Capitulo 11

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Lisa.

—¿Ella entonces está molesta contigo, Bam? — pregunto mientras desde una esquina del restaurante veo cómo funciona todo, todo va bien con este negocio.

—Sí, lo está. Dice que se siente ofendida— responde mi hermano riendo, yo no puedo evitar reír también— creo que secretamente le encuentra gracia al asunto, pero quiere hacerse la enfadada.

No puedo evitar reír una vez más, es evidente que hablamos de la gatita. Gatita que Bambam ha hecho cabrear.

Tan sencillo como que mi hermano, decidiendo hacerse el gracioso llevó a Jennie a ver irónicamente la película del gato con botas.

Ahora, si te vas por la versión de Jennie, Jennie con palabras más directas te dirá que Bambam es un cabrón que no paró de decir cuanto parecía a la gatita que sale en la película y ella, incluso dice que no la dejo ver la película que además no parece haberle gustado.

Dos versiones de la historia que coinciden en un punto: Bambam fastidiando a Jennie, honestamente ella no puede quejarse, después de todo fue ella quien pidió ser la mejor amiga de mi hermano, y Bambam siempre ha tenido un peculiar sentido del humor.

—¿Crees que debo disculparme? Porque me parece que fue bastante divertido, incluso yo pague todo como un caballero.

—Creo que ya se le pasará— le digo, luego le sonrío— le pedí una segunda cita, este viernes.

—Uhmm, veo que hay progresos con tu gatita, para ser honesto Pokpak, ella realmente me agrada es auténtica— luego mi hermano hace una mueca— pero Lis ¿Qué harás con Ji Chul?

—¿Cómo qué haré con Ji Chul?

—Por lo que Jennie me dijo tú la invitaste a la casa y ese es el lugar donde Ji Chul lleva a sus amiguitas, eso no suena como... algo bueno.

—Oh eso, de eso me encargaré, tengo grandes planes para esa cita y Ji Chul no va a arruinarlo.

—No lo sé, últimamente Ji Chul es conocido por arruinar muchas cosas...

—A todas esto, le dije a Jennie de la cita esta mañana, ustedes sí que chismean Bambam.

—Somos amigos íntimos.

—Si, como desde hace una semana y media, muy amigos— digo entrecerrando mis ojos hacia él.

—No juzgues el poder de nuestra amistad.

Estoy a instantes de responder cuando siento un toque en mi brazo, me giro encontrándome con una menuda y bonita castaña de mejillas sonrojadas. Le sonrío con curiosidad ante su silencio, extrañamente se me hace un poco conocida.

—¿puedo ayudar en algo? — le pregunto, esperando no recibir ninguna queja y viendo momentáneamente mi reloj, en dos horas debo pasar por el negocio del taller mecánico, aun no meto mis manos en ese negocio y honestamente no quiero hacerlo, es el negocio favorito de Ji Chul.

—Creo que no sabes quién soy...—dice con voz suave, es realmente bonita.

Rasco la parte baja de mi nuca, una de las razones por las que llevo a las chicas con las que duermo a citas es precisamente para evitar el desagrado de ser una bruta y no recordarlas, por eso estoy algo confundida con respecto a esta chica, porque no sé quién es, pero me resulta conocida.

—No te preocupes, solo me has visto bailar algunas ocasiones, sueles detenerte a veces frente al salón de la señorita Lara— lo que para mí se traduce como la dictadora— oh bueno...

—Si te recuerdo ahora— digo asintiendo con mi cabeza— bailas hermoso en Ballet y tienes el suficiente coraje para soportar que la dictadora sea tu instructora fija.

I'm not Korean (Jenlisa Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora