¿Ahora me ves? |Ziam|

Capítulo Quince

Metiendo las manos en los bolsillos de su sudadera, Liam arrastró los pies sobre la alfombra mientras observaba las fotografias sobre la chimenea con interés. Su rostro aparecia en varias de ellas, recordaba algunos de los momentos, pero otros, por más que se esforzaba, parecían haber desaparecido de su memoria. Como ese en que estaba copiando la pose de una pequeña Lena, arrojando un beso hacia la camara o la otra, donde sostenía a un dormido Zayn en pañales sobre su regazo, sonriendo brillantemente.

No recordaba esos momentos, no tenía recuerdos de haber estado allí para aquellas fotos, pero había muchas otras que recordaba perfectamente.

Se acordaba perfectamente de esa fotografia donde una pequeña versión de Zayn se aferraba a su espalda dentro de la piscina, aterrado de soltarse y hundirse en el agua. O esa otra, donde Alex, Zayn y él habían llenado la bañera de espuma e inundado el baño. O, la vez que fueron de campamento y Alex y él insistieron en dormir afuera de la carpa, cerca del fuego para poder ver las estrellas. Los Payne se lo habían permitido, pero Zayn era demasiado pequeño aún y temian que enfermara de quedarse fuera, por lo que se habían prohibido.

Jamás olvidaría el momento en que sintió la pequeña forma amoldarse a su espalda, cuando se volteo y lo rodeo con sus brazos para evitar que pasara frío. La foto había sido tomada en la mañana, mientras aún dormían. El pequeño cuerpo de Zayn hundido en el pecho de nueve años de Liam, durmiendo placidamente.

—Esa es mi favorita de ustedes. —la voz de la señora Malik lo sobresaltó, logrando que voltease a verla solo para recibir la taza de té que ella empujaba en sus manos. Sus ojos marrones estaban en la imagen aún—. ¿Alguna vez te dije que fui yo quien dejé la puerta de la carpa abierta para que Zayn pudiese salir?

Tomando un sorbo del dulce líquido, la miró sorprendido—. Pensé que le habían prohibido a Zayn dormir con nosotros. Recuerdo que en esa epoca él solía enfermar con facilidad, ustedes lo protegian mucho.

—Él aún enferma fácil en invierno —sonrió con cariño—. Pero esa noche en particular, él se había acercado a mi antes de ir a dormir y susurró en mi oido: "Me iré a dormir con Oso en un momento, no te preocupes, él me mantendrá calido" —rió—. Recuerdo esas palabras como si me las hubiese dicho ayer, no creo que las olvide jamás. Zayn era demasiado testarudo cuando se trataba de ti y la convicción con la que dijo aquello me convenció de que era cierto, me parecía adorable la confianza enorme que te tenía.

Liam se mordió el labio con fuerza—. Y yo arruiné esa confianza cuando me marché, ¿no es así? La jodí a lo grande.

—No uses ese lenguaje al hablar conmigo, jovencito. —ella aleccionó distraidamente antes de finalmente mirarlo—. No creo que hayas arruinado las cosas realmente, Liam.

—Zayn me odia.

—Él no te odia, solo esta herido y eso saca lo peor de él.

Suspiró, rodeando la taza con ambas manos en busca del calor de la misma—. He escuchado eso antes, pero creo que esta vez, se equivocan. Él realmente me odia, me lo dijo.

—Se pueden decir muchas mentiras que parecen verdades, pero eso no quiere decir que lo sean.

Bajando la mirada al interior de la taza, mordisqueó el borde de su labio con nerviosismo—. Me dolió escucharlo.

—Mm, ahora veo porque llegaste a mi casa tan temprano y luciendo como un perrito apaleado —ella soltó una bocanada de aire antes de hacer un gesto hacia el sofá—. Vamos, sientate conmigo y cuentame que sucedió.

Haciendo lo pedido, Liam se acomodó entre los comodos y coloridos cojines que se amontonaban en el sofá y procedió a contarle todo a detalle. Desde el loco plan de Lena de mudarse a la casa de Zayn para lograr que volviesen a conectar como antes, a como le había quitado los cigarrillos al moreno y la forma en que se había enojado con él. Ella se mantuvo callada mientras hablaba, asintiendo y produciendo sonidos de afirmación para hacerle saber que estaba escuchando.