32 Cautela

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Los autos transitaban a toda velocidad por las calles de Victoria, zigzagueaban y esquivaban.

—Hay un desvío aquí. Toma la próxima salida.

Dominic avanzó por la ubicación indicada por Jared.

—¿Cómo están los chicos?

—Como cualquier ser humano que ha perdido su vida.

Dom y Jared sabían lo que significaba. El miedo y la incertidumbre los embargaba. Jared miró hacia el auto de Ian, que venía detrás de ellos.

—¿Sucede algo?

—Voy a tener una familia, Dom, ¿puedes creerlo?

—Ansiabas tanto eso que ni siquiera te dabas cuenta.

—No regresaré a Londres. Prefiero quedarme con ustedes en Ciudad del Cabo. Estarán más seguros alejados de todos los Callums.

—No tiene nada que ver con estar más cerca de Azali, ¿verdad?

Jared chasqueó la lengua. Dominic lo había atrapado.

—¿Crees que estoy loco, Dom?

—¿Es una pregunta capciosa?

—Hablo en serio.

—¿Y quién estaría tan cuerdo para asegurar eso? Yo no, te lo afirmo.

—Voy a proponerle matrimonio a Azali.

—Jared, Aza todavía no termina de divorciarse.

—No me importa. Le quitaré un anillo para ponerle otro, el mío. —Dom puso una nueva marcha y se mantuvo sin emitir palabra—. Oye, di algo.

—Primero debemos sobrevivir a Jackson, ¿no crees?

—Voy a ser feliz con el teniente Mohambi, Dom —aseguró sin miedo—. Nadie va a quitarme eso.

A Dominic le gustó la determinación de su primo. Ya no sonaba como un payaso engreído, sino como un hombre enamorado, y él podía identificarse con eso. Nadie lo entendería mejor que alguien que moría un poco cada vez que se alejaba de su esposo.

—Me gusta cómo suena, Jared.

El hombre se arregló la camisa, nervioso y avergonzado.

—Solo espero que el idiota no sea gallina y me mande a volar con anillo y todo.

—Podría decir muchas cosas de Azali, pero gallina no es una de ellas.

—Es fuerte y aguerrido, yo lo sé, pero en emociones a veces siento que tiene más miedos que yo.

****

—Azali, ¿qué sucede? ¡Estás temblando!

—Necesito tu ayuda. Agua, consígueme agua.

Ian resopló mientras el moreno a su lado se negaba a mirarlo. ¿Cómo carajo habían llegado a esta situación?

—Me estás haciendo mentirle de nuevo a mi hermano. Mierda, ¡prometí no volverle a fallar de ese modo!

—No le estás mintiendo, solo omites algo que viste.

Ian estaba enojado.

—En este caso es lo mismo. Aza, ¿te has puesto a pensar en lo que Jared sufrirá si te pasa a algo?

—No me ama, Ian. Quizá me quiera, pero no sufrirá demasiado. Tiene a su hijo de regreso, ¿qué más puede pedir?

Ian aceleró para no perder de vista a Dominic. Esta situación le había quitado la poca concentración que le quedaba luego de llevar casi dos días en alerta.

JARED - T.C  Libro 3 - Romance gay +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora