36 Mi familia

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Dos días después...

Jared se sentó en uno de los bancos del parque. Víctor jugaba con Donovan. Su hijo levantó la mano y lo saludó para traerlo de vuelta a ese instante. Donnie dio pasos hacia él para sentarse a su lado.

—Gracias por el almuerzo de hoy.

—Me alegro de que lo hayan disfrutado. A veces soy muy malo cocinando.

Donovan agarró su mano.

—No era necesario. Sé que quieres regresar a la clínica y estar con Azali.

—Ustedes son mi familia. Aza me cortaría las pelotas si supiera que los descuido.

—Una familia es la que apoya cuando la tormenta se acerca, y esta es una gran tormenta. Puedes quedarte el tiempo que necesites a su lado. Nosotros estaremos bien. Dominic e Ian son grandiosos, y sé que cuento con ellos.

—No sé qué hacer, Donnie —confesó. Sus manos temblaban—. A veces me siento tan impotente e inútil.

—Salvo que seas médico. Por ahora lo único que puedes hacer es acompañarlo en su dolor, más ahora que ha despertado.

—Débora está con él ahora. Está bien cuidado, mejor que conmigo incluso.

—No digas eso.

—¿Por qué? Es la verdad.

—Jared, siempre crees que los demás hacen mejor las cosas que tú cuando se trata de cuidar o proteger. Estás equivocado.

—Lo dices porque eres mi hijo.

—Lo dijo porque soy tu hijo y porque soy testigo de cómo te esfuerzas cada día en ser el mejor papá, aunque no tengas una mínima idea de cómo hacerlo.

Jared le sonrió.

—Cállate, me vas a hacer llorar. A duras penas he conseguido dejar de hacerlo en estos días.

—Llora. —Donovan le dio una sonrisa—. Mi padre siempre me dijo que esa era la mejor medicina para curar el dolor del alma.

—Donnie...

—Estoy orgulloso de ti, papá, y de la familia que estamos formando juntos.

Jared rio y lloró, todo al mismo tiempo mientras envolvía a su hijo entre sus brazos.

—Soñé muchas veces que me llamaras papá.

—Pues te lo has ganado, y con creces.

El celular de Jared vibró en su bolsillo. Era Débora.

—Hola.

—Quiere verte, Callum. A ti y a tus hijos.

****

Jared sintió que sus piernas querían correr y correr hasta caer de rodillas. Estaba eufórico. Donovan y Víctor iban con él. Llegó a la habitación, y Débora estaba afuera, cruzada de brazos. Su rostro solo denotaba paz.

—Entra. Te está esperando. —Le hizo una seña, y el corazón de Jared vibró de emoción.

Ingresó en un segundo y se encontró con el teniente Mohambi. Lucía pálido, pero su belleza estaba intacta.

—¡Aza! —Víctor fue hacia él y se tiró en la cama.

—Hola, amiguito.

El niño le dio un beso en la mejilla y se sentó a su lado.

Jared y Donnie se ubicaron en el otro.

—Has dormido demasiado, ¿no te parece? —lo regañó para evitar llorar de nuevo.

JARED - T.C  Libro 3 - Romance gay +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora