Capítulo 29

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El café sabe horrible por las mañanas, pero decido castigarme con esto, es el día siete y mi hermano aún no me dirige la palabra, sí, estoy llevando la cuenta de la ley de hielo por parte de Vlad. Después del beso sus padres nos miraron con orgullo y se fueron, Milán nos miró con odio e impotencia, eso creo, y luego se fue con Charlotte, pero Vlad no se fue, al contrario, se acercó a nosotros y tuvimos que despachar al taxi, intentamos explicarle la situación pero el beso había sido de otro nivel para dos personas que dicen no quererse más que como amigos, volví por mi cuenta porque Emma tampoco quería irse conmigo, ella se comunicó conmigo a los tres días y ahora me dice que Vlad me perdonará pronto, eso lo dudo, porque ya van siete días que me trata con indiferencia, anoche hablaron largo rato y por mi hermana me enteré que tiene una fiesta esta noche y que ella ya quiere cumplir dieciocho para salir con sus amigos, me limite a sonreír y a decirle que falta poco.

Estoy lavando mi taza y escucho la puerta de la cocina, pienso que es Emma, pero no, mi hermano toma asiento, de repente escucho el sonido de mi celular, es una notificación de una red social, mi hermano acaba de subir una foto a Instagram, lo tengo a unos metros, así que decido entrar a su perfil y de repente mi corazón bombea más rápido y siento escalofríos, no puede ser.

"Me odiarás cuando lo sepas"

Recuerdo las palabras de Bruno y dejo mi celular en la mesa, para que mi hermano sepa lo que está pasando y que esta vez no me puede ignorar o quedarse callado, pero claro, por eso está sentado en la silla, mientras tanto viene a mi mente las palabras que un día me dijo Milán, que su hermana estaba saliendo con un chico que no le convenía. La mirada de Vlad es relajada

- ¿Qué es esto?; por primera vez quiero que alguien me abra los ojos, más bien que me explique lo que a mi mente le cuesta procesar.

Pero Vlad no para ahí y desliza la pantalla, ahora hay una foto de dos parejas, por un lado la de Charlotte y Milán, a su derecha está Bruno y Ava, su novia, parece que están en una fiesta.

- Es obvio, no crees; contesta con la voz apagada.

Tomo asiento en una silla mientras mi mente procesa la información, quiero y no a la vez volver a ver las fotos, no vale la pena.

- Ahora tal vez me entiendas

- ¡Para!; le advierto con el dedo índice a manera de amenaza.

- ¿Cómo crees que me sentí ese día ah?, dime, ¡al menos yo te digo las cosas de frente!

- ¡Y mostrándome esta mierda crees que voy a ser empática, mostrándome estás fotos te crees mejor persona!; espeto mientras me paro de golpe. - ¡Porque eso es lo que entiendo!; mascullo indignada, ya es suficiente.

- ¡No solo me lastimaste a mí, sino también a Milán!, ¿Qué se te pasó por la cabeza al besar a Teo?; explota mientras se pone de pie.

- ¡Lo hice para que se quedara en esta ciudad!; chillo.

- Porque te conviene

Lo miro con el ceño fruncido y no puedo creer que esto vuelva a repetirse, la primera vez lo aguante, pero ya no más.

- ¡Sabes que, piensa lo que quieras, si en tu mente y en la de Milán está que me gusta Teo, háganlo, piensen eso, este es un país libre, pero mi conciencia está tranquila, y la de Teo también, ahora él está aquí, vive en esta maldita ciudad y es gracias a mí, pero no se quedó por mí!; exploto con los ojos acuosos y el corazón a mil por hora.

- Ya no importa lo que piense, lo que diga, lo que haga, desde hace tiempo haces lo que se te viene en gana, conmigo y con los demás, es lo que no quieres entender

- ¿Qué?

- ¿Qué crees que pensó Milán? cuando ese día te fuiste de la mano de Bruno; ataca mientras avanza hacia mí.

Así que él también cree lo mismo, él también piensa que me acosté con Bruno a pesar que le conté lo que pasó esa noche después de bailar, la primera lágrima cae y no me aguanto más, lo empujo con fuerza y él intenta sujetarme pero me aparto después de golpearlo otra vez.

- ¡No me toques!

- ¡Entonces compórtate!; grita con la mandíbula tensa.

- ¡No me digas como tengo que comportarme, por favor, habla el hombre perfecto, púdrete!; salgo de la cocina de un segundo a otro.

- ¡Ariana!

- Y las fotos qué, ahora compartes lo que ellos publican

- Yo las tomé

Lo que me faltaba, Vlad y Bruno del lado de ellos, siento náuseas, porque entiendo lo que pasa, dejan de lado a Teo y la única responsable soy yo, tal vez la más culpable y la más afectada a la vez, Bruno sale con Ava, Milán sale con Charlotte, pero eso no es todo, se toman fotos como buenos amigos, hipócritas.

"Váyanse a la mierda"

- ¿Cómo se llama el club?; pregunto con una sonrisa irónica, las lágrimas se quedan atrás.

- Entiende que no todo gira en torno a ti

- ¿Cómo se llama carajo? ¡El club de los despechados, el club de las parejas mediocres, el club de las víctimas de Ariana, todos los que fueron lastimados por esta perra pueden unirse!, ¿cuál es el costo?; lo provoco con una ceja arqueada.

- No digas...

- ¡Eso es!

- ¡ARIANA!; me reprende.

- ¡Eso es..., pero no me siento mal Vlad, crees que por mostrarme esas fotos de mierda me voy a sentir mal!... NO..., yo estoy de maravilla, porque les moví el mundo y siempre se van a acordar de mí, estoy en sus pensamientos, por quién están unidos, por Ariana, que por lo menos hagan un brindis en mi honor, diles eso

- Ya estás diciendo incoherencias

- ¡Estoy diciendo lo que es!, Bruno sabe muy bien cómo me llevo con esa gente, Milán sabe muy bien cómo me llevo con esa gente, tú sabes muy bien cómo me llevo con esa gente, ¿Cuál incoherencia?

Comienzo a caminar hacia la puerta, necesito aire, no puedo seguir con esto, pero siento la mano de Vlad y no dudo en volver a empujarlo y a golpearlo.

- ¡Socializa con tus nuevos amigos, júntate con tu gente y a mi déjame en paz!

Cambio de dirección y subo a mi cuarto, cierro la puerta con llave y abro las ventanas, entonces recuerdo lo que mi hermana me contó anoche, no le puse mucha atención pero hoy lo voy a confirmar, de repente recibo una llamada de una vieja amiga, no dudo en contestarle, hablamos un rato y trato de sonar calmada, me cuenta que tiene planeado salir algún lugar esta noche, y es que conoció a dos turistas españoles, escucho con atención y no dudo en decirle mis intenciones también.

- Acepto, pero con una condición Telma

- ¿Qué?

- Yo escojo el lugar; respondo mientras prendo un cigarrillo.

 

No Se Enamoren de Ari (Por favor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora