Capítulo Cuarenta y Cinco

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Girando su lápiz entre sus dedos, Zayn observó a su hijo dormir a su lado mientras su mente vagaba en lo que había estado sucediendo en su vida ultimamente. Habían pasado tres días desde la proposición de Liam y su mente aun seguía girando alrededor del tema, no quería pensar sobre ello, pero le era imposible no hacerlo.

Había algo mal con todo eso y aunque intentaba no escarbar en el asunto, su mente seguía volviendo a lo mismo. No quería salir lastimado nuevamente y al mismo tiempo, sabía que sucedería.

Liam había estado trabajando bastante los últimos días, pero se mantenía flotando alrededor de ellos como una mosca molesta cuando estaba en casa. En realidad, no le molestaba realmente, pero el tenerlo siempre al lado, no le dejaba tiempo para tomar un respiro y pensar por si mismo.

Y ya no sabía si eso era algo bueno o no.

Max se quejó suavemente en su sueño y automaticamente lo miró, acariciando con dulzura el rubio cabello del pequeño. Las hebras estaban húmedas bajo su tacto y las mejillas sonrojadas destacadas en la pálida piel, logrando inquietarlo. El suave sonido del termometro casi se pierde bajo el sonido del televisor que seguía pasando los dibujos animados que Max había estado viendo, pero Zayn lo escuchó y lo recuperó de debajo de la camisa de pijama del pequeño.

Observando la pantalla, hizo una pequeña mueca—. La fiebre bajó, pero aun tiene un poco — comentó, sabiendo por el sonido de pasos que Liam estaba de pie en la puerta de la habitación.

—¿Crees que debamos llevarlo al medico?

—No por ahora, veamos si termina de bajar en un par de horas —lo miró, viendo la preocupación grabada en su rostro. Sonrió—. Deja de preocuparte tanto, es obvio que esta incubando un resfrío, Liam, estará bien.

Liam frunció el ceño—. ¿Como puedes estar tan seguro?

—Bueno... Hola, Liam, estas hablando con el tipo que no se salvó de un resfriado en invierno desde que tiene memoria.

—Pero lo hemos cuidado mucho, ¿como pudo resfriarse?

El moreno se encogió de hombros suavemente—. No hace falta mucho para que se enferme. Talvez se levantó de la cama descalzo para ir al baño o se quitó el abrigo mientras estaba en la escuela, no podemos estar seguros de que ha estado cálido en todo momento.

El mayor pareció meditar sus palabras por un largo momento, sus cejas se fruncieron y Zayn sabía que diría algo absurdo mucho antes de que siquiera abriera la boca—. Entonces, debemos hablar con su maestra para que lo vigile más y... pondremos alfombra en todo el pasillo, desde su habitación al baño.

—¿Por qué no lo envuelves en plastico burbuja? Talvez eso sea más efectivo. O mejor, metelo en una burbuja, esas que gigantes que parecen hechas para hamsters sobrealimentados.

—No estoy bromeando, Zayn.

—Sé que no lo haces —sonrió—. Por eso estoy burlandome de ti.

—Nuestro hijo se enfermó porque lo descuidamos.

—Nuestro hijo se enfermó porque es un niño y un ser humano, y aunque odies admitirlo, eso sucede a veces, no puedes evitarlo. Así que aceptalo y trata con ello, porque esta no será la última vez que Max atrape un resfriado.

—No si puedo evitarlo.

—Oh dios. —masculló, viendo la determinación en el rostro de Liam cuando se volteo para marcharse.

—Haré sopa de pollo, y tu también comeras, todos lo haremos para evitar enfermarnos.

Zayn lo observó alejarse mascullando antes de mirar a su dormido hijo, inclinandose para besar su mejilla—. Mm, pequeño, tu no la tendrás fácil con él, ¿lo sabes? Te lo digo por experiencia, él habla enserio.

¿Ahora me ves? |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora