Volver a Mar

prefacio

Solemos enamorarnos a corta edad, tan corta que cuando crecemos pensamos que no era amor de verdad, que éramos demasiados pequeños para saber lo que era sentir ese sentimiento. Y, aunque cuando somos unos críos no sabemos qué es el amor, sabemos que sentimos algo. Es por eso mismo que lo que sentimos lo sentimos de verdad, sin ningún tipo de miedo a hacer algo mal, a mentir o a ocultar.

Hay quien lo llama primer amor. Ese amor que tienes en primaria que nunca sale a la luz, que lo intentas ocultar porque te da vergüenza, ese amor que nunca revelas a nadie hasta que entras en una edad adulta y te ríes de esos momentos. Sin embargo, el primer amor nunca se olvida.

Mar había estado enamorada de Marcos desde que se conocieron en primaria, pero no fue un amor de paso, de esos de verano que duran tres meses, sino que fue un amor como los de antes, para toda la vida. En silencio y sin ninguna intención de confesarle esos sentimientos.

Marcos había estado enamorado de Mar desde que se conocieron en primera y tampoco fue un amor de paso. Fue un amor que por más viajes que se haga no se olvidan, de esos amores que se quedan contigo para toda la vida. De esos que el mínimo gesto lo sientes como si fuera lo máximo.

Pese a que los dos sintieran los mismo, nunca se lo dijeron el uno al otro. Decidieron cambiar ese amor a una amistad, un amor de mejores amigos, de esos que se cuentan todo y de los que se apoyan, aunque en realidad el sentimiento sea mucho más grande de lo que quieran demostrar.

¿Se puede vivir enamorado en silencio? ¿Alguna vez se deja de sentir por el primer amor? ¿Se puede estar enamorado de un mejor amigo?