ꕊ˘˖˙02 ◠ ⋆ ☄

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Suspiró con pesadez al llegar a su casa porque su última clase fue de esas que lo dejan físicamente agotado, miró con curiosidad a la casa de al lado para ver si lograba ver al vecino pero al no verlo, solo entró porque tenía que quitarse el exceso de sudor que llevaba consigo en ese momento.

Haría una pijama con sus dos mejores amigos más tarde ya que era viernes, mientras su tío no se enterará que estuvo fuera de casa sin su permiso, estaría bien o al mayor le iba a dar un ataque.

No era un niño, tenía casi diecisiete años y sentía que estaba en su derecho de salir al menos a hacer algo típico en un adolescente de su edad por lo bueno que era en prácticamente todo.

Tocaron la puerta principal como una hora después cuando estaba calentando el ramen que sería su humilde almuerzo. Su talento para cocinar era casi nulo y le daba pereza destacarse cocinando para él mismo.

— ¡Ya voy!— exclamó, dirigiéndose a paso apresurado a la puerta para encontrarse con un ladino Jungwon, por lo que abrió sus ojos de más porque se supone que pasaría por él más tarde— ¿Que demonios haces aquí?

— Mi mamá me dijo que viniera a traerte comida porque si sigues comiendo comida de potes, solo te vas a a enfermar.— soltó un bufido, dejando la lonchera en la mesa principal, girándose sobre sus talones— Y tu vecino es agradable ¿Es familiar de la señora Hwang?

— Nop, se mudó hace unos meses. ¿Ahora es que lo vuelves a notar?

— Si y si.— asiente con honestidad— Es guapo.

— ¿Lo viste?

— Se estaba despidiendo de alguien pero no alcancé a ver quién era.— le informó, pensando un momento en todo hasta que recordó que su amigo le había dicho anteriormente datos de el vecino— Oh~ Es Ni-ki, ¿No?

Un fuerte sonrojo abarcó las mejillas abultadas del más bajo, quien solo rodó los ojos ante la mirada divertida que le otorgaba él por su parte y es que Sunoo quizás le contó un resumen de todo lo que su vecino generaba en él de la manera más vulgar posible.

Le había quedado en claro que el pelinegro estaba profundamente engatusado con ese apuesto hombre y tenía sus motivos, finalmente elige a alguien mejor. Quizás por el momento se haría la idea de que tiene buen gusto.

— Oh~ ¿Entonces ese es al que quieres entre tus piernas , Sun Sun?

— ¡¡Yang Jungwon!!— chilló avergonzado.

— Estás rojito.— se acercó hasta él para apretar sus mejillas abultadas con diversión, ignorando los quejidos del más bajo— ¿Y no era verdad? Estamos en confianza y no es como si le fuera a decir.— dijo, rodando los ojos— ¿Me dejas echarle un ojito a la próxima?

La cara de Sunoo se puso aún más roja si eso es posible, resopló con un puchero enojado, negando ante esa estúpida pregunta.

— Obvio no. Hyung es mío.

— Ni siquiera le hablas.— recalcó con burla— ¿Y acaso lo conoces bien? ¿Sabes si le interesaría estar con un chico? ¿O un niño?

— No soy un niño.

— Te debe ver como uno.

— Pero no lo soy.

— Dile eso a tu estatura.

— Soy más bajo que tú por unos centímetros.

— Cinco.— le mostró cinco dedos con burla, a lo que el otro resopló para ir a comer antes de que la sopa se terminara de enfriar por completo.

Tal vez Jungwon tenía razón pero él quería intentar tener algo con el japonés así fuera por unos días. Quería saber cómo se sentía estar en algo con él, dormir con él o solo estar un rato juntos pero no de manera cortés o por amistad por más ridículo que sonara porque el otro chico solo lo veía como un niño solo por ser menor por unos años.

𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora