¿Ahora me ves? |Ziam|

Capítulo Nueve

El cuerpo entero de Zayn se tensó tan rápido al oir aquellas palabras que varios musculos se quejaron por la acción repentina. Este tipo tenía que ser estupido, ¿como rayos se atrevía a preguntarle algo así a él? ¿que mierda pretendia con eso?

Zayn mentiría al decir que no había pensado en ese beso con frecuencia, pero se había obligado a dejar de hacerlo. Ese gesto había valido mucho para él cuando lo dio, había sido el primer beso que había dado en su vida y creía que había sido genial. Luego se percató de que para Liam no había significado absolutamente nada y repentinamente, ese lejano recuerdo ya no significaba nada para él tampoco.

Ahora, ¿por qué rayos el castaño tenía que traer eso a flote nuevamente? ¿Acaso no podían solo olvidar que alguna vez había sucedido y actuar como si no se conocieran hasta que las fiestas pasaran y Liam volviese al nido de ratas de donde había resurgido?

Bien, talvez estaba siendo un poco dramatico, pero la verdad, no tenía ni las más minimas ganas de jugar este jueguito que Liam le proponía. No iba a actuar como idiota otra vez, de los errores se aprende y él ya había tropezado con esa piedra antes.

—¿Puedes soltarme? Debo darle de comer a Lady antes de que destruya también mi cocina en su afán de buscar su propio desayuno.

El cuerpo del castaño se apretó más contra él, llevandolo más cerca de la pared de lo que era fisicamente posible estar—. Respondeme y te dejaré ir.

—¿Que quieres que responda?

El agarre en sus muñecas se apretó—. Dime porque me besaste esa noche.

Soltando un sonido fastidiado, el moreno rodó los ojos antes de mirarlo directamente con aburrimiento—. ¿Como rayos quieres que recuerde lo que pasaba por mi cabeza hace seis años? —soltó—. ¿Te besé? Mm, bien, no lo recuerdo realmente, pero gracias por decirmelo, seguramente a nadie le importe, igual gracias. Ahora, ¿me sueltas?

—Deja de ser tan malditamente fastidioso y solo respondeme.

—¿Yo estoy siendo fastidioso? —elevó una ceja—. Yo no tengo a nadie contra una pared, exigiendo respuestas que no tiene.

Los ojos del castaño se estrecharon—. No puedes no acordarte.

Bufó—. Ten cuidado de que tu ego no te aplaste, porque lamento decirtelo, pero no eres tan inolvidable como piensas, yo no lo recuerdo.

—No quise decir eso.

—¿Y que quisiste decir?

Una sonrisa burlona se hizo lugar en sus labios—. En que es imposible que olvides algo así porque ese fue tu primer beso.

—No lo fue.

—Por supuesto que lo fue —lo miró directamente—. Jamás podré olvidar la forma en que temblabas en mis brazos o como intentabas devolver el beso de forma torpe y adorable, eras tan lindo en esa epoca.

Los dientes del moreno rechinaron de rabia—. Fue un simple beso sin importancia, para nada memorable. Si hablaramos de la primera vez que me follaron, talvez podría darte más información —sonrió de forma falsa—. Recuerdo bien como de equipado esta Louis y lo bien que se sintió cuando me penetró con fuerza, sin detenerse en lo más minimo al saber que era mi primera vez porque estabamos tan borrachos y drogados que fue un milagro que no nos diera una sobredosis al caer sobre la cama.

Con cada palabra, los dedos de Liam se cerraron con un poco más de fuerza sobre sus muñecas, sus rasgos apretandose para formar una expresión de ira pura totalmente dedicada a él.

—¿Tu primera vez fue estando borracho?

—Yehp —sonrió—. En una habitación de hotel barato, ¿quieres que te cuente los detalles o me dejarás ir finalmente?

—¿Que mierda sucedió contigo cuando me fui?

—¿Eh?

—No se suponía que las cosas fueran de este modo —gruñó—. Tenía un futuro increible planeado para ti.

Eso sacó una risa seca y sin gracia de la garganta del moreno—. Es ironico que tus malditos planes hayan volado lejos justo como tu lo hiciste.

—Zayn...

—Me importa una mierda lo que tu pensabas hacer, es mi vida, yo decido lo que hago y lo que no, soy lo suficientemente mayor para eso. ¡Sueltame!

—No, maldición, no voy a soltarte, no una segunda vez —apretandolo con su cuerpo, colocó su rostro tan cerca que sus respiración se mezclaron—. Me equivoqué hace seis años, pero no cometeré nuevamente el mismo error. Ahora estoy aquí, mi niño, y no voy a dejarte solo de nuevo. Me quedaré y cuidaré de ti como debía haberlo hecho desde el principio.

—No necesito que tu me cuides. —siseó—. No necesito a nadie.

—No me importa lo que pienses, ahora estoy aquí, Zaynie, y tu oso no va a dejar que estes triste de nuevo.