ꕊ˘˖˙20 ◠ ⋆ ☄

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— Muy bien, te espero aquí el lunes.— le dijo el hombre con una sonrisa agradable, extendiendo su mano la cual aceptó con cortesía.

— Si y lo veo el lunes, señor Min.

Tenía que admitir que era mil veces mejor trabajar por unas seis horas de lunes a viernes que veinte si eran posible hasta los fines de semana.

Además, el ambiente era agradable y todos lucían amables y serviciales aunque eso sería lo de menos pero si lo esencial también en un trabajo.

Después iba a poner lo necesario en su área de trabajo porque por ahora solo tenía planeado llegar a casa, contarle a Sunoo como le fue y a lo mejor pensar más tarde en llamar a sus amigos porque quería que Sunoo los conociera formalmente.

Esos desgraciados, los quería mucho pero tampoco quería que le dieran del todo una mala impresión a su novio de él o ellos.

Tocó la puerta con entusiasmo por su acaso pero al no obtener respuesta optó por entrar, dejando los zapatos, medias y el abrigo en el pequeño clóset que había cerca para asomarse a ver a Sunoo pero solo se encontró con Bisco durmiendo tranquilamente en el sofá y con Sun a un lado pero manteniendo la distancia.

— Sunoo, ya volví.— dijo, quedándose en silencio porque no obtuvo respuesta de nuevo pero quizás debía estar arriba porque creyó escuchar algo.

Sonrió de lado ante esto y fue arriba sin querer despertar a los animalitos, sacó su teléfono para mandarle a K una nota de voz para ver cuándo se reunían y frunció ligeramente el ceño al oír un ruido que le intrigó por un momento, haciendo que se apresurara en abrir la puerta y en cuanto la abrió, se encontró a su noviecito dándole una tremenda vista de su espectacular culo y apagó el teléfono literalmente, sonrió entre dientes y luego su mirada cayó en el aparato que estaba al lado del rubio.

— ¡¡Ah!!

Oh, mierda.

Podía ver con claridad cómo su entrada lucía algo húmeda y su miembro despertó de inmediato ante todo esto.

Dejó su teléfono de lado para acercarse con una notoria semi-erección hasta Sunoo, quien cubrió su cuerpo desnudo con la sábana y un fuerte sonrojo en sus mofletes.

— H-hyung..— tomó con su mano el mentón del más bajo, obligándolo a que alzará su rostro— Y-yo..

— ¿Eso es tuyo?— le interrumpe, mirando el plug con una ceja alzada— Amor, solo dilo.

— S-si..

— ¿Es eso lo que tienes en esa cajita?— pudo ver en sus ojos que estaba pensando en una excusa para decir, por lo que lo obligó a poner una de sus manos en su miembro y soltó un jadeo bajo al sentir lo duro que estaba— ¿En qué piensa mi bebé? Solo quiero que seas honesto conmigo.

Lo tiró a la cama sin llegar a ser tan rústico, solo para mirarlo y evadirlo para que respondiera, separando sus piernas para comenzar a desabotonar su propia camisa y pantalón.

— Estaba... Ahí.— dijo finalmente.

— ¿Que te parece si en un momento hablamos de eso? Porque ya me pusiste duro con solo verte así, amor.

Pudo ver de reojo la caja desde el armario, tenía curiosidad por ver qué cosas tenía ahí pero primero queria encargarse del problemita que estaba teniendo en ese momento y no podía pensar con claridad.

— Ni-ki..— dejó escapar un suspiro pesado en cuanto guió sus labios a su cuello para comenzar a chupar la piel hasta dejar un chupetón ahí pero se quedó algo confundido en cuanto le dió vuelta a su cuerpo de manera repentina, dejándolo en la posición que estaba cuando entró— Hyung-..

𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐮𝐫『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora