Capítulo Treinta y Cuatro

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Dos semanas pasaron volando luego de navidad, año nuevo pasó y se fue, el dormitorio de Max fue construido y Zayn finalmente pudo volver a su preciada cama, dejando que Liam sufriera los dolores en la espalda provocados por el sofá. El castaño había estado cerca durante todo el tiempo, aun luego de que Zayn lo enviara a dormir en el suelo de la sala justo antes de reubicarlo en el pasillo, después del fallido intento de colarse en el sofá junto con él.

Zayn estaba haciendoselo dificil, lo sabía, y una parte infantil y perversa de él, amaba ver al mayor sufriendo por ello. Podían llamarlo cruel, pero prefería eso a que todos se percataran del miedo que tenía de volver a salir lastimado. Según lo que había escuchado, las personas solían reaccionar de la misma manera cuando eran heridas, él solo estaba protegiendose. Nadie podía culparlo por ello.

Al menos, eso esperaba.

Estacionando la motocicleta en el estacionamiento del colegio, apagó el motor y quitó la llave antes de bajar a Max de la misma. Quitandose el casco, recibió el más pequeño cuando el rubio se quitó el suyo y colocó ambos sobre los asientos al bajarse.

—¡Papi, vamos tarde! —Max apuró, mirando alrededor, al vacio estacionamiento y frente del edificio.

—Lo sé, cariño, lo siento. —peinó el cabello rubio con los dedos lo mejor que pudo antes de tomar la manito del pequeño—. Fue culpa de papá Liam.

—¿Por qué rayos es mi culpa?

Dando un salto sorprendido, se giró sobre si mismo, viendo a Liam caminando hacia ellos—. ¿Que rayos haces aquí?

—Es el primer día de escuela de Max luego de vacaciones, ¿realmente esperabas que no viniera?

—No nos necesita a ambos, con que viniera uno era suficiente.

Acercandose a Max, Liam tomó su otra mano—. Lo sé, pero la verdad, no le tengo nada de confianza a esa motocicleta. Es increible que hayas subido a Max ahí.

—Tenía casco y soy buen conductor.

—No me importa, es peligroso, Zayn —examinó a Max, como si buscara alguna herida que respaldara su declaración, logrando que Zayn rodara los ojos—. La proxima vez, usa el auto.

—Llegamos más rápido en la motocicleta.

—Yo vine en auto detrás de ustedes y llegamos al mismo tiempo —señaló—. Los autos son más seguros, tienen cinturones de seguridad, usalos.

—Suenas como mi madre —se quejó—. Y a Max le gusta mi motocicleta, ¿verdad, Max? 

—Me gusta que me traigas en la motocicleta, papi.

Zayn le envió una mirada de suficiencia al castaño—. ¿Ves?

Cubriendo los oidos del pequeño, Liam le contestó con una mala mirada—. No lo pongas contra mi y no le hagas preguntas tontas —siseó—. Tiene seis años, también le gustaría comer chocolate como cena y convertir el baño en una pecera del Mundo Marino, pero no lo dejamos hacerlo porque es malo para él. Somos los adultos y quienes tomamos las decisiones por su bien.

—Y tu, eres un maldito controlador y aburrido que no sabe divertirse. —palmeó las manos del mayor lejos de su confundido hijo antes de tomar la mano del último—. Vamos, cariño, antes de que lleguemos aún más tarde.

Liam los alcanzó al instante cuando pasaron frente a él y siguieron su camino, jalando la parte delantera de su camisa azul—. ¿El uniforme policial no te dice nada? Mi trabajo es seguir las reglas, no hacer cosas tontas que tu consideras divertidas.

¿Ahora me ves? |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora