Capítulo 17

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Despierto con la estúpida alarma de mi hermano, la cual se escucha hasta mi cuarto, estoy segura que son las seis de la mañana, abro los ojos con lentitud, no recuerdo a qué hora llegué a casa, pero estoy segura que dormí muy poco, me quedo mirando el techo, mientras recuerdo la noche anterior y comienzo a sonreír.

- Te amo; repito en voz alta.

Tapo mi rostro con ambas manos, no puedo creerlo, él estaba borracho, ese fue el motivo, o por un momento me vio como esa tipa, Rebeca, sin embargo esa idea me molesta, no, fue el alcohol, porque ayer bebió mucho.

Tengo sed, así que me dirijo a la cocina por un poco de jugo, mi hermano está sentado en el mesón, acaba de prepararse su jugo multivitamínico.

- Bájate de ahí o lo romperás; le advierto mientras abro el refrigerador.

- Llegaste a las tres; musita mientras no deja de ver su vaso.

Cierro la nevera de un golpe, no entiendo su comentario, así que me quedo callada, porque se llegar más tarde otras veces.

- Y no dejabas de repetir... "te amo"; aclara con lentitud al mismo tiempo que eleva el rostro para encontrarse con mis ojos cansados.

Trago saliva con dificultad y maldigo en voz baja, porque no recuerdo eso, así que soy la primera en desviar la mirada.

- Se puede decir que...

- Fue Bruno, él me lo dijo; aclaro con mucha seriedad.

Abre los ojos como si acabara de decir algo ilógico, pero es cierto, aun así no le doy importancia.

- Estaba ebrio, demasiado; exagero un poco.

- Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad Ari; comenta con una leve sonrisa, no necesito de esta mierda.

- Él está enamorado de otra tipa; mascullo para que deje de decir estupideces.

- Entonces ¿Por qué salieron?

- Porque... porque no tiene nada con ella, son amigos, como él y yo lo somos

- Y cogen; me lo recuerda con una mirada de reproche.

Respiro hondo para dedicarle una mirada de pocos amigos, quien se cree para cuestionarme.

- Tú no te quedas atrás, tú tienes un gran problema que no deja de ir a mi trabajo, al voluntariado, quieres poner el ejemplo como el hermano mayor, entonces hazlo y ven conmigo a la tienda, estoy segura que hoy aparecerá, deja de ocultarte detrás de mí

- Ari

- Pero no solo eso, como el cobarde no puede gritar su sexualidad a los cuatro vientos, me usa de escudo para que su familia no sospeche, llegó a enfermarse porque no le das la cara, entonces te pregunto ¿Qué vas a hacer Vlad? Y tú dices que nada, nuevamente me hago cargo, entonces no opines sobre mis decisiones cuando tú estás más perdido en las tuyas

- Está enfermo; repite con la voz apagada.

...

Es un milagro que este un sábado en casa, y es que la agencia canceló el viaje programado para este día, así que estará pendiente a mi mensaje, si es que vuelvo a ver a Teo.

Tengo un leve dolor de cabeza, pero sigo acompañando a una clienta y su mascota, le ayudo con sus indecisiones y su carrito, me da las gracias y ahora es problema del cajero.

Hoy no, Teo no vino en mi turno, apenas salgo de la tienda, recibo al viento de la noche como un alivio, tengo ganas de fumar, así que me compro una cajetilla y un nuevo encendedor, expulso el humo con mucha elegancia, no recibí mensajes de parte de Bruno en todo el día y tampoco le envié uno, saco el celular y todo está en calma. Veo de un lado a otro, parejas felices o eso parecen, mujeres de vestido y hombres de traje, seguramente van a una fiesta o una boda, coches a gran velocidad con música a todo volumen, paso mis dedos por mi cabello y vuelvo a fumar.

Rozo algunos grupos de amigos y llego hasta a la avenida, de repente recuerdo la escena, nuestras frentes juntas, las dos palabras salieron con una mezcla de alcohol y nicotina, mi hermano piensa que no me importa o soy indiferente, pero la realidad es que también lo ame, quiero decir, una noche cualquiera sentí esas mariposas al tenerlo tan cerca, pero la cuestión es que aún no habíamos cogido.


No Se Enamoren de Ari (Por favor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora