquí porque amo a Milán, pero también me amo a mí, y se me das a elegir, definitivamente me quedo conmigo

Teo suspira y baja la mirada, no pienso decir más y se lo dejo en sus manos, pero claro, las emociones están a flor de piel, todo depende de lo que decida, porque pase lo pase, va a doler, carajo que va a doler.

- Milán me dijo algo mientras lo recostaba en su cama después de esa pelea

- ¿Qué?; pregunto con el corazón en la garganta.

- Dijo "lo merecía"

- Y tú qué piensas; pregunto con el ceño fruncido.

- Que sí

- Sí Teo, la culpa tiene que cambiar de bando

No demora en abrir la puerta sin esperar la famosa llamada, entro a paso firme hasta llegar a la sala, entonces me encuentro con la hermana y la madre de Milán, un nuevo dolor de estómago.

- Buenas tardes; saludo con seriedad.

- ¿Qué haces aquí?; ataca la madre mientras Ava se oculta detrás de ella.

- Tía...

- Dame la llave de mi casa; le exige y Teo no demora en hacerlo.

- Quisiera ver a Milán; digo sin rodeos.

- ¿Quién eres para exigir algo así?; vuelve con el interrogatorio severo.

La careta de clienta buena se queda en la tienda, ahora estoy frente a una mujer ruda y grosera, me mira con desprecio, con ganas de botar a la basura la alfombra que estoy pisando, la reconozco, es una de la nueva colección.

- No estoy exigiendo verlo, se lo estoy preguntado; aclaro.

- Milán también quiere verla tía; acota Teo.

- No, nadie puede ver a mi hijo, nadie que no lo merezca; aclara.

- Bien, con permiso

No pienso humillarme más, elevo la mirada y estoy segura que subiendo esas gradas, él está en uno de esos cuartos, de repente me encuentro con la mirada de Ava al volver a la realidad de la sala.

- Ava, cuida de tu hermano, él necesita a alguien que lo entienda, y esa eres tú, linda decoración; concluyo con una sonrisa cerrada.

- ¡Espera!, mamá, yo también amo a Bruno, a pesar de quien es, yo lo quiero y no es justo que pienses así; espeta la hija menor de los Belmonte.

La madre le lanza una mirada horrorizada, nadie esperaba escuchar eso, vuelve a mirarme y yo me quedo en mi lugar.

- ¡Cállate y vete a tu cuarto, que con tu hermano tengo suficiente!; explota la mujer.

Respiro hondo mientras veo como Ava sube a regañadientes, es increíble, pero comienzo a sentir empatía, ella en verdad quiere a Bruno, mierda.

- Adiós tía

- Hablaré con tus padres, no puedes permanecer aquí, mira en lo que te has convertido, amigo de esta mujer

- Basta tía, basta, ella es mi amiga y yo no voy a volver con mis padres, esta es mi ciudad y aquí está la persona que amo, el hombre que me hace feliz, que tengas buena tarde; masculla y sale furioso, solo me queda seguirlo y lo hago con orgullo.

- ¡Teo, Teo, vuelve aquí!; escuchamos sus gritos y no nos detenemos hasta llegar a la parada de autobús, subimos y nos sentamos atrás

- Creo que acabas de cortar con tu familia; comento con la mirada al frente.

- No Ari, acabo de volver con Vlad

Esta vez giro y él también, nos regalamos una sonrisa y volvemos a mirar al frente.

- Y si fuera heterosexual, creo que hubiéramos sido tres en esa riña

- ¿Qué?; esta vez giro para verlo a la cara.

- No voy a decir más, se con quién estoy hablando

- Dirás... confesando un amor platónico

- Confesándoselo a Ariana, ese es mi castigo por besarte

- Castigo; bromeo.

- ¿Qué tal beso?; pregunta para sacarme de onda.

Lo miro divertida, y con una gran sonrisa se lo confieso.

- Besas como los dioses; le sigo la corriente, aunque no es mentira.

- Lo sé

No Se Enamoren de Ari (Por favor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora