Capítulo Cuatro

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—Zaynie, hey, despierta, dormilón.

Los dedos suaves picando su mejilla y la cantarina voz colandose en sus sueños, tuvieron a Zayn retorciendose mientras bostezaba, forzandose a abrir los ojos. Una imagen borrosa de su entorno fue lo que recibio antes de que parpadease un par de veces, aclarando el mundo para que su mente lograra comprender lo que sucedía a su alrededor.

Kate le sonrió desde arriba, un brillo burlón en sus verdosos ojos—. Bueno, hasta que decidiste honrarme con tu despertar. Comenzaba a preocuparme, es más, estaba a punto de ir por Alex para que te tomara el pulso, duermes como una roca.

—¿Eh? —confuso, intentó sentarse en la cama solo para recibir un chillido de queja en el momento en que movió su mano para retener el pequeño peso en su lugar.

Su cuñada rio disimuladamente, cubriendo su boca con su delicada mano mientras negaba con suavidad—. Ustedes dos podrían dormir durante un apocalipsis y no enterarse de nada, es increible.

Si había algo que le jodía era que lo despertaran cuando estaba tan profundo en sus sueños, el sumarle las burlas de la mujer, solo lograron que su humor fuese más agrio aún. Dedicandole una mala mirada a la pelirroja, se giró sobre si mismo para darle la espalda y se acurrucó en si mismo, con un brazo rodeando a su pequeña sobrina. Gabby murmuró algo que sonó como el maullido de un gatito enojado, antes de acomodarse contra su pecho con el rostro escondido en su cuello.

Kate volvió a reir cuando ambos soltaron un suspiro a dúo y cerraron los ojos, listos para seguir con su siesta.

—Hey, no te duermas —jaló su oreja—. Tu madre me mando a preguntarte si piensas quedarte, así Alex puede guardar tu motocicleta en la cochera.

—Dile que no toque mis cosas. —masculló.

—¿Y piensas dejarla en el camino de entrada, sola y en el lugar perfecto para que alguien la tome?

—El auto de Lena la cubre.

—Lena se marchó hace horas, genio. —otro jalón en su oreja.

Eso llamó su atención finalmente, logrando que volteara a mirarla—. ¿Cuanto dormirmos?

—Mmm —ella miró su reloj, moviendo los dedos de su mano contraria como si estuviese contando mentalmente—. Unas cuatro o cinco horas, suficientes para no tener sueño aún.

—Tu no controlas nuestros sueños, metiche.

—¡Hey, respetame, soy mayor que tu! —chilló.

Gabby levantó su cabecita y le dedicó un profundo ceño fruncido a su madre—. Mama molesta.

La boca de Kate se abrió en shock mientras Zayn reía suavemente ante las palabras de la pequeña. —Mira lo que le enseñas. —la pelirroja lo señaló—. Eres una mala influencia.

—¿Recién te enteras? —sentandose, intentó dejar a Gabby en la cama, pero la pequeña no parecía inclinada a dejarlo ir en breve, sus bracitos fuertemente enroscados alrededor de su cuello decian mucho—. Quedate aquí, princesa, vuelvo en un momento.

—No, titi, no. —ella lloriqueó—. Gabby contigo.

Kate comenzó a burlarse de él nuevamente. Esto sucedia cada vez que veía a sus sobrinas, aunque Renata también era cariñosa con él, Gabriella era aún más cercana, durmiendose en sus brazos o solo sentandose a jugar sobre su regazo. Nadie tenía idea de porque, no era como si Zayn fuese adepto a los niños o intentara llamar su atención, ella solo había visto un buen socio a la hora de las siestas y se había adherido a él.

¿Ahora me ves? |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora