—¡Ya sé que puedo obsequiarle! —Zayn exclamó, irguiendose de golpe en el sofá con la mano en alto en señal de triunfo.
La puerta de la cocina se abrió y Liam apareció allí, con un delantal a cuadros rojos y una cuchara de madera en la mano—. No grites —aleccionó—. Max aun duerme, no lo despiertes.
—No te preocupes, él duerme como un tronco.
—¿En serio? —elevó una ceja—. ¿A quién me recuerda eso?
—No fastidies con mis horas de descanso porque soy capaz de darte una patada en donde el sol nunca llega y enviarte a rebotar al centro de la calle —advirtió—. Y volviendo al tema del obsequio, descubrí cual sería un presente perfecto para Louis.
—Mm, ¿y cual sería ese?
—Un cuadro. —sonrió orgulloso.
Liam lamió el resto de salsa que quedaba en la cuchara antes de mirar la hora en su reloj de muñeca—. ¿Crees que tienes tiempo suficiente para hacer un cuadro? Tu madre nos está esperando en su casa en unas horas.
—Creo poder hacerlo.
—Entonces ponte a trabajar, pequeño, el tiempo es oro.
Poniendose de pie, Zayn arrastró los pies en dirección al pasillo, deteniendose antes de marcharse—. ¿Liam? —llamó, logrando que el castaño lo mirara sobre el hombro interrogativo—. ¿No crees que obsequiarle un cuadro es demasiado... poco?
—Si es creado por ti, entonces será perfecto. —le sonrió antes de hacerle un gesto para que marchara—. Ve, terminaré de cocinar y te llamaré cuando debamos ir a casa de tus padres.
—¿Por qué estas cocinando de todas maneras? Mamá siempre cocina todo ella misma.
—Ella me pidió que preparara algunas cosas para que tuviese tiempo de organizar lo que faltaba para el cumpleaños de Louis. Además, preparé también el almuerzo de Max —sonrió—. Un niño debe tener todas sus comidas diarias.
—Suerte despertandolo para que coma, se pone de mal humor cuando interrumpen su sueño.
—Dios, ¿alguna otra mania que le hayas contagiado de la que quieras advertirme? —preguntó, divertido.
—A decir verdad, si. Le fastidian bastante las personas controladoras y malditamente aburridas tanto como a mi. —sonrió falsamente—. Y si, me refiero a ti.
—Mocoso.
—Viejo aburrido. —replicó con facilidad, siguiendo su camino sin darle tiempo al castaño de responder algo.
La habitación estaba casi en penumbras ya que Zayn se había encargado de cerrar las cortinas y bajar la intensidad de la luz para que no molestara a Max, quién seguía durmiendo tranquilamente bajo las mantas y el cuidado experto de Lady. Acercandose a la misma, Zayn apartó con cuidado el rubio cabello del rostro de su hijo, inclinandose y besando la mejilla del mismo, quedandose allí un momento y tomando un respiro del suave perfume de bebé que Max conservaba.
Sabía que debía dejar de evitar el tema del beso que había compartido con Liam y tomar una decisión, no solo por él, sino que su hijo merecia tener estabilidad. Habiendo tomado la decisión de cuidar de él de ahora en adelante, sabía que tenía que hacer las cosas bien para evitar su sufrimiento y asegurar su felicidad.
Eso y que Liam no iba a dejarlo en paz pronto.
Con un suspiro, se alejó de la cama, asegurandose que Max estaba correctamente abrigado y acariciando brevemente la cabeza de Lady, la cual se había mantenido al lado del pequeño todo el tiempo, antes de recuperar su maletin con pinturas y pinceles y salir de la habitación, directo a donde guardaba sus demás cosas de arte que escasamente utilizaba.
Necesitaba crear una pintura jodidamente buena o Louis no lo dejaría vivir en paz luego, y si le quedaba tiempo, talvez pensaria en la situación con Liam.
(...)
Colocando los trozos de fruta dentro de un recipiente, Liam colocó el mismo a un lado del batido que había preparado antes de mirar con ternura como Max refregaba sus ojos con sus manitos en un intento de apartar el sueño. Su cabello rubio estaba en todas direcciones, tenía una marca de almohada en la mejilla y le había errado dos veces a su boca cuando intentaba llevar el sandwich a la misma.
Con una sonrisa dulce, Liam lo tomó de la silla y lo cargo en brazos, pasando los dedos por el desordenado cabello—. Vamos a lavar tu rostro con un poco de agua fría para despertarte, ¿si?
—Mm —murmuró, acomodandose contra el cuello del mayor al instante, su voz adormilada se escuchó baja cuando habló— ¿Donde esta papi?
—Él está pintando en la otra habitación —se dirigió al baño—. Si quieres podemos ir a verlo cuando despiertes.
—Eso me gustaria.
Entrando al baño, se dirigio directo al lavabo y abrió el grifo, mirando brevemente alrededor para encontrar algo en lo que Max pudiese pararse pero sin encontrar nada. Con un suspiro, cargó al pequeño frente a la caida del agua—. ¿Puedes lavarte tu, cariño? —pidió.
Ahuecando sus manitos, Max junto agua y la arrojó en su rostro, estremeciendose ante la sensación—. Esta fría.
—Lo sé, y lo siento, pero si no te despiertas terminarás durmiendote sobre la comida. —recuperó una toalla y se la tendió.
—No me gusta esta manera de despertar.
Liam sonrió—. Lo siento, cariño.
—Esta bien.
Dejando la toalla sobre el lavabo, Max envolvió sus brazos alrededor del cuello de Liam y apoyó su frente en la barbilla de este. Inclinando un poco la cabeza, el castaño besó la sien del infante antes de comenzar a mecerse a los lados inconscientemente.
—Hoy es navidad —comentó distraidamente—. ¿Estas emocionado?
—Un poco.
—¿Solo un poco? —interrogó—. ¿Que le pediste a Santa?
—Santa ya me dio lo que queria.
—¿Si? ¿Y que fue eso?
Apartandose, el pequeño lo miró con ojos brillosos y una sonrisita dulce—. Le pedi que hiciera que papi fuese feliz de nuevo y ahora él lo es —volvió a esconderse en su cuello—. Si papi es feliz, yo soy feliz.
—¿Eres feliz ahora, Max?
—Si, muy feliz —aseguró, apretando su agarre alrededor del cuello de Liam—. Me gusta estar con papi y contigo.
—¿En serio?
Asintió—. Es como antes, con mis dos papis.
Liam detuvo el movimiento de ida y vuelta y se congelo al oir aquellas palabras, con el corazón acelerado, se aclaró la garganta—. Sabes que no soy tu papi Maw, ¿verdad, Max? Nunca seré él.
Alejandose, los ojitos grises lo vieron con seriedad—. Papi Maw esta en el cielo, es un ángel ahora y yo sé que es feliz aunque no pueda verlo —aseguró antes de sonreir suavemente—. Él sigue cuidandome, por eso envió otro papi para que me quiera.
—Max yo no puedo...
Sus cejas palidas se fruncieron, confundidas cuando lo miró con algo de tristeza—. ¿No quieres ser mi papi?
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¿Ahora me ves? |Ziam|
FanfictionAutora: Always_nina Quiero aclarar que esta historia NO es mía, es de Always_nina así que todos los créditos son para ella. Me comuniqué con ella y me autorizó subir sus anteriores historias, l@s invito a que vayan a su perfil y lean sus nuevas hist...