Epílogo :)

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Quiero viajar y eso no está en discusión, aprovecharé que mi hermano tiene un viaje programado con su novio, aprovecharé que estoy de vacaciones del trabajo y del museo, se lo diré a Milán en unos minutos, quien fue a comprar algo y ya volverá al coche.

- Ahí viene; le digo al chico del otro coche, este asiente y se alista para salir.

- Aquí está, toma; me entrega una barra de chocolate blanco, le agradezco y vuelvo a ponerme de costado.

- Tardaste un poco; le digo con una leve sonrisa. – Pero esto lo recompensa; musito mientras le muestro la barra.

- La cajera no quería dejarme ir; dice con una sonrisa picaresca.

Tener un novio con cabello de princesa y ojos claros es complicado, para las que no pueden manejarlo, claro; sonrío con mi deducción, yo no soy celosa, pero que no me provoque.

- Descuida, me entretuve hablando con el chico del otro coche; musito mientras giro la cabeza, efectivamente, el chico del otro coche está a punto de arrancar, sin antes verme y sonreír a manera de despedida.

Lo explico, como estaba con la ventana abierta y tengo el cuello descubierto, el chico del otro coche me preguntó por mi tatuaje y me elogió por el mismo, le correspondí con una sonrisa y le dije donde me lo había hecho, hablamos un rato y resulta que es gay, pero eso Milán no lo sabe.

- ¿Qué?; pregunta con el ceño fruncido.

Es verdad, Milán no sabe de mi tatuaje, ignora el resto de mi historia con el otro chico y se concentra en el nuevo descubrimiento en su novia.

- Sí, tengo uno; respondo con la ceja arqueada, mientras apoyo la cabeza en mi puño.

Sonríe con timidez mientras se rasca la cabeza, no sé qué está pensando, sin embargo, de un segundo a otro, acerca su mano hasta tocar mi cuello, su mirada es serena y me acaricia con delicadeza, quiere verlo, pero lo haré sufrir un poco.

- Como castigo por no ser tan detallista en el cuerpo de tu novia, tendrás que adivinar; lo provoco.

- Y si no lo consigo; pregunta con las cejas alzadas.

Dejo que me siga tocando, pero no voltearé como él quiere que lo haga, pongo una cara pensativa y decido continuar.

- Habrá más castigos

Aleja su mano de la misma manera en que la acerco, su mirada es intensa, casi calculadora y yo no me quedo atrás, porque sé que teme y le excita mi manera de hablar, esto será divertido.

- ¿Qué tipo de castigos?; me provoca.

Estamos estacionados cerca de un supermercado, es de noche y las calles están vacías, pasan muy pocos coches.

- Ya piensas en los castigos y ni siquiera intentas adivinar; lo regaño con un puchero.

Sonríe y se relame los labios, es divertido verlo nervioso, porque lo está, aunque a veces me sorprende, espero que esta vez no lo haga, porque en verdad me gustaría castigarlo.

- ¿Es un cigarrillo?

No puedo evitar reír con ganas y golpearme el muslo, me calmo después de unos segundos y carraspeo para volver a hablar.

- Y ni siquiera pedirás pistas; pregunto con los ojos entrecerrados.

- De acuerdo, dame pistas; dice con la voz ronca y tengo que hacer lo que estoy pensando.

- Primero debes cerrar las ventanas, entonces yo y mi barra de chocolate vamos a sentarnos sobre tus muslos, porque ahora vamos a jugar a las adivinanzas y a los castigos; musito mientras palpo sus muslos e inmediatamente toca el botón para cerrar de mi lado y el suyo.

No Se Enamoren de Ari (Por favor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora