Capítulo Seis

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Zayn despertó temprano en la mañana, había hecho todo lo que estaba a su alcance por no pensar en las palabras que Liam había soltado, pero no había funcionado muy bien. Su espalda dolía por la mala posición que había tenido que adoptar al dormir en el pequeño sofá de la sala de sus padres, eso no quería decir que se arrepentía de haber salido como lo hizo de la habitación. A su parecer, Liam se podía ir al infierno y quedarse allí.

Guardando la almohada y la manta que había usado en uno de los muebles del pasillo, pasó por la habitación de sus sobrinas para poder dejar un pequeño beso en sus frentes antes de bajar a la cocina, tomando un trozo de papel, escribió una nota a su madre y la pegó en la puerta de la heladera antes de salir. Su motocicleta brilló en el sol de la mañana mientras se sentaba sobre ella, prendiendo la chaqueta de cuero mejor a su alrededor.

Sacandola de la cochera, cerró los ojos mientras miraba al cielo por un momento, tomando un aliento de la brisa humeda mañanera antes de finalmente encender el motor y salir por la entrada principal, directo a la carretera. Su departamento quedaba bastante lejos, y era un halago decirle de ese modo. La verdad era que el mismo había sido una vieja bodega, propiedad de un amigo que se la había vendido pensado que no valía nada. Con un poco de esfuerzo, la había convertido en su guarida perfecta.

Guarida perfecta en la que su madre casi nunca entraba para evitar que lo matara lentamente al ver el diseño interior callejero que le habia dado.

Cuando la estructura apareció en su línea de visión, llevó su motocicleta a un lado, metiendola por una de las puertas, en las habitaciones que no usaba y tenían salida al exterior, escondiendola bajo una lona. Una vez estuvo seguro de que no se dañaría, se dirigió a la puerta que daba al interior. Ni siquiera terminó de abrir la puerta cuando sintió un pesado peso saltar sobre él.

—¿Extrañaste a papá, cariño? —Lady, una hermosa cruza de Gran Danés, a la cual le faltaban las orejas y sus patas traseras no funcionaban de la manera correcta, movió la cola con entusiasmo hacía él—. ¿Que rompiste? ¿Mmm? ¿Destruiste algo que me gustaba hoy o te conformaste con seguir desmantelando mi sofá?

Ella no parecía demasiado preocupada por las consecuencias de sus actos. Cerrando la puerta, Zayn decidió hacer un recuento de daños y aunque el viejo sofá gris seguía estando de la forma que se encontraba cuando salió -con la tela rota, el relleno saliendo y una de las tablas al aire con marcas de dientes- el gato lamiendose sus... bueno, sus partes personales, era una nueva adición.

—Hey, viejo Fu, ve a hacer eso a otro lado, lejos de mis muebles en lo posible —lo arrojó fuera, recibiendo una mala mirada felina de parte del animal. Ese ni siquiera era suyo, él solo había aparecido por ahí y se había dado cuenta de que el tipo tatuado dueño de la perra destructora eran una buena fuente de comida. Zayn se había querido deshacer de él varias veces, pero no entendía razones—. Estoy a punto de cambiarte el nombre por Liam, seguro que tu sabes sacarme de quicio como él lo hace.

El gato lo miró, sus ojos azules parecían destilar desprecio antes de que se pusiera de pie y marchara lejos, prefiriendo hacer su limpieza diaria a la luz del sol que entraba por su ventana.

Zayn rodó los ojos—. Por supuesto, deja que los pocos vecinos que tengo, vean tus desgracias, que inteligente eres, Liam Junior.

Se volteo, sintiendo el traqueteo de las uñas de Lady cuando lo siguió a la habitación. Sacandose la ropa, dejó un camino de prendas en su camino al baño antes de meterse a la ducha.

—¡No, Lady, hemos hablado de esto, eres muy grande para ducharte conmigo! —empujó al enorme animal como pudo fuera de la ducha solo para que esta se enredara con la cortina de la ducha y la arrancara junto a toda la instalación que la mantenia en su lugar y parte de las cosas que se encontraban en la repisa cercana y que fueron alcanzadas por la cola de su perra cuando dio marcha atrás—. ¡Genial, Lady, ¿acaso tengo que resignarme a vivir en un bunker para poder tener un techo sobre mi cabeza sin correr el riesgo de que lo destruyas?!

La perra le ladró en respuesta, moviendo la cola.

—No me contestes, jovencita, no te bañaras conmigo, no me importa si destruyes la casa entera. 

Zayn realmente... no debió haber dicho eso.

Para cuando su ducha terminó, su baño no existía.

—¡Lady!

El timbre lo corto, aún así, no pudo evitar darle una mirada entre enojada y divertida a la perra cubierta en talco que lo miraba desde el rincón. Ella parecía arrepentida de lo que había hecho y era divertido ver como intentaba esconderse detrás de un mueble demasiado pequeño para que la cubriera completamente.

Sosteniendo la toalla alrededor de su cintura, se dirigió a la puerta y la abrió sin pensarlo dos veces.

—Hey, tu, ¿por qué atiendes la puerta desnudo? —Alex pasó a su lado como si fuera su propia casa, logrando que Zayn rodara los ojos.

Liam seguía de pie en la puerta, mirandolo con un extraño brillo en sus ojos por lo que Zayn sopló hacia él—. ¿Te vas a quedar ahí todo el día? —dejando la puerta abierta, siguió a su hermano—. ¿Que hacen aquí?

—Olvidaste tu billetera, genio —arrojó la misma sobre el escritorio antes de que su mirada se posara en Lady—. ¿Tu perra quiere ser fantasma o que?

—Destruyó mi baño. —informó.

—Jodete, fuiste tu quien dijo que el pequeño pony podía ser una buena mascota.

—No le digas así —arrojó una manzana del centro de la isla hacia su hermano antes de girarse hacia su perra—. Lady es la más hermosa perrita de los alrededores, ¿verdad? Eres preciosa, cariño, lo eres.

Atropelladamente, la perra corrió en su dirección con torpeza. Zayn sabía lo que sucedería mucho antes de que el tonto animal se llevara su toalla atrapada en sus garras en su entusiasmo. Alex se rió, Liam por su parte, se lo quedó mirando, logrando que Zayn elevara una ceja hacia él.

—¿Se te perdió algo, Oso? 

¿Ahora me ves? |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora