Me mira con diversión y siento como mi cuerpo está a punto de llegar al punto clave, estoy a punto de venirme, esa increíble sensación sigue ahí, esta vez yo estoy arriba y domino la situación, él se deja llevar mientras dice unas cuantas palabrotas acompañadas de mi nombre, brinco más rápido y me da una nalgueada, sabe que eso me excita y me prende a la vez.
Mi corazón late a mil por hora, es la magia de llegar al orgasmo en compañía de alguien que lo disfruta de la misma manera.
- ¿Qué quieres hacer ahora?; me pregunta mientras prende un cigarrillo.
Esta vez ahorramos dinero, porque la acción es en su cuarto, pero sucede rara vez, solo cuando sus padres están fuera de casa.
- ¿Qué hora es?; respondo con otra.
- Son las 18:00 p.m. señorita
Mi hermano vuelve mañana y Emma está con una tía, me enrollo en las sabanas y lo miro, desde que comenzamos a ser amigos con beneficios, su mirada sigue siendo la misma, no sé si es porque más allá del sexo, nos une la amistad, sin embargo hoy lo noto nervioso, quiero decir, él nunca me pregunta eso, qué hacer después de tener sexo, porque él sabe la respuesta, me voy o él se va, así de simple.
- ¿Sí?; pregunta con el ceño fruncido y los labios en forma de una media sonrisa, algo forzada para mi gusto.
- Vas a contarme o no; pregunto, pero suena más a una amenaza, entrecierro los ojos y relamo mis labios.
- ¿Qué?, no entiendo; y se delate más.
- Tienes una cita; afirmo con las cejas alzadas y no puedo evitar sonreír mientras me siento en la cama.
- Yo... de qué estás...
- No mientas, no me mientas Bruno; le amenazo con el dedo índice.
Su mirada gira a otro lado y sé que es verdad, comienzo a saltar en la cama sin parar de sonreír y él se lleva las manos al rostro, está rojo de vergüenza. De a poco me detengo y ahora estoy de rodillas, con la sábana verde enrollada hasta mis pechos, me llevo el cabello hacia atrás hasta armar un moño despeinado mientras muerdo mi labio inferior sin dejar de reír.
- ¿Quién es?, la conozco; comienzo con el interrogatorio.
- No y no, no es una cita, nos estamos... conociendo; aclara mientras relame sus labios, tengo ganas de besarlo, pero me abstengo.
- Del trabajo
- Sí, es nueva; responde y se vuelve a tapar la cara.
- Me alegro por ti; me limito a decir.
Se destapa para mirarme fijamente y ahora él entrecierra sus ojos, comienza a sobar mi muslo sobre la sábana, de a poco se abre paso y siento sus dedos, continua acariciando hasta llegar a mis caderas, de pronto su mirada cambia, parece pensativo, pero sigue subiendo hasta llegar a mi cintura, cierra los ojos y me dejo llevar, sus manos son magia en mi cuerpo, y a veces quisiera que sea así para siempre, nadie más, pero abro los ojos y así también a la realidad, entonces le dedico una sonrisa amplia.
- Sabes que esta no es la última vez, cierto; musita mientras lleva ambas manos detrás de su nuca.
Me recuesto a su lado y contemplo el techo, hay manchas amarillas y una se parece a un pato.
- Lo sé Bruno, pero también quiero que...
- Espera... dirás que sea feliz; me interrumpe y aunque no lo veo, sé que está sonriendo.
A pesar de todo es mi amigo, Bruno es mi amigo y ambos sabemos que en cualquier momento el sexo quedará en el pasado.
- No sé, creo que... sí; aclaro con cierta duda.
Ahora él está sentado, con una mano apoyada en la rodilla y la otra en la cama, parece una pose que incita a algo.
- Ya... soy feliz Ari, no tengo que esperar a alguien para serlo, solo soy feliz
- Sabes a lo que me refiero; le aclaro.
- El amor de una mujer, más allá del sexo
- Me alegro que seas el primero en... esto
- Tal vez la quiero, sentí las famosas mariposas, las jodidas mariposas al verla por primera vez y... tengo miedo; confiesa y puedo sentir que tiene ganas de desahogarse, traga saliva con dificultad.
No sé qué decir, intento formular una frase de ayuda, pero sé que no lo ayudaría.
- No digas nada cursi, es suficiente con lo que siento
- No iba hacerlo; miento.
Respira hondo y vuelve a mirarme, entonces recuerdo como comenzó, bueno, ya lo conté, pero me refiero al sentimiento, yo sé que él no me ama y viceversa, porque de lo contrario, el sexo hubiera acabado hace mucho tiempo, no hubiera pasado de la primera noche y después de miradas incómodas, hubiéramos dejado de vernos. Lo conozco muy bien, él ama bonito, y obviamente el sexo sería en cuerpo y alma, pero a estas últimas las dejamos en una charla amistosa en cada encuentro lujurioso que tenemos.
- ¿Cuál es su nombre?
- Rebeca
- Y es cuando salgo, no soporto tu mirada ñoña, y solo con nombrarla, se te parará cuando te toque la mano; bromeo mientras voy al baño y me cambio con rapidez.
Cuando salgo Bruno también está cambiado, viste pantalones holgados, una chaqueta de cuero y después de mucho, usa colonia. Yo llevo puesto un jean celeste con un top sin mangas, le arreglo el cuello de la chaqueta y ahora si está listo para su cita.
- Pásala... bonito, nos vemos; digo con lentitud al ver su expresión, ya sé, no quiere palabras cursis.
- Ari; me llama antes de salir de su cuarto, giro un poco y sé que tiene algo más para decirme.
- Te das cuenta por lo que yo paso, pero yo no me quedo atrás, aunque no lo digas, no te molesto que alguien los escuchara, sino que él lo haga
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No Se Enamoren de Ari (Por favor)
Roman pour AdolescentsAriana sabe cómo provocar la inestabilidad en una sociedad conservadora, la cual es sinónimo de aburrimiento en su vocabulario, sin embargo también tiene presente el poder que puede ejercer en su mundo, ya que la rutina de Ari se basa en regalar su...