¿Ahora me ves? |Ziam|

Capítulo Treinta y Nueve

Pisando el acelerador suavemente, Zayn detuvo su auto en la imaginaria línea de partida manteniendo su mirada sobre la delgada figura de la chica pelirroja de pie frente a las luces de los autos. Estaban en un estacionamiento subterraneo, las luces blancas colocadas en la parte inferior de las paredes apenas iluminaban las formas apiñadas a su alrededor que esperaban por el comienzo del evento. No estaba nervioso, había hecho esto muchas veces en el correr de los años, aunque no podía negar que estaba tan ansioso por comenzar como todos a su alrededor.

Sabía que no debería estar allí, que debería haber rechazado la invitación como había hecho varias veces ya. Pero luego de comprar la camioneta, tenía miedo de quedarse sin dinero. Si, podía vender cuadros, pero eso se tardaría demasiado tiempo y si Max necesitaba que le comprara algo en ese instante, él no tendría dinero.

Bien, podía excusarse detrás de eso, pero la verdad, también sentía la necesidad de un poco de adrenalina. Conducir era una de las cosas que más amaba, después del arte, y a veces solo necesitaba un poco de eso para sentirse bien.

La joven caminó ida y vuelta por un momento antes de detenerse nuevamente y quitar el pañuelo que decoraba su cabello. Zayn sonrió, al menos aun quedaba una joven medianamente decente por allí. Hubo aullidos de protesta al ver que ella no tenía intenciones de quitarse alguna prenda de ropa, pero ignorandolas la joven miró entras los conductores antes de sacudir la tela.

La tela bajo y Zayn pisó el acelerador, dejando dos autos detrás del humo de su escape. Conocía las calles por donde debía conducir, diablos, él conocía todas las malditas rutas posibles que Klaus se atrevería a utilizar, no le costaba mucho deslizarse por las calles con un ritmo constante que los demás competidores no poseian.

Mirando por el espejo retrovisor, observó los dos autos que había dejado atrás comenzando a ganar espacios entre los demás conductores distraidos que se habían visto empujados a participar. Sabía que podía pasarlos a todos al llegar al tunel, solo debía mantenerse donde estaba hasta llegar al punto exacto donde podía utilizar sus habilidades y presionar el acelerador a fondo.

Las luces de las calles y comercios se convirtieron en lineas borrosas a su alrededor mientras se concentraba en la carretera, estaba acostumbrado a el espectaculo al otro lado del cristal de su ventana, por lo que podía ignorarlo con facilidad. Sus ojos saltaban del espejo retrovisor a los laterales, vigilando a sus competidores, asegurandose que seguían detrás de él. Tenía que pasar dos vehiculos más para poder quedar en el primer puesto, pero eso no era problema, empezar ganando nunca era bueno.

Golpeando el volante a los lados, la experiencia en ello lo ayudo a esquivar varios autos y camiones que se metian en su camino. Conducir en Londres en la madrugada era la peor cosa a hacer, pero para una carrera con el premio que sabía lo esperaba en la meta, era un grado de dificultad perfecto.

Un choque de adrenalina recorrió su cuerpo cuando el tunel apareció en su linea de visión. Sonriendo, con la sensación excitante palpitando en sus huesos, presionó el acelerador y comenzó a esquivar autos, perdiendo a los dos competidores detrás de él dentro de la oscuridad velada que el entorno les proporcionaba.

Pasar a los dos frente a él fue fácil, ellos estaban tan ocupados intentando rebasarse, que olvidaron bloquear a los demás, por lo que tenía el camino libre. Bajo un poco la velocidad cuando una curva se presentó, dandoles un poco de ventaja a los demás, pero antes de que pudiesen alcanzarlo, encendió el nitro y se alejó, dejandolos atrás con facilidad. Manteniendo la velocidad, observó a los demás autos hacerse pequeños en su espejo retrovisor con una sonrisa en el rostro.

El estacionamiento subterrano lo recibió igual de oscuro cuando entró, los vitoreos y silbidos festejaron su victoria, pero los ignoró, conduciendo hacia donde Klaus estaba.